Salí del hospital una semana después de aquel beso de despedida. No supe nada más de Dimitri. Lo llamé un par de veces cuando la debilidad y la dependencia me jugaron una mala pasada, sin embargo, no obtuve respuesta. Me dije a mí mismo que estaba bien, no tenía derecho a nada desde el segundo en que la verdad salió a la luz.
Los médicos me sugirieron una internación para tratar el problema de drogas y alcohol. Me negué porque, de ser así, perdería el resto de las peleas que ya estaban pactadas y también las esperanzas de alcanzar el primer puesto. Debía controlarme de no sufrir una recaída, pensé que lo lograría, me sentí en control al menos de esa parte de mi vida. Lo ocurrido en el departamento fue un hecho aislado, uno que no iba permitir que sucediera de nuevo. Subí a mi deportivo esquivando los flashes y las preguntas incómodas, me estaban enloqueciendo. Solo quería que terminara.
«Bueno, deberías ponerte de acuerdo, idiota».
La maldita voz en mi interior tiene razón. Todo es confusión en mi cabeza. No quiero seguir solo, pero rechazo a Dimitri, quiero triunfar y, al mismo tiempo, que este padecimiento y lucha constante termine. Nadie me entendería en este momento, yo tampoco lo hago. Dimitri no quiere ser mi amigo, ni tampoco mi confidente, quiere ser mi pareja. Un lazo más allá del sexo.
—¿Por qué cambiaste de entrenador Mischa?
—Tuvimos algunas diferencias con Dimitri por lo cual decidimos que lo mejor era terminar la relación laboral.
—¿Tienes en vista algunos candidatos?
—Apenas estoy saliendo del hospital, dame un respiro, ¿sí?
—Algunos dicen que te pareces a Iván Zhukov, ¿terminarás también enganchado a tu médico?
—Nunca se sabe, amigo—. Las risas se escucharon en la puerta de la clínica, Mischa solo quería salir de ahí, aunque tampoco podía darse el lujo de tener a la prensa como enemiga.
—No hemos visto a nadie de tu familia, ¿sucede algo con ellos?
—Nada—replicó ansioso—, tienen otros asuntos que atender.
—¿Todo este tiempo?
—Como dije—explicó—hay asuntos que atender y son más importantes que yo.
Por un segundo me gustaría tener a alguien con quien hablar, alguien sincero, es decir, una persona diferente a mí, que tuviera una idea de lo que es el cariño o la amistad verdadera. Mi mente busca, y no encuentro a nadie. Me libero de los periodistas y conduzco por las calles que se van cubriendo de una fría y suave llovizna. Me detengo en el siguiente semáforo y contemplo el reflejo que el agua va dejando en las calles, las luces de los vehículos se ven hermosas.
Me he movido del blanco al negro durante toda mi existencia ¿Y si nadie es tan vil o inocente como esperamos? ¿Y si la vida se trata solo de ver más allá del horizonte sin expectativas, sin el código ético del bien y el mal?
ESTÁS LEYENDO
Mi tentación irresistible -Spin off T.O (Gay +18)
Romance¿Qué estás dispuesto a hacer para ver a tu enemigo de rodillas? Mischa Kózlov tiene un solo objetivo en la vida después de la derrota; venganza. Destruir a aquellos que le quitaron lo único que tenia y para ello está dispuesto a todo. Incluso, segu...