Capítulo 17

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 Era el padre de Sophie, pálido como la muerte.

—¡Acabo de ver algo! —exclamó jadeando y agitando la antorcha. Entonces Agatha vio cómo la sombra jorobada sobre la pared se acercaba a la ancha silueta de Stefan.

—¡Allí está! —gritó. Stefan giró sobre sus talones, pero la sombra sopló su antorcha. Agatha tomó un fósforo de su bolsillo y lo encendió. Stefan yacía inconsciente sobre el piso. Sophie había desaparecido.

Afuera se oían gritos.

Por la ventana, Agatha vio que los aldeanos perseguían a Sophie mientras la sombra la arrastraba hacia el bosque. Y cada vez más aldeanos se sumaban a la persecución, gritando y gritando...

Sophie sonreía de oreja a oreja.

Agatha salió por la ventana y corrió detrás de su amiga. Pero justo cuando los aldeanos alcanzaron a Sophie, sus antorchas explotaron como por arte de magia y quedaron atrapados en círculos de llamas. Agatha esquivó las trampas de fuego y corrió a salvar a su amiga antes de que la sombra la arrastrara hacia el bosque.

Sophie sintió que su cuerpo se despegaba del césped suave y pasaba sobre suelo pedregoso. Frunció el entrecejo ante la idea de presentarse en la escuela con el vestido sucio.

La escuela del bien y el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora