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Namjoon sostenía su celular con duda mientras esperaba a que su prima traiga sus bebidas, no sabía si hacer lo siguiente o no, estaba demasiado nervioso y temeroso por los resultados.

— Tsh, no es tan difícil Nam. — habló la chica acomodando las bebidas sobre la mesa.— Es llamarlo y decirle que su hijo tiene planeado quedarse más.

El moreno soltó un suspiro marcando el número de teléfono aún estando en duda.

— No lo sé. — soltó dejando el celular en la mesita.— No creo, Jungkook deseaba ver a Jimin e hizo todo lo posible..no podría sabotearlo de esta manera.

Jisoo giró sus ojos y una pequeña risa salió de sus labios rojos.

— ¿Y deseas aún ver como se besa con el chico que te gustó por años? Por favor, te mueres de celos. — otra risa sarcástica salió de sus labios entregándole el celular a su primo.— Es tu oportunidad de consolar a tu chico y tenerlo únicamente para ti.

Quizá eso terminó de convencer al chico pues de la nada ya tenía el celular sobre su oreja esperando respuesta del otro lado, así estuvo unos cinco minutos hasta que la voz de una mujer le comunicaba en inglés que en unos minutos el ceo podía atenderle encantado.

— ¿Con quién hablo? — la voz de un de mayor se pudo escuchar finalmente provocando los nervios en el jóven.

Namjoon carraspeo y se acomodó en su asiento para contestarle.

— ¿Hablo con el Ceo Jeon? — un diminuto "uhúm" le confirmó. — Le tengo noticias de su hijo, señor.

una seca y sarcástica risa se pudo escuchar. — ¿Qué sucede con mi hijo ahora? ¿Cómo lo conoces?— inquirió.

— Soy amigo de él, ha estado conmigo en Corea pero..

Dile que vuelva.

— De eso vengo hablar, señor, su hijo no tiene planes de volver.. — miró a su prima unos segundos antes de mentir.— Su hijo planea casarse aquí y quedarse con Park Jimin.

Y la llamada finalizó, Namjoon arrugó sus cejas confundido mirando a su prima quien ahora sonreía de una manera que ciertamente le ocasionó desconfianza y arrepentimiento.

— Ahora esperemos, primito.

....

La infancia de Jungkook fue agradable por su madre ha estado presente de las maneras más dulces posible, siempre estuve consintiendo a sí pequeño nene, dándole amor incondicional, dándole charlas para que sea feliz sin importar qué le depara la vida. Su padre igualmente, aunque cueste creer era igual de dulce que su madre porque siempre estuvo presente para su pequeño niño de ojitos de botón.

Su pequeño Jungkookie.

Le dedicaron una infancia realmente hermosa y encantadora, hasta ese día donde el pequeño Jungkook recibió la noticia sobre su madre que fue al cielo.
Su padre también se fue quizá no de misma manera pero se fue con ella, volviéndose un tipo amargo y para nada presente durante los años pasaban.

Jungkookie ya no era feliz estando con él, Jungkookie no podía amar, Jungkookie no podía ser él mismo porque su padre lo detestaba.

Detestaba que sea como su madre, detestaba no tenerla otra vez en sus brazos. Detestaba que haya dejado una pequeña versión de ella.

— ¡Papi! — un pequeño tomó de su traje.

El señor Jeon bufó alejándose de su hijo.

— Estoy apurado, Jungkook, ¿qué quieres?

Jungkook formó un pequeño puchero sintiéndose rechazado por su padre sin embargo sus deditos señalaron el jardín.

— ¿Por qué las Nanas cortan las rosas de mamá? Mamá se va a enojar si no las ve.

Tu mamá ya no está. — soltó bruscamente.— Ya no necesitamos un jardín, debo irme. Haz tu tarea, Jungkook. 

Dicho eso dejó al pequeño niño con sus lágrimas recorriendo sus mejillas sin parar pero todo fue independiente para el pequeño llegando a su adolescencia, ya no dependía de su padre y podría cuidarse sólo, aún seguía el rechazo de su padre presente pero sabía que ya nada podía cambiarle y era cierto. No fue fácil para Jungkook seguir adelante pero tampoco imposible porque su vida empezó a tener colores cuando conoció al hermoso rubio Park Jimin por redes, desde ese día volvió a ser feliz y le prometió a su madre seguir así sin importar qué. 

— Jungkookie. — la melodiosa voz de su novio lo sacó de sus recuerdos regalándole una hermosa sonrisa.

— ¿hm?

— Te amo, te amo mucho. — musito para caer nuevamente dormido en sus brazos.

El pelinegro sonrió enternecido abrazando igualmente a su chico dejándole un pequeño beso en sus labios para también descansar estando en su lugar seguro.











Holi

Holi

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Apocalypse ;Kookmin minific.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora