Oliver Escriva
(Noche del secuestro)La mano me temblaba mientras sostenía la carta que el pirata había dejado. Estaba en shock mientras daba mi tercera leída a lo mismo.
¿En que mierda me había metido?
Tal vez debí ignorar al pirata y no hacer nada, así tendría la excusa de que no escuche cuando ella fue secuestrada y que no estaba atento por mi total confianza en la seguridad bounfantiana.
Leonard me crucificara cuando regrese de Escriva. Deje que se llevaran a su hija.
—Señor Escriva —me llamo el enfermero que me había estado curando amabas piernas desde hace unos minutos —ya esta desinfectada la herida pero por favor quédese en cama unos días o manéjese con una silla de ruedas.
El bendito invento reciente de las sillas de ruedas me había salvado, sino tendría que esperar a que el rey me vea inútil y me sume otro punto en contra, cosa que por obvias razones quiero evitar.
Habían pasado solo dos hora y media desde todo el trágico inconveniente hacia mi perfectamente planificado matrimonio y union.
Estuve toda una maldita hora recostado en la asquerosa arena de la orilla contemplando como el bastardo se perdía en el horizonte con total tranquilidad como si no hubiera atentada en contra de el rey mas poderoso en la actualidad. Por lo menos tuve la fortuna de que un guardia costero llegara a su turno y nos saque de ahí.
—¿Cual será la hora de regreso del rey a Boufant? —le pregunte al enfermero que estaba guardando todas las cosas que uso.
—Le pido disculpas, pero no cuento con esa información.
Maldición.
Hoy no dormiré tranquilo, ¿Julliette? Lo que le pase o no le pase no es realmente de mi importancia, pero la necesito para cumplir mi objetivo. Ademas ahora tengo un problema con el rey.
Espero que no acabe nuestro trato cuando se entere de todo esto, tal vez ya lo sabe y viene en camino cosa que no veo muy probable.
Escuche la puerta cerrarse de golpe sacándome de mis pensamientos. Me había quedado solo en la habitación, pero estaba acompañado del miedo y la incertidumbre.
"Querido rey Leonard Boufant:
Tengo el honor de escribirle esta carta el día de hoy para notificarle o mas bien recordarle que su deuda con nosotros aún sigue en pie y que esta obligado a pagarla. Tenemos en nuestro acogedor barco, el viejo Alba Negra, su posesión mas preciada.
Si quiere volver a ver sana y salva a su refinada hija va a tener que hacer todo lo que le será indicado vía esta carta, sin trucos, recuerde que soy un hombre de palabra pero espero que sea mutuo.
Lo espero en el archipiélago de Las Tres Marías lo más antes posible. Si quiere traer compañía no tendré problema, pero no se exceda, porque le repito, no me subestime porque es muy consciente de lo que soy capaz. Quiero que lleve un total de tres millones de monedas de oro, consideró que es un precio incluso bajo para toda su increíble fortuna y más aún tratándose de salvar su propia sangre.
Nos estaremos viendo su majestad, espero que tenga la suerte de dormir con la conciencia tranquila luego de las vidas que se ha llevado y arruinado ya que yo desgraciadamente no puedo. Hasta muestro próximo encuentro...
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Mi Mayor Tesoro
Romantik"El sonido de unos pasos caminado, acercándose, y la llave abriendo una puerta, mi puerta. Nunca hubiera imaginado que mi vida cambiatia tanto luego de que aquellos tres hombres aparecieran tras la puerta. Uno con una gran cicatriz en el ojo. Uno...