Capitulo 8: Libertad

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*Ruby*


El viento mece mi cabello castaño con suavidad mientras el cálido sol incide deliciosamente sobre mi piel. Aún no he abierto los ojos, aunque de momento tampoco necesito hacerlo.

Bajo mis pies siento la mullida hierva y a mi alrededor el aire fresco y puro que caracteriza el mundo de los vivos.

Cuando abro los ojos río como una estúpida cuando veo las inmensas colinas verdes que se extienden más allá de lo que soy capaz de visualizar, con un tono verde que nunca jamás había visto. El cielo, de un precioso color azul, parece tan infinito que me dan ganas de extender la mano o lanzar algo contra él para comprobar que es real y no estoy encerrada bajo tierra de nuevo. La tierra, de un color marrón, se mueve cuando la doy golpecitos con el pie. Y el viento, aunque invisible, mueve todas las hojas de los árboles en lo que es la cosa más hermosa que he visto en toda mi vida.

La naturaleza es tan hermosa y poco apreciada...

- Ruby - Blake se acerca a mi y me quedo sin respiración.

Aunque mi orgullo sufra con esto, Blake siempre ha sido un chico muy atractivo. En el Tártaro, siempre con esa horrible y constante luz roja, parecía que tenía que pelo rojizo y los ojos negros; pero ahora que está bajo la brillante luz solar descubro que su pelo es negro azabache. Hermosamente oscuro. Y que sus ojos son azules. Demasiado bonitos.

Y que la manera en que estos brillan con dulzura y cariño bajo el sol cuando me mira, o la forma en que se aparta el pelo de la cara en un gesto rutinario hace que mi corazón salte dentro de mi pecho. ¿Porqué es tan guapo?

- ¿Sabías que tu pelo es castaño casi rubio? - dice con voz profunda.

Frunzo el ceño y me agarro un mechón de cabello. Y en efecto, los rayos del sol destellan sobre las hebras de mi pelo volviéndolo casi rubio.

- Tu pelo es negro - le digo.

Blake se pasa la mano por el pelo con aire despreocupado.

- Me gusta mucho como te queda el negro - digo antes de darme cuenta de lo que he dicho.

Blake me observa con los ojos como platos y Alisson, a escasos metros de mi, se ríe.

La fulmino con la mirada, pero está demasiado ocupada comiéndose a Neil con los ojos. Y la verdad es que no es para menos. El chico está espectacular. Ya era irresistible en el tártaro, bajo la luz del sol parece un verdadero hijo de la diosa de belleza.

Aunque si tengo que nombrar a alguien increíble es Ben. El sol le está haciendo brillar ¡literalmente! Su cabello rubio parece tener luz propia, y sus peculiares ojazos dorados brillan como el oro. Nunca he visto a Apolo, pero no me cuesta nada pensar que probablemente sea así. Ben parece el maldito sol.

- Vaya, Blake - Alisson se acerca a él - ¿Desde cuando tienes esos ojos? - Alisson es la única que no parece haber cambiado en absoluto.

- ¿Qué le pasa a mis ojos? - pregunta Blake con recelo.

- Que son increíbles, eso pasa - dice Alisson.

No puedo hacer más que darla la razón con un asentimiento rotundo de cabeza.

La sonrío y las dos llamamos a los chicos para encaminarnos hacia el Campamento Mestizo.

Subimos una de las colinas que tiene un enorme árbol, que es lo que nos dijeron que señalaba las entrada al Campamento. Veo un enorme arco antiguo de piedra con grabados griegos que pone: Campamento Mestizo.

Camino hacia él para pasar, pero una fuerza invisible me hace retroceder. Vuelvo a intentarlo con el mismo resultado.

- ¿Pero qué..? - escucho que dice Alisson.

La Campeona de Hades (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora