En el corazón de cada desastre de moda hay un romántico empedernido

119 6 0
                                    

"Lo que busco es tensión" explicó Vanessa Abrams al pequeño grupo de Estudios Avanzados de Cinematografía del Constance. Se encontraba de pie ante la clase, explicando la idea de la película que hacía.

"Haré una toma de los dos hablando en el banco de una plaza de noche. Sólo que no se puede oír lo que dicen" Vanessa hizo una pausa teatral, esperando que alguna de sus compañeras hablara.

El señor Beckham, el profesor, siempre les decía que hicieran que sus escenas cobraran vida con los diálogos y la acción, y Vanessa deliberadamente hacía lo opuesto.

"Entonces, ¿no tiene diálogo?" preguntó el señor Beckham desde donde se hallaba, de pie al fondo de la clase. Se había dado cuenta con pena de que nadie más escuchaba lo que decía Vanessa.

"Escucharán el silencio de los edificios y el banco y la acera y verán las luces reflejadas en sus cuerpos. Luego verán sus manos moverse y sus ojos hablar. Finalmente las oirán hablar, pero no mucho. Es una obra psicológica" explicó Vanessa. Agarró el mando del proyector y comenzó a mostrar las diapositivas en blanco y negro que había tomado para demostrar lo que quería lograr en su corto. Un banco de parque, una toma de la acera, la tapa de una alcantarilla, una paloma picoteando un condón usado, un chicle mascado pegado en el borde de un cubo de basura.

"¡Ja!" exclamó alguien del fondo de la sala. Era Blair Waldorf, lanzando una carcajada al recibir la nota que le acababa de pasar Rain Holffstetter:¿Quiere pasar un buen rato? Llame a Serena v. d. Woodsen. ¿Pillas lo de v. d.?

(Nota de la traductora : En inglés "V D." son las iniciales de "Venereal Desease" o sea, "enfermedad venérea")

Vanessa le lanzó una mirada de odio a Blair. Cinematografía era la clase favorita de Vanessa, el único motivo por el que iba al colegio. Se lo tomaba muy enserio, mientras que la mayoría de las otras chicas, como Blair, sólo cursaban Cinematografía como un recreo del horror que eran las demás asignaturas: Cálculo Avanzado, Biología Avanzada, Historia Avanzada, Literatura Inglesa Avanzada, Francés Avanzado. Avanzaban por la estrecha y recta senda hacia Yale, Harvard o Brown, donde sus familias habían ido durante generaciones. Vanessa no era como ellas. Sus padres ni siquiera habían ido a la universidad. Eran artistas y Vanessa sólo deseaba una cosa en la vida: ir a la Universidad de Nueva York y hacer la carrera de Cinematografía. En realidad, deseaba algo más. O a alguien más, para ser precisa, pero todo a su tiempo .Vanessa era un bicho raro en el Constance, la única chica en todo el colegio que tenía la cabeza casi afeitada, llevaba jerséis negros de cuello alto, leía Guerra y paz de León Tolstoy como si fuese la Biblia, escuchaba a Belle & Sebastian y tomaba té negro sin azúcar. No tenía ninguna amiga en el Constance y vivía en Williamsburg, en Brooklyn, con su hermana Ruby, de veintidós años.

¿Qué hacía entonces en un pequeño y exclusivo colegio de chicas del Upper East Side con princesas como Blair Waldorf?

Era una pregunta que Vanessa se hacía a diario. Los padres de Vanessa eran artistas revolucionarios ya mayores que vivían en una casa en Vermont hecha de neumáticos reciclados. Cuando la eternamente infeliz Vanessa cumplió quince años, le permitieron que se mudara con su hermana mayor, que tocaba el bajo y vivía en Brooklyn. Como querían asegurarse de que tuviera una buena educación, la mandaron al Constance. Vanessa lo odiaba, pero nunca les dijo nada a sus padres. Sólo le faltaban ocho meses para acabar. Ocho meses y se escaparía a la céntrica NYU . Ocho meses más de la cabrona Blair Waldorf y, peor todavía, Serena van der Woodsen, que había vuelto en todo su esplendor. Blair Waldorf parecía estar excitadísima con el regreso de su mejor amiga. En realidad, la última fila de la clase estaba revolucionada, pasándose notitas que escondían en las mangas de sus irritantes jerseys de cashmere.

Gossip girl #1- Cosas de ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora