Los cincos y diez centavos

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"Yo siempre tomo ron con coca cola" le dijo Vanessa a Serena "salvo cuando tomo chupitos. Pero tú toma lo que quieras. Tienen de todo"

Ruby les estaba tomando el pedido. Como ella era del grupo, le daban las bebidas gratis.

"Tengo ganas de algo diferente" dijo Serena "¿Puedo pedir un chupito de Stoli y una coca, pero separados?" le preguntó a Ruby.

"Buena elección" aprobó ésta.

Ruby llevaba el pelo negro cortado en una melenita guapísima con flequillo corto y vestía pantalones de cuero verde. Tenía aspecto de saber cuidar de sí misma en cualquier sitio y circunstancia. Su grupo se llamaba Sugar-Daddy y ella era la única chica. Tocaba el bajo.

"¡Y no te olvides de mi cereza!" le gritó Vanessa cuando ella se alejaba a por las bebidas.

"Tu hermana es genial" dijo Serena.

"Sí" dijo Vanessa, con un encogimiento de hombros "Pero me jode. Me refiero a que para todo el mundo es: "Qué genial es Ruby", y yo siempre soy "¿Y tú eres?"

"Te entiendo" rió Serena "Mi hermano mayor va a Brown y todo el mundo le adora. Mis padres están pendientes de todo lo que hace y ahora que he vuelto del internado es como: "¡Es verdad, tenemos una hija!"

"Exacto" dijo Vanessa.

No se podía creer que tuviera una conversación tan super normal con Serena Van der Woodsen.

Ruby volvió con las bebidas "Perdonen, chicas, tengo que prepararme"

"Mucha mierda" le dijo Serena.

"Gracias, cielo" le dijo Ruby.

Tomó el estuche de su bajo y se marchó a buscar a la gente del grupo.Vanessa no se lo podía creer. Ruby nunca le decía "cielo" a nadie que no fuese su periquito. Desde luego que Serena tenía la habilidad de derretirle el corazón a cualquiera. Hasta a ella misma comenzaba a gustarle un poco.

Tomó su bebida y la chocó con la de Serena "Por las tipas geniales" dijo, consciente de que parecía de gays, pero le importaba una mierda.

Serena rió y se tomó el chupito de Stoli. Se secó las lágrimas y parpadeó varias veces.

Un tipo con aspecto desaliñado vestido con un esmoquin que le quedaba grande entró en el bar. Se detuvo en el vano de la puerta y se quedó mirándola como si hubiese visto un fantasma.

"Oye, ¿no es ése tu amigo Dan?" le preguntó Serena a Vanessa, señalándole.

Dan llevaba esmoquin por primera vez en su vida. Al principio se había sentido genial, pero no como para ir a la fiesta del "Beso en los Labios". Así que cuando Jenny le había librado de acompañarla, se fue al Five and Dime a disculparse con Vanessa por ser tan imbécil con el tema de Marjorie. Había intentado convencerse de que no importaba que probablemente nunca más viese a Serena Van der Woodsen en su vida. Después de todo, se dijo, la vida era frágil y absurda.

La vida era absurda, desde luego. Porque Serena estaba allí, en un sitio como Williamsburg. La chica de sus sueños. Dan se sintió como la Cenicienta. Se metió las manos en los bolsillos para que no le temblaran e intentó planear su siguiente jugada.

Se acercaría y le ofrecería una bebida con elegante indiferencia. La pena era que lo único elegantemente indiferente en él era su atuendo. Y hasta su atuendo era la mitad de lo que habría sido si se hubiera quedado con el Armani de Barneys.

"Hola" dijo cuando llegó a la mesa, y se le quebró la voz.

"¿Qué haces tú aquí?" le peguntó Vanessa. ¡Qué mala suerte! ¡Estaba en pánico! Ahora tendría que sentarse allí el resto de la noche viendo cómo se le caía la baba a Dan. Lo siento, cariño.

"Decidí pasar de la fiesta del "Beso en los Labios". Decididamente, a mí no me van esas cosas" dijo Dan.

"Yo también" dijo Serena, sonriéndole a Dan como nunca le habían sonreído antes.

Dan se aferró al respaldo de la silla de Vanessa para mantener el equilibrio.

"Hola" dijo con timidez.

"¿Recuerdas a Serena?" dijo Vanessa "Está en mi clase en el Constance"

"Hola, Dan" dijo Serena "Bonito esmoquin"

"Gracias" dijo Dan, y se ruborizó, bajando la vista un segundo para mirarse "Y ese vestido es... pare-ce... bonito... también" tartamudeó.

Nunca creyó que pudiera parecer tan imbécil.

"¿Y mi camiseta, qué?" dijo Vanessa en voz alta "¿Me has visto alguna vez tan guapa?"

Dan miró fijamente la camiseta de Vanessa. Era una camiseta roja, nada del otro mundo "¿Es nueva?" preguntó, confuso.

"Da igual" suspiró Vanessa con impaciencia, haciendo girar la cereza al marrasquino en su vaso

"Toma una silla" dijo Serena, moviendo la suya para hacerle sitio

"El grupo de Ruby está a punto de tocar"

Los rumores no podían ser verdad. Serena no tenía aspecto de ser una maníaca sexual ni una drogadicta. Tenía aspecto delicado, perfecto y excitante, como el de una flor silvestre que uno se encuentra de golpe en Central Park.

Dan deseó tomarla de la mano y pasarse la noche cuchicheando con ella.

Se sentó a su lado. Las manos le temblaban tanto, de lo mucho que la deseaba, que tuvo que sentarse encima de ellas para mantenerlas quietas.

El grupo comenzó a tocar. Serena acabó su vodka.

"¿Quieres otro?" le preguntó Dan con ilusión.

Serena negó con la cabeza "Estoy bien" dijo, apoyándose en el respaldo de su silla "Escuchemos la música un rato"

"Bueno" dijo Dan.

Con tal de tenerla cerca, haría cualquier cosa.

Gossip girl #1- Cosas de ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora