Capitulo 8

140 35 26
                                    

Theo

La chica no era ninguna idiota o tonta como yo me había imaginado, se sabía algunos trucos que obviamente eran inútiles contra alguien de mi calibre pero que le servirían para defenderse de cualquier otro. No me gusta admitirlo pero la subestime, sin embargo esto hace las cosas mas entretenidas, ahora descifrar todos sus trucos seria completamente entretenido. Ademas de todo esto es una chica con carácter, un poco miedosa de todas formas, pero que
actúa y se anima a enfrentarme aún con el miedo que ya note que le doy.

Mis pensamientos me estaban distrayendo, estaba en mi habitación tratando de trazar rutas, pero creo que luego de un día tan largo como lo fue de hoy ya el cansancio me jugaba en contra y empezaba a mezclar rutas sin darme cuenta.

Para mi suerte, o no, sentí unos golpes a la puerta de mi habitación.

—Adelante —dije.

—Su padre lo llama su escritorio —dijo Luka —dice que esta muy intrigado y emocionado en saber cómo salió todo.

Asentí con la cabeza y luego vi como este se iba de mi habitación. No me sorprendería que ese viejo ermitaño nisiquiera supiera la hora, pero se que si sabe todo lo que paso con detalles, solo quiere ponerme presión y recordarme que cualquier cosa puede salir mal y hacerme quedar como un pirata inútil. Siempre hacía eso, sin embargo no me quejo, mas bien creo que le agradezco por recordarme que no tengo que bajar la guardia.

[...]

Ir a su escritorio nunca fue algo que me gustara mucho, es mas, lo odiaba. Siempre estaba ese olor q vejez y humedad, no siempre fue así pero desde la muerte de mi madre ya no había nadie que le haga entender al viejo que un poco de limpieza aveces es de vital importancia.

También me daba cierta ansiedad o miedo mientras subía las siete escaleras de madera de roble que llevaban al piso alto del Alba; ¿Por que? Por el simple hecho se la incertidumbre, me carcomía por dentro el no saber si el me llamaba para algo bueno o para algo malo, y porque yo dependía mucho de manera inconsciente de la opinión de ese viejo depresivo y es algo que seguro me jugaría en contra en el futuro.

El futuro también me daba nervios por la incertidumbre, estoy muy acostumbrado a la marea calma que tengo en la cabeza al saber de forma exacta que pasaría en los siguientes días —no solo en esta misión sino que en general siempre fui precavido con absolutamente todos los detalles — pero el futuro sonaba tan lejano y complicado que me generaba estrés.

Llegue a estar en frente de su puerta. Como siempre me fue costumbre me saque las botas antes de entrar. Mama solía decir "No pises un piso cubierto de alfombra con zapatos, ni mucho menos lo ensucies porque te traerá mala suerte". Ahora que lo pienso suena mas como una forma de evitar que un niño pequeño ensucie los pisos de sus lugares favoritos del barco.

El sonido de los dos golpes que di a la puerta fueron a compañados por su voz.

—Pasa —siempre con el mismo tono frío carecedor de sentimiento.

Entre cerrando la puerta a mis espaldas.

¿Conocen esa sensación de familiaridad que hay en acciones simples? El estar con las mismas personas de siempre, leer un libro que me gusto antes o el simple hecho de sentarme siempre en la misma silla de las dos enfrente a su escritorio.

Mi Mayor TesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora