Capitulo 14

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Theo

Mierda

Me sentía de cierta forma humillado por lo sucedido hace apenas unos minutos. Susan es una mujer por la cual daría mi vida, cuando mi madre vivía eran muy amigad incluso recuerdo llamarla tía. Actualmente veo a Susan como una segunda madre, un papel que le quedaba excelente por lo maravillosa persona que es. Es comprensiva, tiene empatía, sabe dar muy bueno consejos, es cariñosa y muy, enserio muy, impulsiva.

También tiene ese sueño frustrado de tener una hija, cosa que considero la razón de su descontento con todo este plan, claro que no se lo guardo para si misma y no tardo en hacérmelo saber tanto a mi como a los demás.

Respire profundo dejando ir mi enojo, yo no era capaz de estar realmente enfierecido con ella, nunca pude.

Me senté en mi cama, tal vez debería darle una salida de una o dos horas diarias a la princesa fuera de su camerino. Eso evitaría los problemas con ella y los piratas. Porque en los días que llevamos con ella a bordo ya hizo demasiados conflictos por peleas por la misma razón, tenerla encerrada.

Era una buena opción.

Me toque la cabeza, joder me dolía todavía, Susan si que sabe pegar.

[...]

Salí de mi camerino porque ya estaba necesitando la luz del día. Subi a la popa para supervisar un poco desde ahí a la tripulación mientras estos hacían sus trabajos y manejar un poco el barco.

Me gustaba estar ahí y apoyarme en la baranda a mirar el interior del Alba, esto debido a la increíble vista que me daba desde aquí no había ningún detalle que no estuviera al alcance de mis ojos.

El comportamiento de Carlos era mi única preocupación en ese momento, es más siempre lo fue, pero últimamente el estaba más insoportable e irritable. ¿Cual era su locura por ir y pelear con la princesa? Es decir, tiene muchísimas cosas por hacer como para distraerse con una chica sin importancia. Me da igual lo que le pase con ella, pero estaba perjudicando no solo a mi con su incompetencia a la hora de cumplir su labor si no también molestando a los demás con sus ridículas riñas.

—Daniel —Lo llame.

—¿Si?.

—Dile a Carlos que quiero hablar con el —él asintió con la cabeza y bajo a cubierta a buscarlo.

Mientras mas me acercaba a ser capitán los problemas mas me hacían doler la cabeza, y no precisamente por el golpe de Susan.

[...]

—¿Me buscaba Theodoro? —me pregunto Carlos para hacerse notar.

—Así es —respondí —le quería decir que tengo las pelotas un poco llenas con tus peleas con la princesa.

—Ella se las busca —me dijo a lo que levante una ceja intrigado pero sin creerle una mierda —es muy molesta y buscar pelear con cualquiera de nosotros, ademas siento que me odia a mi en particular.

—Siendo franco no te creo nada —apretó los dientes com descontento.

—Debe entenderme señor, ¿Por qué tengo que aguantar a esa mocosa que me ataca?.

—Porque no es ella la que ataca primero —me molesta que me mientan o disfracen la verdad —al menos la mayoría de la veces.

—Lo único que quiero es callarle la boca —hablo ya enojado —no me importa si es matándola, cortándole la lengua o llenándole la boca con algo —rio malísimo con el sentido al que iba la ultima parte.

—Tu a ella no le vas a poner ni un solo dedo encima —dije sin pensarlo.

No es que ella realmente me importe, pero se que la necesito a salvo, porque se que Susan no va a perdonarme si dejo que hagan lo que quieran con ella o si la tocan, porque Carlos me cae muy mal y también porque siendo sincero me dio asco esas palabras que salieron de su asquerosa boca.

Mi Mayor TesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora