Narrador omnisciente
Después de que Izuki los dejara en la casa de Canaris, este le pidió a su sobrina que si hacían algo le informara a lo que ella asintió a lo que el mayor se retiró. Meiko ayudó a Rei a llevar a Reiko a una habitación para que estuviera cómoda, luego dejo a ambos y fue a acostar a Izumi, la niña estaba nerviosa y no quería alejarse de ella.
Canaris: ¿Qué pasó linda? ¿Esos hombres les hicieron algo?— ante sus palabras la niña negó rápidamente
Izumi: Tenía miedo, no quiero que les hagan daño
Canaris: Tranquila estaremos bien, eso te lo prometo — dijo mientras le acariciaba la cabeza
La rubia platinado, sabía que no sería fácil desmantelar esa organización, sin embargo, haría lo posible para ayudar al agente de la policía Secreta para conseguir enviarlos a la cárcel o a la guillotina; la joven se percató que la pequeña no conciliaba el sueño, por lo que, decidió cantarle la canción que su madre le solía cantar para lograr calmar a la menor. Minutos más tarde la pequeña cayó dormida, sin embargo, la joven no se dio cuenta que cierto rubio se encontraba recargado en el marco de la puerta hasta que dice.
Rei: Cantas hermoso — comentó sobre saltando a la de orbes grises
Canaris/Meiko: ¡Rei! No vuelvas a hacer eso — replicó asustada
Rei/Bourbon: Perdón hermosa, no era mi intención asustarte — dijo mientras se acercaba a ella y la abrazaba por la espalda
Canaris: Sé que le mentí a Rum diciendo que somos pareja, pero no es necesario que hagas esto — expresó con voz quebradiza
Bourbon: ¿Por qué no hacemos esa mentira verdad? — susurró a su oido, provocando que la rubia platinado se estremeciera
La chica giro sobre sus talones para poder ver los ojos de su contrario, estos reflejaban el cariño que siempre le demostraba pero, también los adornaban un brillo especial. La ojigris se perdió en aquella mirada azulada, esa que le daba consuelo y tranquilidad en todas sus pesadillas y malos momentos; al recordar esas veces, en su rostro se dibujo una sonrisa boba.
Meiko no se dio cuenta en que momento el más alto la apegó más a él, ella tenía sus manos sobre el pecho del rubio; sintiendo como sus respiraciones se mezclaban, la ojigris, reaccionó al sentir los labios del chico posarse sobre los suyos. Luego de un rato correspondió aquel beso, era tierno y lleno de amor, al separarse por la falta de aire, ambos se observaron fijamente a los ojos reflejando en estos todo lo que sentían.
Narra Meiko.
Esto debe ser un sueño, sí, debe ser eso, pero¿por qué mi cabeza y mi corazón me juegan en contra? Oculté mi rostro en el pecho del moreno, estaba nerviosa, de todo lo que ha pasado hoy esto no me lo esperaba. Volví a la realidad al sentir las manos de Bourbon aferrarse más fuerte a mi cintura, eleve mi vista un poco y noté que esos hermosos ojos cielo miraban fijamente la puerta de la habitación; intenté girarme para ver, pero él me lo impidió, en ese instante se escucharon unos aplausos desde la entrada del cuarto y una voz.
Hiromitsu: En hora buena — dijo con alegría lo cual me asusto
Meiko: Rei ¿puedes soltarme? Y no, no estas alucinando — dije a lo que el moreno aflojo su agarre pero no me soltó este chico es muy sobre protector
Hiro reía por la expresión de su amigo, pues nunca pensó que al estar conmigo podría verlo; esto se me fue de las manos, aunque aproveché que Zero suavizó su agarré y pude voltear me para ver a mi hermano. Hiro se nos acercó, si él estaba aquí es porque pasa algo, este chico está más que al pendiente de nuestra seguridad ahora; Rei parpadeo un par de veces ya que seguía pensando que se trataba de una ilusión.
Meiko: ¿Qué te traé por aquí Hiro? — cuestioné a lo que el rubio a mi espalda se sorprendió
Hiromitsu: Sólo vine a ver a Izumi, creo debí hacerte caso — comentó con una sonrisa melancolica, ante lo cual solté un suspiro lleno de tristeza
Rei: Definitivamente ya me volví loco — su comentario nos hizo reir, era de esperarse que pensara eso, pues la primera vez que empecé a ver fantasmas pensé lo mismo
Le expliqué que no se estaba volviendo loco ni nada por el estilo, pues en verdad estaba viendo a Hiromitsu; aunque me sorprendió mucho que viniera a ver a su hija, pero era de imaginarse que en algún momento lo haría.
- No deberías despertarla, a esa edad empecé a ver fantasmas no quiero que se atormente y lo digo por experiencia - aconsejé a lo que mi hermano asintió
Cuando nuestro amigo se retiró para ver a su hija, el moreno trataba de procesar lo que acababa de ver; la expresión de Rei me causaba gracia pues era notoria su sorpresa y no estoy segura que reaccione por un buen rato. Lo tome de la mano para llevarlo hasta la que sería su habitación, al dejarlo ahí, me dirigí a la habitación en la que se encontraba Reiko para examinarla y preparar su rehabilitación; luego de haber planeado la rutina para que la hermana de Zero recuperará su movilidad, escuche un grito, por la voz supe que era Izumi por lo que fui a ver que había pasado aunque ya me lo podía imaginar.
- ¿Qué fue lo que te dijeron? - Escuche a Rei regañar a Hiro
Hiromitsu: Perdón, no creí que con solo acercarme se despertaría
Entré en el cuarto y me senté junto a ella sin que esos dos me notaran, sabía que la niña estaba asustada, por lo cual, la abracé y deje que sollozará entre mis brazos.
- Shh, tranquila hermosa, no pasa nada, te ayudaré a sobre llevar esto ¿sí? - dije por lo bajo para evitar que se aturdiera
Cuando la pequeña se calmó, observe a ambos chicos y carraspee para que me notaran; en ese momento tanto Hiro como Rei estaban en pose militar, eso me causo gracia, pues esos dos siempre eran muy sobreprotectores conmigo.
- Me traumas te a Izumi, ahora alguien me puede decir ¿qué pasa el lunes? - cuestioné con una sonrisa inocente
- ¿Enserio no recuerdas que se celebra ese día? - mencionó el azabache a lo que negué con la cabeza
- Meiko, ¿cuándo cumples? - interrogó Rei observando me
- No recuerdo, hace años que no celebro mi cumpleaños y ustedes lo saben mejor que nadie - respondí honesta a lo que ambos se miraron entre sí
No hablamos más sobre el tema, pues ya tenía sueño y la pequeña se quedó junto a su padre; quien insistió en estar con ella y la pequeña aceptó. Rei y yo estábamos felices pues era lindo pasar tiempo con él, además aún no le he dado una respuesta a su declaración indirecta; pero el moreno me gusta desde aquel día que les salvé de que los descubrieran, me pareció guapo desde que lo vi.
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La hija de Gin
RandomUna joven que vive infeliz su vida fue forzada a trabajar en esa maldita organización, gracias al maldito que le arrebató a su madre delante de sus ojos; tenía tan solo 10 años cuando ocurrió aquella tragedia, nunca pensó que su propio padre fuera c...