21. Miedo

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Habían pasado casi 3 meses desde la conmoción en la casa Beaumont. 3 meses de la desaparición de Jonathan Cassidy, 3 meses de la deserción de Margaret Beaumont a un internado escocés, 3 meses de la muerte de Lucy Beaumont, futura duquesa de Wessex.

Para el primer hijo de los Beaumont no había dolor más grande e insoportable que el que estaba sintiendo en ese momento y aunque en sus brazos dormía su pequeño niño y heredero, las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas.
Elena, a su lado, abrazaba su espalda y recargaba la cabeza en su hombro, su salud había mejorado, luego del episodio no había habido ninguno igual y aunque salían todos temerosos a la calle, este no era un día para pensar en ella, sino en su hermano.

"Es igual a ella, ¿no?" Preguntó a su hermana, mientras recostaba al niño en su cuna, no era común que un futuro duque cuidara personalmente a su hijo, pero Louis no parecía tener la fuerza para apartarse de él ni un segundo.

"Yo creo que tiene tus ojos" le respondió su hermana.

"Te equivocas" susurro él y mirándola con una pequeña sonrisa acarició la cabeza de su bebé y se alejó poco a poco dejándolo al cuidado minucioso de su nana. "No se separe ni un segundo de él" ordenó.

"No lo haré, mi lord" respondió la joven haciendo una reverencia mientras los hermanos salían de la habitación del pequeño.

"Debo volver al trabajo, buscar a Cassidy, visitar a nuestra hermana..." enlistó.

"Shh, Shh, Shh" Lo silenció Elena.

"No tienes que hacer nada de eso, debes descansar" lo reprendió.

"Tengo tres largos meses 'descansando' querida hermana, es momento de volver a la vida o me consumirá la muerte" Elena vivía con miedo de salir, comer e incluso dormir, sin embargo, debía ser fuerte por su familia y su hermano, sobre todo.

La reina, había citado a los Beaumont sólo unos días atrás para informarles que todos sus esfuerzos habían sido en vano, no había rastro de Jonathan Cassidy y aunque estaban sus guardias preparados, por el momento no había más que hacer. Los Beaumont asintieron y desistieron de pedir más seguridad para su hija mayor, se sabía que Lord Cassidy era malvado, no hubo necesidad de que la desaparecida Lady Whistledown lo escribiera, toda la tonelada lo sabía.

En la casa Bridgerton las cosas tampoco iban nada bien, desde que Lady Violet se enteró de que la hija mayor de los Beaumont había sufrido un posible aborto se le palidecieron las mejillas, casi lleva ella misma a Benedict al altar para que dijera sus votos a la joven, el único que pudo detener su ira, fue Anthony, sin embargo, desde ese día no le dirigía la palabra a su segundo hijo.

"Sigue sin hablarte" no era una pregunta, pero ya que el menor de los Bridgerton había vuelto de la escuela, se daba cuenta apenas de lo que pasaba en su casa.

"No lo entenderías, Greg" respondió Benedict con un vaso de whiskey en la mano.

"No haz ido a verla" le dijo el más joven.

"Madre ha cerrado todos mis pasos, los guardias no me permiten acercarme a su puerta, no la puedo ni voltear a ver si no es para pedirle matrimonio" respondió el mayor tomándose de un trago lo que quedaba en su vaso.

"¿Y qué te detiene?" Le preguntó el menor, bendita juventud, cuando no sabes nada no hay nada que te detenga, pero la vida no es así de fácil, jamás.

"La reina no ha roto el trato" respondió Benedict sombrío.

"Ella había dicho un mes" Ben lo miró como si le hubiera crecido otra cabeza "sí... claro, es la... reina y ella decide cuando cambia sus reglas"

Scars. Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora