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Jungkook recibió un mensaje de Jimin en donde lo invitaba a casa, decía que tenia una gran noticia.

Él anteriormente había llegado del parque horas después, claro que ignorando olímpicamente solo a Tae. Sabía que estaba mal y muy mal, estaba consciente pero su orgullo le ganaba muchísimo más hasta el punto de dominarlo por completo.

— Jin, saldré un momento. — Avisó colocándose sus zapatillas.

Jin asintió sin desviar su vista de su libro y también acariciando los cabellos de Yoongi que se encontraba recostado en sus piernas. 

— Cuídate.  — Yoongi murmuró.

Jungkook sonrió ante la escena y asintió, abrió la puerta encontrándose con su amigo quien lo miró esperanzado de que por un momento le dijera algo.

Pero no fue así.

— Hasta luego. — Jungkook soltó sin más pasando por su lado.

— Te lo dije bien clarito. — Jin habló viéndolo entrar con un eje de decepción. 

Taehyung suspiró y simplemente se dirigío a su habitación.

Taehyung suspiró y simplemente se dirigío a su habitación

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E

l moreno caminaba por la ciudad mientras tomaba su malteada, una sonrisa adoraba su rostro pues venía de una salida con sus mejores amigos por lo que eso había despertado sus buenos ánimos.

Escuchaba música para así evitar pensar que el camino era un tanto largo hasta su casa, todo iba en orden y demasiado.  Sus exámenes aprobados, en su casa estaba todo bien y hasta con sus amigos. Rayos, todo parecía ir de maravilla y para nada quería echar a perder todo.

Quería pensar así pero desde su llegada pareció arruinar todo, absolutamente todo, su mejor amigo no pasaba tanto tiempo con él, cortaba sus salidas porque tenía planes y siempre terminaban Hoseok y él solos en todo el día que habían planeado pasar los tres juntos.  Estar enamorado de Jimin se estaba haciendo complicado y todavía más desde la llegada de Jungkook, se sentía tan celoso.
Él quería la atención de Jimin, sus mensajes de amor, sus mimos, sus besos y todo de él pero todo lo tenía su novio. Eso le hervía la sangre con tan solo pensarlo.

Joder, si tan solo podría hacer algo para detenerlo y así poder conquistar al hermoso rubio.

— ¿Qué tantos piensas, eh?

El moreno se quitó los audífonos y negó.

— Nada, Jisoo. — dijo mirando a la chica.— ¿Me estuviste siguiendo?

La castaña río.

— Olvidaste nuestro encuentro, ¿recuerdas?

— Lo lamento pero aquí estás. ¿Qué querías?

Apocalypse ;Kookmin minific.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora