15. De vuelta

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La temporada había comenzado y todo como siempre con un primer baile. El día pasó acelerado entre baños, maquillaje y peinados altos, Elena Beaumont llevaba un vestido color olivo y accesorios en dorado adornando sus orejas, cuello y muñecas, también el velo que cubría su rostro era del mismo tono, se aseguró que las demás cicatrices estuvieran bien cubiertas y suspiró viéndose al espejo.

"Creo que se ve bien" habló Emily, su doncella mirándola a través de su reflejo.

"Eres demasiado amable conmigo" le respondió la mayor de las Beaumont sonriéndole y tomándole la mano.

"Yo estaré toda la noche a su lado, mi lady" prometió y Elena sintió el nudo en su garganta extenderse. Su hermana debía estar para ella, sin embargo era tanto el odio que Maggie sentía por ella que ya ni siquiera lo intentaba.

Cuando minutos después anunciaron que el carruaje estaba listo ella y su doncella caminaron a paso decidido. Debía ser fuerte, debía soportar esta primera noche y las demás serían pan comido.

Rezó. Por quizá la primera vez en su vida, la mayor Beaumont puso todas sus plegarias en soportar, el estómago se le hacía nudo y tenía náuseas, las manos le sudaban y su madre frente a ella la veía con preocupación.

"Tranquila, cielo, todo estará bien" dijo timándole la mano y acariciando sus nudillos con el pulgar, asegurándola.

"Hasta que Benedict se de cuenta que la señorita Hyatt-Cassidy será mejor esposa" se burló Margaret sin dejar de ver hacia la ventana. Vomitaría, Elena estaba segura que...

"Llegamos" anunció su madre.

Paso a paso caminaron a la entrada, la gente las miraba, su hermano y padre las habían esperando en la puerta, su cuñada estaba demasiado embarazada para presentarse ya que podría ser riesgoso, así que eran sólo ellos, como hace tantos años.

El miedo la embargó. Podía ver a toda la gente mirándola y se sintió demasiado pequeña, sin embargo no pudo evitar preguntarse si así, mirándola, se darían cuenta si Jonathan Cassidy la atacara de nuevo.

No lo harían.

Se aseguró a sí misma en su mente, no importaba cuantas miradas estuvieran en ella, jamás notarían que un lord la atacara en los jardines, tal y como no lo hicieron cuatro años atrás.

"¿Es esa la familia Beaumont?" "¿Quién es la del velo?" "Creí que Elena había muerto" "¿Con que cara vuelve a presentarse aquí?" "La reina tendrá su cabeza antes que ella un pretendiente"

Voces. Voces. Y más voces.

Su padre le tomó la mano y la presionó afectivamente, su hermano extendió su brazo para que ella lo tomara y así lo hizo, sin pasarle desapercibido el desdén con el que su hermana la miraba, era como si Maggie tuviera planeado algo y eso la aterraba.

"¿Por qué no buscas alguien con quien bailar, querida?" Ofreció sí madre a Margaret quien se mantenía a su lado.

"Espero a que el señor Bridgerton haga su aparición. Debo chaperonear" explicó, aunque no era necesario en realidad, las damas de la reina tenían sus chaperones para andar siempre, aunque la reina le había pedido a Maggie que lo hiciera, obviamente no se refería a un baile donde ella debería conseguir marido.

"Necesitas pretendientes" siseó su madre sintiendo la maldad irradiar de su propia hija.

"No lo creo" sonrió la rubia. "Oh, ahí está" señaló con una mirada y Elena no pudo más que girarse a ver. Los Bridgerton entraban al baile con cabezas altas y hermosas, ojos tan brillantes y sonrisas deslumbrantes, a excepción de Eloise, claro, quien preferiría estar en cualquier lugar.

Scars. Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora