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Era de madrugada cuando alguien llamó a la puerta de los aposentos de Magaelle en Aguasmil, a lo que la rubia, por si acaso, tomó una daga y la guardo en su manga antes de abrir la puerta

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Era de madrugada cuando alguien llamó a la puerta de los aposentos de Magaelle en Aguasmil, a lo que la rubia, por si acaso, tomó una daga y la guardo en su manga antes de abrir la puerta.
Para su sorpresa no era nada más ni nada menos que Jacaerys Targaryen quien se encontraba de pie bajo la penumbra de la noche.

—Jace... —Susurro con cierto tono de emoción a lo que él castaño le devolvió una mueca simpática.

—Se que es tarde —Repara —Pero no podía dormir pensando en ti —La joven pellizca su brazo ante tales palabras — ¿Gustas pasear?

—Claro.

Magaelle se volvió hacia su recámara y tomó una capa que colocó sobre sus hombros para cubrirse del frío de la noche mientras volvía a salir junto al joven.

— ¿Como están tus niños?

—Asustados, pero bien —Asegura ella mientras ambos caminan a paso lento.

—Daemon no deja de hablar de Luceryon —Jacaerys suelta una risa ahogada recordando al cónyuge de su madre comentar animadamente sobre su pequeño nieto.

—Es un niño ocurrente —Corresponde —Se parece un poco a él.

—Creo que es, en cierta forma, por qué le recuerda a ti —Ella permanece callada y es el sonido de sus pasos lo único que se oye en el ambiente —Es lindo que le hayas rendido tributo a Luke de algún modo.

Jacaerys le observa de reojo.

—No me he olvidado de el —Inhala intentando que su voz no se quiebre.

Pero el silencio que se genera nuevamente hace que ninguno quiera volver a tocar ese tema.

— ¿Y que vas a hacer ahora?
Pregunta con curiosidad el castaño.

—No lo se —Admite —Yo no tengo un bando —Aclara —Solo quiero la seguridad de mis hijos.

— ¿Entonces no conspirarás contra mi madre?

—No tengo nada en contra de tu madre —Magaelle frunce el ceño —Ella siempre debió ser la reina —Esboza con veracidad —Yo solo busque venganza para contra mi padre por lo que sucedió —Aclara —Del mismo modo en el que Aemond hizo.

—No puedo salvar a Aemond —Admite Jace y traga saliva —Pero puedo salvarte a ti y a tus hijos —Sus ojos se clavan en ella y viceversa —Si Aemond decide hincar la rodilla, al igual que sus hermano, mi madre le enviara al muro despojado de sus dragones y anulara tu matrimonio —Comunica —He negociado el que te conviertas en mi esposa y sacarte de este encierro.

La joven tiene que pestañear un par de veces para poder procesar la información que está recibiendo.

—Jace... —Musita sorprendida — ¿Por que harías eso por mi?

—Tu salvaste mi vida una vez, y te dije que lo recordaría —Toma una bocanada de aire —Me gusta la mujer en la que te has convertido —Admite —Admiro tus conquistas y tu forma de pensar —Toma sus manos —Y se que es la única forma de que no te separen de tus hijos y te envíen lejos.

Ella se ve obligada a tomar aire antes de hablar.
—Jace... —Susurra —Aunque es una oferta tentadora que ninguna persona osaría en rechazar —Acaricia su mejilla —No me interesa el trono de hierro, ni las conquistas, ni las disputas familiares —Sonrie de lado amargamente —Siquiera creo querer... Venganza contra Daemon —Suspira sin mirarle —Creo que lo único que quiero ahora mismo es que esto acabe, y vivir muy lejos del reino junto a mi esposo, mis hijos y mis dragones.

—Le amas —Concreta.

—Desde el momento en el que le vi por primera vez —Reconoce, y sus miradas se entrecruzan. Jacaerys luce, de algún modo, decepcionado por aquello.

— ¿Y si el muere?

—Sera un dolor insoportable del cual no me podré desquitar nunca —Confiesa —Pero deberé de seguir por mis niños.

—De todos modos —Repara —Intentaré ayudarte.

—Gracias Jace.
Magaelle se para de puntas para acercarse al rostro de Jacaerys y cuando él cree que va a besarlo ella deposita un beso sobre su mejilla.

Al volver a sus aposentos encuentra a su hijo sentado sobre su cama con los brazos cruzados sobre el pecho y una expresión que denota que no estaba de un muy buen humor.

— ¿Donde estabas? —Cuestiona El Niño.

— ¿Qué haces tú aquí? Es de madrugada, deberías estar durmiendo.

—Igual que tú —Responde altivo —Pregunté primero.
Sin duda alguna es la mezcla perfecta entre Magaelle y Aemond.

—Salí a dar un paseo con Jacaerys —Explica sin necesidad de mentir mientras observa cómo su hijo alza una ceja.

— ¿Te casaras con el?
Magaelle suelta un respingo resignado ante aquella pregunta y se acerca a su pequeño para sentarse junto a él en la cama.

— ¿Podrías dejar de espiar mis conversaciones?

—Te casaras con el, ¿Si o no?

—No, no me casare con el —Le observa —Amo a tu padre y así será hasta el día en el que yo muera —Explica —A estas alturas ya no me importan los beneficios, solo me interesa el que estemos bien.

—No, no me casare con el —Le observa —Amo a tu padre y así será hasta el día en el que yo muera —Explica —A estas alturas ya no me importan los beneficios, solo me interesa el que estemos bien

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POR DIOOOOOOS, se vienen últimos tres capítulos lpmmmmmm.

Prepárense mentalmente para el capítulo de mañana por qué de verdad que no se esperan todo lo que va q pasar.

Dios menos mal que todavía tengo que escribir el prólogo y tal por qué sino ya estaría llorando, voy a extrañar demasiado esta novela, aunque el que termine me da pie a seguir desarrollando Sunflower que viene preciosa.

Así que nada espero que estén disfrutando de esto, mañana ya saben, respiren hondo y prepárense 🤭.
Gracias por las leídas y los amooooooo!

Princesa Bastarda [Aemond Targaryen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora