Dicen que el antes es peor que el durante. Tienen razón. La imaginación vuela víctima de la incertidumbre y en la mente se suceden los peores escenarios posibles. En los míos hay hombres y mujeres armados batiendo el bosque en nuestra búsqueda. En los menos malos nos encuentran y nos capturan. En los más terribles nos meten un tiro en la cabeza a quemarropa. En cualquier caso, todos tienen una realidad común. Y es que han venido a por nosotros.
Acaricio la cabeza de uno de los lobos, que bosteza y la apoya sobre mi pecho. Todo en estos días ha sido extraordinario, ya sea para bien o para mal, pero tener la oportunidad de vivir esta maravilla de la naturaleza es un privilegio. Auténticos depredadores descansan a nuestro lado, dándonos su calor con una ternura desconocida en su hábitat. Si no fuera por la Orden de Los Elegidos todo sería perfecto. Aquí con Eduard tengo todo lo que necesito. Todo menos paz.
- ¿Te he dicho que te quiero?-.
- Ayer. Pero hoy todavía no-.
Me sonríe y me besa. Lo hace en los labios, en mis mejillas, en la frente y muy dulcemente en mis párpados cerrados. Más pasional en mi cuello, antes de darme el más prolongado e intenso de nuevo en mi boca. Quiero más. Sé que él también. Y los dos sabemos que no tenemos tiempo.
- Nuestra única opción es volver al internado. No quiero que encuentren la cabaña y perdernos y morir congelados en el bosque queda descartado. Pero hay algo que puedo hacer, Selene, y que quizá dé resultado-.
Mira pensativamente a cada uno de los lobos. Ellos se incorporan, bajan de la cama y caminan en círculo, como si esperaran algo.
- Serán nuestra avanzadilla. Se dividirán y explorarán lo que hay más allá de todo esto. No regresarán hasta que encuentren un lugar seguro al que podamos ir-.
- ¿Por qué?, ¿por qué no nos dejan en paz?-.
No quiero hacerlo, pero lloro. No es justo lo que nos está pasando. Me niego a resignarme a los planes que terceros a los que ni conozco tienen para mí. Quiero tener decisión sobre mi propia vida. No quiero formar parte de todas esas rarezas, de ese rollo espiritual que reina en Los Elegidos y menos todavía de un experimento tecnológico con el que, encima, pretenden convertirnos a saber en qué. ¿Siervos? ¿Soldados?
- ¿Qué es lo que quieren de nosotros?-.
- Crear humanos genéticamente superiores. Como yo-.
- No lo dirás en serio Eduard-.
Sus palabras están tan fuera de lugar y suenan tan prepotentes y egocéntricas que a los dos nos entra la risa. Suspiramos a la vez para pararla y volver a la conversación. Cuánto necesitamos momentos así...
- Está bien, está bien. Me explicaré mejor. Mi capacidad cerebral se desarrolló de manera natural, sin necesidad de ningún microchip ni de tecnología alguna, y es imprevisible. Cada día avanza más, aunque también cada día descubren nuevas maneras de controlarla. Por ejemplo con mi madre. Encontraron una conexión entre nosotros y la convirtieron en una debilidad para mí. Podía leer sus pensamientos y ella los convertía en órdenes en mi cabeza. También Accardi tiene ese poder, aunque en su caso necesita de la hipnosis. Él es como yo. Evoluciona por sí mismo y sin interferencias, pero en diferentes caminos-.
- Por eso estabas ausente cuando tuviste que elegir los que abandonaban el internado y los que se quedaban-.
- Sí. Pero pasó algo. Abrí una brecha. Mi madre te eligió para irte y yo no te escogí. ¡Me deshice de su control! Y lo más importante de todo es que sólo Ate sabe que fue así. Para Accardi y Leire lo más lógico es pensar que ejecutaba órdenes de Ate. Para protegerme y mantener mi nuevo secreto...mi madre... Ya sabes lo que pasó-.
- Yo... lo siento mucho Eduard-.
Lo abrazo. Siento su dolor dentro de mí. Y también su rabia. Pero por encima de todo percibo su potente autocontrol. Este abrazo me pide confianza. Me ofrece seguridad. Sin embargo, al separarnos me observa dubitativo.
- Podemos vencer con nuestra derrota-.
- ¿Qué quieres decir?-.
- Desconocen que eres inmune y que también yo estoy desarrollando esa habilidad. No tienen ni idea de mi hermandad con los lobos. Hoy dejaremos que nos den caza. Que celebren y disfruten su victoria. Que Accardi practique con sus técnicas de manipulación y se divierta dándonos órdenes. Porque en verdad los dos estaremos conscientes y en caso de que tu vida peligre podremos reaccionar y el factor sorpresa jugará a nuestro favor-.
- Espera, espera... ¿Mi vida peligra?-.
Eduard mordisquea su labio inferior, rumiando su respuesta.
- Es posible-.
- ¿Por qué?-.
- Porque desconocen hasta dónde llega el poder de tu mente, así que eres prescindible. No hay mucho en ti que no puedan conseguir con cualquiera de las demás. Y si supieran lo que eres capaz de hacer te verían como un peligro. Si no logran someterte a su voluntad, ¿para qué te quieren?-.
- Eduard, estamos divagando en voz alta. Creo que mi cabecita va muy por detrás de la tuya. Lo primero que tenemos que hacer es irnos de aquí. Mejor que nos den caza, como dices, antes de que den con la cabaña. Y respecto a todo lo demás, tendremos que improvisar-.
- Mejor resumen, imposible-.
- Así que... domino una función en la que aún no te manejas ¿eh? A mí nadie me puede controlar y tú tienes que luchar contigo mismo para evitar que lo hagan-.
Me sonríe y me da la mano para iniciar la marcha y alejarnos de la cabaña.
- Todo eso por no mencionar que eres capaz de someter a toda una manada de lobos y no puedes obligarme ni a darte un beso-.
- ¿Tengo que obligarte?-.
- Nunca-.
Es un beso que sabe a despedida. A una especie de hasta luego. Sabemos que ocurrirá en cualquier momento. En breve. Uno o dos. Quizá más. Irán armados. Saldrán de la nada y nos atraparán.

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SELENE
عاطفيةNada es lo que parece. Nadie es quien dice ser. ¿Existe el destino? ¿se puede cambiar el futuro? Selene tendrá que descubrir las respuestas a estas y otras preguntas mientras se ve obligada a vivir las surrealistas experiencias que ocurren en el int...