Narra Izumi
Mi tía demoró un poco en venir, de seguro se quedo hablando con el tío de como cuidar a mi otra tía; cuando la de cabello rubio platinado estuvo conmigo, me ayudo hacer mis tareas y al acabarlas, le ayude a preparar la cena. Al terminar de servir la comida, fui a poner la mesa y avise al tío para que bajara a comer; cuando bajo comimos juntos pero el rubio se notaba ansioso y eso no me gustaba.
Al terminar la cena, la tía me acostó y me leyó un cuento para que me durmiera; no se cuanto paso antes de caer dormida, pero en la mañana desperté con pereza y estaba desanimada por lo ocurrido con mis padres. Después de desayunar, subí para arreglarme y tomar mis cosas; solo espero que Conan no me deje sola hoy.
Narra Canaris
Izumi cayó profundamente dormían antes de llegar a la mitad del cuento, sabía que debía estar cansada después de todo lo que a pasado; perder a tus padres debe ser muy doloroso y más para una niña de 7 años. Aunque ahora que lo pienso en la cena se notaba incómoda, supuse que era por la ausencia de su tío en la mesa; suspire y me fui a la sala por una taza de té, cuando entré vi a Rei hablando con un chico en la entrada; así que sin llamar la atención me encaminé a la cocina y tomé una taza para servir esa dulce bebida caliente.
De un momento a otro sentí como si tuviera a alguien atrás de mí, al voltear no había nadie; eso me pareció extraño pero aún sentía la presencia de alguien frente a mí. Al sentir que me abrazaban, opte por parpadear y al hacerlo, pude “ver” a las personas que tanto extrañaba.
Meiko: Mamá, Hiro — mencioné lagrimeando
Hiro: No llores, tranquila, siempre estaremos para ti y gracias por cuidar a mi hija — dijo acariciando mi espalda, a lo cual susurré “es un placer hermano”
Mery(mamá): Los estaremos cuidando, por cierto nos vemos el lunes — comento mientras desaparecía
¿El lunes? Que se celebrara ese día, no recuerdo, con esa duda me dirigí a la sala dónde se encontraba Zero junto al chico de antes; este último al verme parecía desorientado y asustado como si estuviera viendo un fantasma en cambio Rei se acercó a mí al ver que estaba con la mirada perdida.
Bourbon/Rei: ¿Éstas bien?, ¿en que momento entraste a la cocina? — cuestionó preocupado
Canaris/Meiko: Estoy bien, tranquilo solo necesito descansar hasta mañana — dije haciendo una reverencia ante ambos
Deje a Bourbon con el chico que trataba de procesar lo ocurrido y fui a mi habitación, no se cuanto tiempo paso pero no podía dormir así que decidí ir a ver el estado de Reiko; al llegar al cuarto de la chica, está estaba dormida así que revisé algunos informes médicos y cuando acabe con eso tome unas hojas y pluma; hice un informe para la policía, si van a encerrar a esos hombres que sea con información de todos ellos y los crímenes cometidos por estos; al finalizar ese archivo, lo deje en el escritorio de Rei y volví a mi cuarto para intentar dormir.
Narra Bourbon/ Rei
Me preocupó el estado de Canaris, así que cuando mi subordinado se retiro fui a verla; sin embargo, no estaba en su cuarto ¿Dónde estará? Me cuestioné, trate de tener la cabeza fría para conseguir dar con ella; estoy seguro que sigue en la casa ya que no se oyó ninguna puerta ser cerrada. Al estar en mis pensamientos no me percaté que alguien había entrado al cuarto, al sentir una mano en mi hombro la tome y le realicé una llave; pues podía estar distraído pero nunca bajo la guardia; cuando me percate de quien era me sobre salté, de todos los asaltantes del mundo tenían que ser ellos, ¿qué hacen aquí? ¿Cómo encontraron mi casa? ¿Me habrán descubierto? Esas y más preguntas giraban en mi cabeza solo espero que no se acerquen a Reiko ni a la niña.
Era un dos contra uno, Gin me quería dar con el fierro mientras que Vodka intentaba dispararme; al lograr inmovilizar al regordete, escuchamos el sonido de un arma siendo cargada; cuando posamos nuestra vista al lugar del que provenía aquel ruido, vimos que en la puerta se encontraba Canari con un arma sin seguro; ella nunca usaba armas pero la sostenía como si siempre hubiera portado una. La de orbes grises le apuntaba a Gin y la mano ni siquiera le temblaba, era como si en algún momento hubiera practicado el manejo de una; el rubio platinado soltó el garrote con el que me quería noquear e intento acercarse a la chica, sin embargo, ella dio un disparo a la pierna del hombre que lo hizo caer y le dijo.
Canari: Da un paso más y la otra va a la cabeza — dijo sin titubear
Gin: ¿Por qué lo proteges? Él te entregara es un infiltrado — mierda me descubrieron, el hombre al ver que su hija no se sintió engañada ni mal al “enterarse” exclamó molesto — ¡lo sabías!
Canari: Prefiero ir a la cárcel que seguir sufriendo con ustedes, por cierto informe a Rum de que sus mejores hombres acaban de caer — declaró dándole un balazo a Vodka en la pierna
Vodka: Maldita — se quejó
En ese momento se escucharon las sirenas de la policía, ambos intentaron levantarse para escapar; pero, la rubia platinado les dio una patada dejándolos inconscientes. Justo cuando entraron los oficiales, me acerque a Meiko y la abracé, al estar con ella sentí como temblaba se notaba asustada; acariciando su espalda le susurré “todo estará bien”.
Canari: Revisa tu escritorio, deje algo que te interesa — mencionó mientras iba hacia los policías
Rei: No lo hagas, es muy cruel — dije con tristeza
Canaris: Tranquilo, solo necesito estar sola un rato, sé que no me entregarías — comentó con una sonrisa ladina
La tome por la muñeca antes de que se fuera y le di un jaloncito pegándola a mi, no quería que se alejara y mucho menos que la arrestaran; es muy importante para mí y estoy dispuesto a hacer lo que sea por ella. Los oficiales eran de la secreta, así que se llevaron a los que se encontraban inconscientes; pero observaban mucho a Canaris, eso me preocupó y me molesto pero no es que pueda hacer mucho; al tenerla pegada a mí la de cabello rubio platino me abrazo y a lo que nos separamos un poco la besé.
ESTÁS LEYENDO
La hija de Gin
RandomUna joven que vive infeliz su vida fue forzada a trabajar en esa maldita organización, gracias al maldito que le arrebató a su madre delante de sus ojos; tenía tan solo 10 años cuando ocurrió aquella tragedia, nunca pensó que su propio padre fuera c...