El sueño romántico de westsider convertido en humo

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Vanessa llegó cinco minutos tarde a Cálculo por llamar a Daniel al móvil. Sabía que él tenía Aula de Estudio los jueves y que seguramente estuviera fuera, fumando y leyendo poesía. Una chica estaba llamando por el teléfono público que había en el Constance junto a las escaleras, así que Vanessa salió a la calle y fue al teléfono que había en la esquina de la Noventa y Tres con Madison.

Los más pequeños jugaban a la pelota en el patio del Colegio Riverside Prep, así que cuando sonó su teléfono Dan se encontraba sentado en un banco en la isleta de en medio de la Avenida Broadway. Acababa de comenzar a leer VEtranger, de Albert Camus, para la clase de Francés.

Dan estaba fascinado. Ya había leído la traducción al inglés, pero era una pasada leer el original en francés, especialmente sentado fuera tomando café malo y fumando en medio de la ruidosa avenida Broadway, llena de olores. Era como demasiado. Al ver a la gente pasar de prisa por llegar a algún sitio, se sintió distante, lejos del caos de la vida cotidiana, igual que el protagonista del libro.

Dan tenía ojeras porque no había podido dormir la noche anterior. Lo único en que podía pensar era en Serena van der Woodsen. Trabajarían en una película juntos. Incluso se besarían. Era demasiado bueno para ser verdad.

Pobre hombre , cuánta razón tenía.

Su celular no dejaba de sonar. "¿Sí?" respondió Dan.

"Qué hay, soy Vanessa"

"Qué hay"

"Oye, que tengo prisa. Quería decirte que le he dado el papel a Marjorie" dijo Vanessa apresuradamente.

"Querrás decir a Serena" dijo Dan, sacudiendo la ceniza de su cigarrillo y dándole otra calada.

"No, a Marjorie"

Dan exhaló y agarró el teléfono con fuerza "Para ¿De qué hablas? ¿Marjorie, la pelirroja del chicle?"

"Sí, exacto. No me he confundido de nombre" dijo Vanessa con paciencia.

"¡Pero Marjorie era un desastre! ¡Es imposible que la hayas elegido a ella!"

"Sí. Bueno, en realidad me gustó que fuese un desastre. Necesita que se la pula un poco y eso hará que sea más emocionante, ¿sabes? Algo que uno no se espera" dijo Vanessa.

"Desde luego que no" ironizó Dan "Oye, creo de verdad que es un error. Serena estuvo genial. No sé por qué no la has elegido a ella. Estuvo fantástica"

"Sí, bueno, yo soy la directora, así que la elección es mía. Y yo elijo a Marjorie, ¿vale?" dijo Vanessa, que no quería oír lo fantástica que había estado Serena "Además, hay muchas historias por ahí sobre Serena. No creo que sea de fiar"

Vanessa estaba convencida de que todo lo que había oído era totalmente mentira, pero no perdía nada con mencionárselo a Dan.

"¿A qué te refieres?" dijo Dan "¿Qué tipo de historias?"

"Que hace su propia droga que se llama S y que tiene unas enfermedades venéreas de lo más horrible" dijo Vanessa "La verdad es que no me apetece en absoluto ese tipo de cosas"

"¿Dónde has oído eso?" dijo Dan.

"Tengo mis fuentes"

Un autobús pasó haciendo ruido por Madison en dirección a los Cloisters. En su lateral había una inmensa fotografía de un ombligo. ¿O se trataba de una herida de bala? Garabateado con letra infantil en azul se leía "Serena" en un lado del póster. Vanessa siguió el autobús con la vista. ¿Se estaba volviendo loca o era verdad que Serena estaba en todas partes?

"Me parece que no es lo que nosotros necesitamos" dijo, con la esperanza de que Dan se convenciera si usaba la palabra nosotros. Era la película de los dos, no solamente de ella.

"Bueno" dijo Dan con frialdad.

"Entonces, ¿te vienes con Ruby y conmigo a Brooklyn el viernes?" preguntó Vanessa, ansiosa por cambiar de tema.

"Naa. No, no creo" dijo Dan "Hasta luego" apagó el móvil y lo tiró con rabia dentro de su bolsa de mensajero negra.

Aquella mañana su hermana Jenny había entrado a trompicones en su habitación con los ojos inyectados en sangre y las manos cubiertas de tinta negra y había dejado caer en el suelo junto a su cama una invitación para aquella estúpida fiesta del halcón. Se había atrevido a pensar que, ya que era el co-protagonista de Serena, quizá pudiese llevarla a la maldita fiesta. Su gozo en un pozo . No se lo podía creer. Su única oportunidad de conocer a Serena se había esfumado porque Vanessa quería ejercer su derecho a hacer la peor película del mundo.

Era increíble.

Y más increíble todavía era que Vanessa, la reina de la escena alternativa, se hubiese rebajado a extender rumores sobre alguien a quien apenas conocía. Quizá el Constance la estuviese cambiando finalmente.

Oh, no seas aguafiestas. Los chismes son sexys. Los chismes son divertidos. No todos lo hacen, ¡pero todos deberían hacerlo!

Un autobús se detuvo en un semáforo frente a él. Primero, Dan notó el nombre de Serena. Estaba garabateado en azul, con letra un poco infantil, en un enorme póster blanco y negro de algo que parecía un capullo de rosa.

Era hermoso.

Gossip girl #1- Cosas de ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora