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El silencio del cuarto era incómodo, aparte de acusador por parte de Felix

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El silencio del cuarto era incómodo, aparte de acusador por parte de Felix. Sus ojos gatunos no perdían rastro alguno del cuerpo de HyunJin, el cual, quisiera gritarle por la molestia que se apoderaba dentro de su ser al sentirse tan juzgado.

–– ¿Por qué me miras de esa forma? -Rompió el ambiente tenso y silencioso, sonando fastidiado.

–– Ayer, ¿Dónde estuviste ayer? -Cuestionó en sospecha, acechandolo como una presa.

–– Ayer estuve todo el día en casa, por la noche fui a comprar dulces. -Contestó con simpleza, algo frustrado de que el rubio le haya preguntado lo mismo por décima vez.

Aquel australiano no le cabía duda que era raro que su chico pelirrojo, totalmente normal, haya ido de compras a altas horas de la noche...cosa que no es nada normal.

–– ¿En qué trabajas? -Replicó, tal vez de allí propinarle más información.

–– Dios santo, deja de preguntarme, no soy nada tuyo por la mierda. Felix, ¡Eres un maldito tóxico hasta siendo la nada misma! -Y por primera vez, sufrió una consecuencia por parte del coreano, quien se puso algo agresivo y le golpeó un poco, al igual que le hizo unos pequeños rasguños en la mejilla.

Se sintió furioso, incomprendido, aparte de humillado por un simple normalito estúpido que le acaba dar un arranque de ira para nada normal, como se podría categorizar según los conocimientos que tiene.

–– ¿Puedes dejarme? Vete de mi casa, o te juro que lo que pasó en tu estúpida cara no será la única marca que tengas. -El gruñido vibró en su garganta, como si se tratara de un verdadero animal salvaje; notó como Kkami también se había levantado inmediatamente, tal como...si estuviera preocupado por algo.

–– Primero quiero saber qué te ocurre, tú no eras así la primera vez que nos conocimos, ¿Siquiera leíste el libro que te regalé? Eres una zorra malagradecida, ¡Por eso el otro pelirrojo me empezó a gustar má-!

Un fierro sorpresivamente salió de la nada posado en las manos del coreano y lo golpeó contra la cabeza del rubio, quien, cayó inconsciente frente al pelirrojo, al mismo tiempo preguntándose en su cabeza, ¿Dónde había estado eso que no lo vio? Mientras el otro sonreía, sonreía bastante feliz y casi se reía por lo alto. Tal vez esta vez podría deshacerse finalmente de ese estupido que tanto le ha jodido la vida desde que lo conoció.

–– Déjalo ahí.

Se detuvo, sin mirar al frente o hacia arriba, solo enfocándose en Felix desmayado.

–– ¿Qué crees que haces? ¿Eres estúpido? -El sonido del bate arrastrándose por el suelo retumbaba en los oídos del chico unos cuantos centímetros más alto.

Tragó saliva y apretó em fierro entre sus manos, negándose a soltarlo con miedo a ser atacado sin tener oportunidad de defenderse siquiera.

Las manijas del reloj sonaban cada minuto que pasaba, el brutal silencio nuevamente era abundante en aquel oscuro cuarto, nuevamente bajo la luz de la luna. La luna siempre era presente y fiel espectadora de todo lo que pasaba.

𝐌𝐀𝐍𝐈𝐀𝐂 - LixJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora