Dos años después...
—¿Esa es la última caja? —pregunto al señor regordete que viene bajando del camión.
Este asiente y camina dentro de la casa, mi casa. Una sonrisa se forma en mis labios y miro la estructura y color; miro a nuestro alrededor y no puedo evitar sentirme orgullosa de lo que he logrado con tanto esfuerzo y sacrificio.
Después de tanto luchar, de sacrificios, de lágrimas, pude comprar una pequeña pero cómoda casa en una zona privada. Uno de mis sueños al fin hecho realidad, ahora paso a paso iré por los demás.
—Mira cariño, nuestro nuevo hogar —susurro al bebé que tengo cargando, el cuál empieza a balbucear algunas palabras inentendibles mientras señala la casa.
Le regalo un sonoro beso en la mejilla mientras lo abrazo sutilmente, mientras pienso en todo lo que hemos pasado juntos. Mi hijo ha sido mi motivación de seguir, de lograr tener nuestro propio hogar, un hogar donde él crecerá sanamente.
Andreu es igual a su padre, sus ojos negros, su cabello azabache, su perfil... Todo en él grita !Sebastián!, y estoy tan agradecida de que este hermoso bebé haya sido creación de ese día donde demostramos amor entre ambos.
—Todo listo, señora Emily —comenta el dueño del camión de mudanza.
—Perfecto, déjeme su número de cuenta para hacer el depósito de la otra mitad del dinero —respondo empezando a caminar hacía la entrada.
—Está bien, cualquier cosa que necesite no dude en llamarnos. No vivimos lejos de esta zona —finaliza caminando trás de mí hasta entregarme una hojita con el número de cuenta.
Me despido de ambos con una sonrisa de boca cerrada mientras camino hasta el interior de la casa y cerrar la puerta detrás de mí. Suelto un suspiro al ver el montón de cajas regadas por toda la sala, algunos plásticos están tapando los pequeños sofás y demás decoraciones que dejaron sus dueños anteriores.
Es una pequeña casa de una sola planta, pero perfectamente distribuida. Iniciamos con una sala acogedora con un juego de sofás negros de terciopelo, frente a estos se encuentra una mesita de vidrio para colocar algunas cosas cuando vengan visitas. La chimenea pegada a la pared frente a estos le da aquel toque acogedor que tanto me gusta, acompañado de aquel champán en sus paredes.
La cocina queda detrás de estos, dónde una puerta divide. Es pequeña, pero amoblada con sus gavetas, nevera, su cocina y su mesón de mármol junto con sus butacas, todo esto venía incluído ya que sus antiguos dueños no querían ya nada de aquí.
Al lado de la cocina está otra puerta, la cuál indica el cuarto principal, el cuál no es tan grande como me lo imaginé, pero es perfecto para nosotros. Y agradezco inmensamente que tenga su baño interno con una bañera para así tener donde bañar tranquilamente a Andreu.
Solo consta de dos habitaciones, la principal y una para invitados, al igual que un baño para las visitas y su cuarto de lavado.
Dejo al bebé un momento el suelo de la sala para sacar mi teléfono y marcarle a Rachel. Estoy atenta a todos sus movimientos, y a pesar de apenas cumplir los dos años es un niño muy activo, ya casi quiere dar sus primeros pasos pero todo es con tiempo y paciencia.
—Hablo con la nueva jefa de estudios caffe—contesta Rachel del otro lado de la línea.
Suelto una risa mientras camino hasta Andreu para quitarle de sus manos un trapo sucio que había en el suelo.
—Con ella misma —respondo orgullosa, y es qué ¿Cómo no estarlo? Si hace unos años atrás me hubiesen dicho que mi sueño de tener mi propio negocio de fotografía lo iba a lograr, tal vez me hubiese reído, pero lo logré —.Y todo gracias a tí y Liam —le recuerdo.
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Un invierno para recordar❄️ 2°
RomanceDos años han pasado, dos años de cambio después de aquella trágica despedida. Emily retomó su vida nuevamente, acompañada de muchos cambios positivos. Logrando sueños que siempre había anhelado y que ahora la vida se los está recompensado. Sebastián...