TheoEstaba de pie al lado de la cama de dos plazas en la que supuestamente tendría que estar Juliette, el colchón estaba desnudo sin las sabanas que deberían estar ahí envés de estar formando una soga que colgaba del gran ventanal que había sido la vía de escape de la princesa recientemente.
Para ser honesto, debería estar enojado, pero no, me resultaba gracioso y ciertamente inocente su vago intento de libertad.
A mi izquierda Luka estaba que se cagaba encima del miedo, según mis órdenes el bastardo debía encargarse de la seguridad de la princesa, y por supuesto, de que no escape.
—Deja de temblar me estabas poniendo nervioso — le dije llevando mi mando al puente de mi nariz.
—No sé en qué momento fue — tartamudeo —te juro por mi mano derecha que la encontraré para hoy a la tarde.
El juramento tenía mucho valor, esa mano era usada para tocar los instrumentos que tanto le apasionaban. Solo solté una risa cortando el sin fin de estupideces que salían de su boca.
— ¿Qué sucede? — pregunto.
— No va a llegar muy lejos — respondí seguro en mis palabras — Déjala pasear un poco hoy y que se ilusione, cuando se dé cuenta de que no puede salir de la isla volverá sola hacia nosotros.
—¿Significa que no recibiré un castigo? — pregunto con una sonrisa inconsciente.
— No te hagas muchas esperanzas, Luka —le dije — aún me molesta que hayas incumplido mi orden, limpiaras el doble de lo normal por una semana una vez zarpemos de nuevo.
Soltó un suspiro.
Tengo que imponer respeto ante mis órdenes, si no ¿Qué tipo de capitán seria?.
[...]
Cuando salí de mi habitación no tarde en cruzarme a Loren, parecía apurada mientras se dirigía a mí, parece que los rumores corren muy rápido en esta isla.
—¿Es cierto?— pregunto agitada, pero con un deje feliz en la expresión— ¿la muy idiota se escapó?.
—Si, pero no por mucho —le respondí mientras su expresión cambiaba repentinamente—le doy como mucho hasta mañana.
—Deja que se vaya, es solo un estorbo y se cree mucho —dijo con rabia indisimulada —de todas maneras que lograste lo que querías, ese rey Boufant ya perdió a su hija.
Como se nota que ella no me conocía realmente, yo no quería que él se ponga un poco triste, yo quería una verdadera venganza. Quería ver como él sufría ante mis ojos y que suplique piedad deseando nunca haberme conocido. Yo no pararía hasta ese momento, la retención de esa niña creída era solo el inicio, no estaba ni cerca de ser suficiente.
—¿En serio crees que solo por perder a su niñita me basta? — le escupí con un poco más de rabia del que hubiera creído, ella retrocedió un paso en un impulso —mira Loren, te aprecio, pero lo diré de una vez por todas y espero que quede claro, no te metas en mis asuntos porque no te incumben — abrió sus ojos como platos — tú no me conoces, no es muy difícil darme cuenta.
—Pero yo...
—Y por cierto, tú y yo no somos nada —la interrumpí viendo como ella ya estaba al borde de las lágrimas — deja de decir con total libertad a todos que yo soy tu Theo, porque el día en que te encuentres con alguien que esté en mi contra y te escuche decir eso te hará daño; además, detesto que cuchicheen estupideces sobre mí.
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Mi Mayor Tesoro
Roman d'amour"El sonido de unos pasos caminado, acercándose, y la llave abriendo una puerta, mi puerta. Nunca hubiera imaginado que mi vida cambiatia tanto luego de que aquellos tres hombres aparecieran tras la puerta. Uno con una gran cicatriz en el ojo. Uno...