Epilogo.

2.1K 131 8
                                    

Querido lector...

Así como termina esta historia de amor entre el segundo hijo de los Bridgerton y la segunda hija de los Beaumont, algunas otras sorpresas se nos presentan en el camino.

•••••

"Querido" dijo Elena leyendo la correspondencia en sus manos.

"Mi amor" respondió el hombre mirándola.

"La señorita Hyatt-Cassidy se casa, la reina ha dado su bendición" replicó Elena mirando con preocupación a su esposo.

"¿Stephanie?" Preguntó acercándose a ella recibiendo el asentimiento de su esposa.

"¿Ella no...?"

"¿Prefería la compañía femenina? Así es, me preocupa este matrimonio tan abrupto."

"Deberíamos ir a verla, siempre fue nuestra aliada, incluso en los momentos más oscuros" Benedict asintió y en cuanto tuvieron las maletas armadas tomaron camino a Londres, sorprendiendo a todos los que se topaban en el camino, Benedict y Elena visitaban poco la ciudad, preferían ver a su familia en Aubrey Hall cada verano y evitar las preguntas sobre su desendencia.

"¡Stephanie!" Exclamó Elena una vez que les dieron entrada a la mansión de los Hyatt.

"Mis queridos señores Bridgerton" saludó la joven de impresionante figura y sonrisa amable "han escuchado las noticias" afirmó y con asentimientos, ambos las invitaron a seguir. "Lo...lo que yo gusto no es permitido por la sociedad, queridos" explicó con un nudo en la garganta. "He encontrado a alguien que al igual que tú, Benedict, no me obliga a... hacer cosas que no quiero y me da libertad" dijo apenas con un hilo de voz y Benedict corrió a abrazarla, su amistad iba más allá que tanto que los ayudó con su relación a escondidas y contra la reina, Elena los veía, las lágrimas en los ojos de Stephanie Hyatt-Cassidy acompañada de una pequeña casi imperceptible cicatriz que su primo le dejó tras su ataque. Así era la vida de los hombres y las mujeres, obligados a pretender, obligados a fingir, obligados a no amar.

•••••

"¡Qué alegría que estén aquí, cariño!" Dijo Lady Violet Bridgerton recibiendo a su hijo y nuera en la entrada de la casa número 5.

"Fue un largo viaje" aviso Benedict levantando a su madre del suelo en un abrazo haciéndola reír.

"Penelope está en cinta de nuevo" aviso sin pensarlo demasiado, con una sonrisa que mostraba que su emoción por ser abuela de nuevo no podía ser contenida.

"¡Enhorabuena!" Replicó Elena, entre sus muchos defectos, la joven antes Beaumont no había podido darle un heredero a Benedict, mientras todos sus hermanos alineaban a sus sobrinos, Elena solo podía jugar con ellos y verlos crecer, sin darle la dicha a Benedict que cumplía con orgullo y amor su deber como esposo, sin éxito, Elena se sentía una impostora como mujer, cada vez más al no poder engendrar.

"Te amo" le repetía Benedict noche y día, Elena lo sabía, sin embargo, la pena de estar en la casa Bridgerton la agobiaba.

"Lo sé" respondía antes de apagar las velas y cerrar los ojos para fingir un sueño que no llegaría por horas. "He pensado en algo" susurró a la oscuridad.

"Dímelo" escuchó mientras su esposo se acomodaba acurrucandola entre sus brazos.

"Quizá es una buena idea contratar a una madre sustituta" le dijo abriendo sus grandes ojos y mirando con el leve reflejo de la luna como el rostro de Benedict se contorsionaba de la confusión a la ira en segundos, antes de levantarse de la cama. "¡Benedict!"

"¡No, Elena! Lo hemos hablado tantas veces antes... tú quieres que... que yo...." Ni siquiera podía terminar la frase.

"Serán tus hijos, no habrá diferencia"

Scars. Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora