La nave se deslizó suavemente en el desierto, sus velas plateadas brillando a la luz del sol. Dentro del elegante crucero, Freya, la diosa de cabello plateado, se encontraba en un área adornada con lujosos tapices y suaves cojines. A su lado, un hombre de tez morena y musculosa la acompañaba. Su voz, cargada de respeto, rompió el silencio.Hombre: "¿Qué le parece el clima y el ambiente, Freya-sama?"
Freya, con una mirada pensativa, contempló el paisaje desde el ventanal de la nave. El ambiente, a pesar de su esplendor, no logró animarla. Su mente estaba inmersa en pensamientos más oscuros.
Freya: "Me parece muy cautivador el ambiente."
Hombre: "Qué bueno que le agrade, pero no la veo muy convencida. ¿Le sucede algo?"
Freya, con una expresión de desilusión, giró hacia él. La frustración se reflejaba en sus ojos.
Freya [pensando]: *Al parecer esta niña Ali no resultó ser mi Ord. Ese brillo de su alma desapareció, volviéndose solo una alma como cualquier otra. Al parecer, solo ese brillo era por salvar a su reino y no es genuino de ella.*
La diosa suspiró profundamente, sus pensamientos anclados en la decepción que sentía.
Freya trató de ocultar su malestar detrás de una sonrisa.
Freya: "Nada realmente. He logrado que esa chica Ali libere a su pueblo y sea un rey, así que la estancia aquí ha valido la pena."
El hombre asintió con respeto, intentando animar a Freya.
Hombre: "La señorita Ali será un ejemplar rey que guiará a su pueblo sabiamente gracias a usted."
Freya: "Sí, estoy consciente de que estará bien."
La conversación terminó, pero Freya continuó con la mirada perdida en el horizonte, contemplando la magnitud de su fracaso y preguntándose cómo sería su vida sin estar atrapada en su propio papel de observadora distante.
Freya, con su cabello plateado brillando a la luz del sol, observó al hombre de tez morena que la acompañaba. Su rostro mostró una mezcla de sorpresa y confusión al no reconocerlo.
**Freya** [confundida]: "¿Y tú quién eres?"
El hombre se inclinó respetuosamente, su actitud seria y reverencial.
"Mi señora, disculpe mi impertinencia. Mi nombre es Bofman."
Freya, al escuchar el nombre, recordó al antiguo Bofman, el regordete y descarado dueño del crucero. La transformación en su apariencia era impresionante: ahora se presentaba como un hombre musculoso y digno.
**Freya** [mirada de confusión]: "Lo siento, no te reconocí. Te ves muy diferente."
El hombre de tez morena, que había sido previamente un regordete y poco confiable personaje, ahora se presentaba con una dignidad inesperada. Freya había conocido a este hombre bajo circunstancias muy diferentes, y la transformación era sorprendente.
Una sonrisa juguetona se formó en los labios de Freya, y un plan travieso cruzó por su mente. Decidió hacerle una pequeña broma.
**Freya** [sonrisa]: "No te gustaría echarme un poco de bloqueador en todo mi cuerpo?"
Bofman, con una expresión de respeto absoluto, respondió con seriedad.
**Bofman**: "No, mi señora. No soy digno de tocar su cuerpo. Ottar-sama, junto con los demás de su familia, me enseñaron que usted es sagrada."
**Bofman**: "Desde aquel día que intenté entrar en la bañera con usted y la princesa Ali sin permiso ellos no me lo permitieron. Me llevaron con ellos para que reflexionara sobre mi mal comportamiento. Ellos se encargaron de adiestrarme debidamente, y es por eso que tengo esta apariencia. Me siento orgulloso de que Ottar-sama me reconozca como un guerrero."
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El deseo de ser un héroe
Fantasybell cranel un adolescente de 13 años que tiene un sueño de convertirse en un aventurero gracias a las historias que le contaba su abuelo, pero no lo tendrá facil. Arco 1: Un conejo en la familia ikelos