28. Montse

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Pd: no he respondido comentarios, pero lo haré, solo necesito tiempo aaah pero ya casi entro a vacaciones, así que promesa. No los ignoro, solo que la vida adulta me gana :'c

Hace más de un año que no piso una playa, no solo porque ahora que tengo trabajo el tiempo es más limitado, sino porque mi mente de algún modo asociaba el mar, la arena y el olor de la sal con Henry

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Hace más de un año que no piso una playa, no solo porque ahora que tengo trabajo el tiempo es más limitado, sino porque mi mente de algún modo asociaba el mar, la arena y el olor de la sal con Henry. Quizás porque todas nuestras vacaciones, o al menos la mayoría, las compartimos en playas paradisíacas alrededor del mundo.

Esta playa, la que queda a tres horas de nuestra ciudad, no se parece en nada a esos paisajes de ensueño y eso me alegra. La gente es más escasa, la arena es un poco más áspera de lo normal, el clima no es extremadamente caluroso como para ver personas en bikini por montones. Es lo suficientemente cálido, al menos, para que algunos osados sí decidan bañarse, entre ellos Noah y Vero, que con el agua en la cintura disfrutan de lo que queda de la tarde.

Es un fin de semana con feriado, es decir que yo descanso los dos días y cuando Vero y Noah se pusieron de acuerdo para hacer este pequeño viaje, me invitaron luego de invitarte a ti. Una parte de mí deseaba que no vinieras, Ingeniero, pero la parte más grande está contenta de que estés acá.

No sé nadar y fui al salón de belleza hace poco, así que decidí no entrar al agua y tú optaste por acompañarme. Quedarnos simplemente mirando a tu hermano y a Vero no parecía muy atractivo, mucho menos cuando Chocolate está con nosotros y ella no es capaz de quedarse quieta. De modo que acá estamos, caminando por toda la orilla del agua, nuestros pies descalzos, Chocolate trotando aquí y allá persiguiendo las burbujas de jabón que yo le lanzo con el burbujero.

—Le encantan las burbujas —digo en voz alta, al verla brincando tras el último grupo. Sonrío ampliamente y noto que me miras, así que continúo—: Lo descubrí cuando tenía como seis meses; fuimos al parque y había un hombre jugando con burbujas con sus dos hijos pequeños y Chocolate corrió enloquecida a comerse las burbujas. Se veía tan feliz que compré mi burbujero y siempre que hace bonito clima, lo sacamos.

El vaivén de las olas moja nuestros pies mientras andamos, una fuerte brisa salada nos choca en el cuerpo, pero no recuerdo haber estado tan tranquila hace mucho tiempo. Tú también luces sereno, satisfecho, como si caminar en la arena húmeda fuera tan relajante como tomar un fuerte sedante. Has arremangado tus pantalones claros hasta la rodilla, llevas una simple camiseta sin mangas, dejando al descubierto tus pálidos y fuertes brazos. Me ha costado no quedarme mirando, espero que no lo notes.

—¿Por qué se llama Chocolate?

Me río.

—Mera nostalgia; así se llamaba una mascota de mi infancia. ¿Tú tuviste mascotas?

—No, a mi mamá no le gustan los animales de esa manera y decía que darnos una mascota a Noah y a mí era responsabilidad para ella porque éramos niños irresponsables.

Las raíces de Ralph •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora