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Letra cursiva: Pensamientos de Hyunjin.

Letra cursiva negrita: Pensamientos de Minho.
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[Julio]

Antes de que lo supiéramos, pasábamos mucho tiempo juntos.

-Estoy muy cansado. –Exclamó el pelinegro.

-No mojes la cama. –Declaró Minho acercándose y tomándolo de los brazos lo alejó de su cama- Ten, cámbiate.

Al salir de la escuela, la tormenta no se hizo esperar y ambos jóvenes llegaron completamente empapados hasta la casa del rubio. Minho vivía solo con su papá y este solía trabajar casi todo el día dejándolo solo la mayor parte del tiempo, por lo que él y Hyunjin pasaban casi todas las tardes allí.

Una vez cambiado con ropa seca y calentita que el rubio le prestó volvió a ubicarse recostado en la cama mientras Minho jugaba un par de juegos en su computadora.

-Quiero dejar la escuela.

- ¿Hablas por el profesor Jeongin? ¿Renunciaras a él? - Preguntó con la mirada fija en su pantalla.

-No me rendiré, pero...

- ¿Pero?

Al no recibir respuestas Minho supuso que Hyunjin se había dormido, o simplemente no quisiera responder. Perdió la concentración en su juego por unos segundos al sentir unas manos deslizándose sobre sus hombros hasta rodearlo en un abrazo.

Al principio, estábamos jugando.

-Me sorprendiste. –Dijo.

- ¿De verdad? - Susurró divertido en su oído- No lo parecías.

Minho giró su cabeza provocando que sus narices rozaran, en un rápido movimiento lo tomó de su brazo y lo sentó sobre su regazo rodeando su cintura con sus brazos mientras los de Hyunjin se mantenían alrededor de su cuello.

- ¿Estás triste? –Preguntó al ver como el pelinegro huía de su mirada.

El silencio de la habitación, interrumpido solo por las gotas de lluvia golpeando la ventana los envolvía completamente, el cielo nocturno poco a poco se cernía sobre ellos y las luces apagadas de la habitación los mantenía a oscuras, siendo iluminados únicamente por la luz de la pantalla frente a ellos.

- ¿No estas triste, Minho? –Habló después de varios segundos ignorando la pregunta del rubio.

Creo que ambos estamos pensando lo mismo.

En un segundo Minho cargo con Hyunjin en brazos y lo dejó sobre su cama ubicándose él sobre su cuerpo. Hyunjin lo observó detenidamente, el chico que le devolvía la mirada era hermoso, desearía poder enamorarse de él, tal vez dolería menos.

El primer beso fue suave sobre sus labios, pero los que le siguieron no. Minho mordía y chupaba los abultados y rosados labios del menor al mismo tiempo que metía su lengua en su boca para enredarse con la suya, pero no era suficiente, nunca lo era.

Ninguno tenía sentimientos por el otro. Al fin de cuentas, yo también soy un reemplazo.

Hyunjin correspondía al beso con la misma necesidad, su cuerpo temblaba y se ponía más caliente por aquellas zonas donde Minho deslizaba sus dedos. Un gemido escapó de su garganta cuanto el rubio apresó entre sus dedos unos de sus pezones al tiempo que succionaba y mordía su cuello.

Hay una parte de mí que se preocupa si realmente estoy siendo un reemplazo lo suficientemente bueno para él.

La ropa comenzó a desaparecer de sus cuerpos y la excitación iba cada vez más en aumento, Minho lo giró de lado ubicándose recostado detrás de él, sus labios besaban sus hombros y sus manos iban por caminos distintos, una torturaba alternativamente sus pezones poniéndolos tan sensibles que cualquier roce le sacaban un gemido y la otra se deslizaba hacia su pantalón sacando su miembro erecto donde lo envolvió con su mano y comenzó a masturbarlo lentamente.

Hyunjin se deshacía en placer, empujando su trasero hacia atrás para sentir el miembro de Minho entre sus glúteos y proporcionarle placer al rubio también. Una de sus manos tenia sujetado a Minho del pelo mientras que la otra acompañaba a la del mayor sobre su propio miembro.

Estaba bien. Estas manos, me harían olvidar.

-Tócame más. –Suplicó en un jadeo- Más...más...

Giró su cabeza en busca de aquellos labios, Minho no dudó en darle lo que quería. En ese mismo momento sintió como Hyunjin estaba cerca de su orgasmo por lo que aceleró sus movimientos sobre su miembro, segundos después, el semen de Hyunjin se deslizaba entre sus manos. Unos cuantos embistes contra Hyunjin y él también llegó al suyo, manchando la espalda del pelinegro con sus fluidos.

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-Lo siento. –Respondió sin expresión alguna mirando a la chica frente a él- Ya te di mi respuesta, así que adiós.

-Espera...-Dijo tomándolo del brazo e impidiendo que se fuera- Espera un momento. Esperé una semana por tu respuesta. Realmente me hiciste crear expectativas.

Hyunjin la observó de arriba bajo, la chica era linda, pero no le interesaba en lo absoluto. Sin cambiar su expresión vacía volvió a hablar.

-No hay nada más repugnante que el afecto de alguien que está completamente desinteresado, ¿verdad?

-Yo...- La chica lo observaba confundida y un poco dolida por las palabras de aquel pelinegro.

Sin esperar respuesta Hyunjin se giró y abandonó aquel salón vació dejando a la chica con la palabra en la boca, tal vez fue muy rudo con ella, pero no le importaba.

Casi un año atrás había acordado salir con Minho. En cualquier momento ambos podían depender del otro, rellenar ese hueco que otra persona no podía.

Habíamos hecho un pacto. Que ninguno se enamoraría del otro. Si uno de nosotros lo hace con la persona que realmente amamos, nuestra relación termina.

En otras palabras, puedes tener todo menos mis sentimientos.

Su mirada se encontró con Minho al final del pasillo, sin decir ninguna palabra ambos se fueron hasta el tercer piso de la escuela, donde estaba prohibido el ingreso a los alumnos, pero donde más privacidad tenían.

Si uno de nosotros se siente solo, ¿qué hay de malo en querer que el otro te abrace?

-Así que básicamente, somos amigos con...

-No, no, no. -Lo interrumpió- No le pongas nombre a nada de lo que hacemos.

-Está bien. –Rio al ver la cara seria del rubio.

Se quedaron allí durante una hora, charlando o simplemente en silencio, Minho sentado en el suelo con su espalda apoyada en la pared y con Hyunjin entre sus piernas recostado sobre su pecho.

Ya verás Minho. Haremos nuestro deseo prohibido realidad.

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El deseo prohibido- [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora