Veintiocho

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Dos cuerpos yacían desnudos sobre un montón de ropa que al paso de las horas terminó por secarse, incluso si estaban cansados por las discusiones y por la intimidad compartida ninguno pudo cerrar los ojos, ni siquiera un segundo. Había algo que les advertía cuando quisieron hacerlo al inicio, cómo si el viento les dijera que el otro podría desaparecer nuevamente si se descuidaban un poco.

Se abrazaron mutuamente enredando las piernas con las del otro, sin decir nada. Ya habían llorado, gritado, expulsado todo lo que tenían guardado en esos momentos, incluso al grado de terminar justamente desnudos, con marcas ajenas sobre sus pieles. No obstante, existía una pequeña espina que lastimaba cuando tragaban saliva, detenía el paso, pero cuando la buscaban simplemente no la sentían.

Los rastros de la lluvia permanecían afuera, llevando por los pequeños orificios del departamento una corriente fría que obligó a Win a aferrarse a Bright con más intensidad. Su pecho era cálido, tanto que pronto el calor se impregnó en sus palmas.

-¿Sabes quién causó todo esto? -cuestionó seriamente mirando el hombro de Vachirawit quien solo se removió acariciándole la nuca. -Dijiste antes que trataste de averiguarlo, al menos habrá salido un sospechoso.

-Claro que lo tengo, lo pensé mucho, solo existe una persona que quisiera hacerte, hacernos daño a los dos y que perdieras la memoria le venía como anillo al dedo.

-Entonces quién es...-por alguna razón saberlo le provocaba ansiedad, una parte de él quería oírlo, pero otra se negaba hasta cierto punto.

-En el trabajo, hubo una ocasión donde una señora fue a buscarte, y saliste a comer con ella junto a Luke. -murmuro mirando el techo de la habitación con total atención.

-¿Hablas de la señora Um? Qué podría querer esa mujer de mi exactamente.

-Ella es tu madrastra Win. Fue ella quien causo todo esto, porque, ¿qué otra razón habría en tenerte cerca si no necesitara tenerte vigilado? A ella más que a nadie le conviene tenerte así, ganarse tu confianza hasta pedirte algo y con ello sellar su fortuna en caso que recuperaras la memoria y decidieras ir por la herencia de tu padre.

Win terminó por sentarse hundiendo el rostro entre sus palmas, lo que decía Bright tenía sentido, pero no dejaba de hacerlo sentirse miserable, lentamente, su propio presente estaba quebrandose, al final una buena parte de este era mentira y no sabía qué realmente fue real desde que despertó.

Al verlo tan afligido, Bright se acomodó justo a su lado tomándole la mano entrelazando los dedos.

-Seguramente ahora mismo se está riendo de mí. Al final logró lo que quería, ambos separados, uno sin memoria y ella con todo lo que quería desde un inicio. ¿Qué le hice a esa mujer para que nos hiciera esto? Se aprovechó totalmente de mí, me hizo creer que era una buena mujer, y ahora resulta que todo fue una mentira.

-Solo existir, nunca le agradamos realmente, te soportaba solo porque eras el hijo de su esposo, supongo que parte de su enojo fue cuando en una pelea tu padre le gritó frente los empleados de su casa haciendo que murmuraran a sus espaldas. Y más cuando te negaste a casarte con su ahijada.

-Si te pido algo, ¿me vas a ayudarías no es así?

-Claro, solo dime.

-Bright, quiero vengarme de ella. Me quitó todo lo que era mío, se burló en mi cara vistiéndose de buena samaritana. -sus labios temblaban del enojo que sentía, pero sabía que actuar ahora solo causaría problemas debía tener un plan.

-¿Quieres revelar que tú eres el heredero real de la fortuna de tu padre? Sería una buena manera de hacerlo, quitarle lo que por derecho te pertenece.

"ENCADENADOS" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora