Princesa Bastarda [Aemond Targaryen]

30

Después de la cena Magaelle se ausenta temprano para asegurarse de que los niños se encuentran bien, Maelor duerme profundamente mientras que Jaehaera lee un libro acerca de insectos que Aemond le obsequió en su séptimo día del nombre.
La joven recomienda a la niña dormir temprano antes de salir de la habitación, aunque sabe que probablemente Jaehaera se quedara aglutinada a su libro hasta pasada la media noche.
Más Magaelle se encuentra frente a frente con Aegon antes de salir, notablemente va ebrio, aún sostiene una copa en la mano y la mirada perdida.

Se queda callado por un momento hipando a causa de la ebriedad y da un paso a un lado dejando espacio para que la joven pudiese pasar.

— ¿Quieres darles las buenas noches? Jaehaera aún está despierta —Avisa una vez fuera pero Aegon niega con la cabeza.

—Mis... Dos... Niños —Arrastra las palabras, se encuentra mareado y le es difícil mantenerse de pie —Niños que yo no quería —Admite.

—Pero ya están aquí —Magaelle se vuelve hacia el —Y son tus herederos, tu sangre.

—Pero ellos... Ellos pronto olvidarán eso —Asiente y da un paso que les deja más cerca —Ellos también me dejarán solo.

—No digas tonterías Aegon, vas demasiado borracho —Bufa la joven y con un hombro choca de tal forma a Aegon que le hace tambalear.

— ¡Es la verdad! —Vocifera en medio del pasillo —Siempre ha sido de ese modo —Intenta explicar persiguiendo a la joven —Siempre me he sentido así —Con su mano libre toma el hombro de Magaelle haciéndole retroceder varios pasos —Necesito... Necesito sentir algo.

Sus ojos chocan justo antes de que Aegon estampase sus labios contra los de la joven.
Dejando caer al suelo su copa envuelve sus manos sobre la cintura de Magaelle obligándole a retroceder los pasos suficientes hasta chocar con una pared.

— ¡Suelta Aegon! —Magaelle le empuja pero él vuelve a abalanzarse contra la joven y su agarre es lo suficientemente firme como para que la joven no pueda deshacerse de él sin hacerle daño.

Aegon desgarra una parte del hombro de su vestido en un intento por besar su cuello, siente como la rubia se revuelve bajo su cuerpo pero no puede parar.
Necesita con urgencia los placeres que una mujer puede brindarle.
Magaelle hace intentos fallidos por zafarse pero al estar pegada a una estructura le es difícil moverse mientras el reparte saliva por su piel.
Lo intenta hasta que el rubio se aleja violentamente, y no por voluntad propia, sino que Aemond le sostiene del cuello.

— ¿Que crees que estas haciendo? —Pregunta tranquilamente  a su hermano quien intenta enfocar la vista y no sabe bien qué responder — ¿Querías follarte a mi esposa, hermano? —Enfatiza la palabra hermano mientras suelta su agarre.

—Y-yo... —Aegon no puede hablar debido a los nervios y el alcohol, su mirada va de Aemond a Magaelle antes de responder una oración prudente —Mejor me voy.

—No tan rápido —Aemond nuevamente le toma por el cuello con una sonrisa maliciosa entre los labios —Mejor acompáñanos.

Aemond arrastra a Aegon quien no opone demasiada resistencia, pese a que la joven no sabe de qué va el plan de Aemond; a juzgar por su sonrisa lobuna, sabe que tiene uno.

En sus aposentos el príncipe tuerto hace sentarse al rey en una banqueta presionando sus hombros.

—No es necesario, ya tengo bastante sueño —Balbucea.

—Es más que necesario —Asegura y se encamina directamente hacia Magaelle, él está pidiendo con su mirada un permiso que ella le concede con un movimiento de cabeza antes de que él depositara un beso en su mandíbula —El problema no es que desees a Magaelle —Dice antes de recorrer con besos el cuello de su princesa —El problema es que es mía —Advierte estridente y con su mano presiona levemente la espalda de la joven haciéndole inclinar sobre la mesa.
Al levantar su falda comienza a trazar movimientos circulares sobre su sexo lo cual hace que la rubia gima mordiéndose el labio, Aemond tiene su único ojo clavado sobre su hermano quien traga saliva nervioso e intenta desviar la atención —Pon atención Aegon.
Ordena con perversion y una sonrisa estridente en sus labios. Toma el cabello de la joven y jala de él mientras introduce dos dedos que le hacen jadear, no tarda en aumentar la velocidad de sus movimientos mientras se asegura de que Magaelle esté disfrutando aquello.

—Aemond... —Gime suplicante.

El joven apenas baja sus pantalones pero es suficiente para poder penetrarle de forma bestial una y otra vez hasta que ella logra llegar al clímax.
Continúa de ese modo hasta que él mismo libera su extasis, más no se detiene en ese punto sino que sienta a su esposa sobre la mesa y con delicadeza baja ambos hombros de su vestido dejando a la vista sus pechos los cuales succiona y besa asegurándose de que su hermano viese cómo brotaba leche de estos a causa del embarazo.

En su lugar Aegon se removía nervioso con ambas piernas cruzadas, no sabía el por qué pero aquello le había quitado cualquier deseo de follarse a Magaelle aunque estuviese borracho.

Aemond mismo es quién acomoda las ropas de su esposa antes de caminar en dirección a su hermano y tomarle por la mandíbula obligando a que le mirase directamente

—Espero que esto haya servido para que aprendas a no tocar lo que es mío —Gruñe.

—Clarísimo.

Capitulito picante puess,
Para cerrar con la noche sisi.

Me fue bastante divertido escribir esto, sinceramente creo que a Aemond puede divertirle de algún modo el hecho de que su hermano desee a su esposa ya que sabe que Magaelle no va a darle atención y como es medio maldito le gusta molestar a su hermano.

En fin, se viene pequeño salseo en los próximos capítulos así que nada, agarrense 🤭.

Gracias por darle tanto amor a la novela y sigan así, los amoooooo.