Samara
—AAAAAAAAAAAAAH— lanzo todas las cosas que se encontraban en la mesa de mi oficina.
Escucho los adornos de vidrio resquebrajarse, dejando sus rastros por todos lados. La computadora cae también, colocando su pantalla negra al instante.
—¿Señorita Samara? —escucho la voz de Rebeca al otro lado de la puerta.
—¿QUÉ QUIERES? DEJAME EN PAZ —grito frustrada cayendo al suelo mientras algunas lagrimas resbalan por mis mejillas.
"La encontró, la encontró" repite mi mente una y otra vez.
Tirada en el suelo saco mi teléfono de mi bolso que se encuentra cerca de mí. Busco con manos temblorosas su número y marco.
—La encontró, la encontró —susurro cuando me contestó.
—¿Ahora qué pasó? ¿Qué quieres? —pregunta toscamente.
—Encontró a Emily, ¿me puedes explicar como?
—No sé, Samara, ni tampoco me importa ya.
—¿Como que ya no te importa? ¿Te recuerdo que sé tu secretito y que si no me ayudas a que vuelva desaparecer lo contaré? —amenazo levantándome con dificultad.
—¿Te recuerdo que fue tu idea? si me metí en esto fue por tu culpa, y si caigo yo te arrastro conmigo —resopla —.Ya deja tu obsesión a un lado.
—¿Obsesión? ¿OBSESIÓN? NO VOY A PERMITIR QUE ELLA ME QUITE TODO LO QUE POR DERECHO ES MÍO. SI NO PUDIMOS DESHACER DE ELIZABETH TAMBIEN PODEMOS DE ESTA —grito fuera de sí, caminando como loca por toda la oficina.
—Como digas, solo espero que cuando me vuelvas a llamar sea para algo importante —finaliza y sin mas cuelga la llamada dejándome mas que decepcionada.
—MALDITO —lanzo mi teléfono contra el suelo.
Cierro los ojos e intento calmar mi respiración, que mi corazón vuelva a su ritmo normal.
—Cuando necesites hacer algo, hazlo por ti misma, Samara —me susurro, secando mis mejillas, arreglando mi ropa y mi pelo para salir de la oficina.
(...)
Sebastián
Mi familia, mis amigos, empleados, la prensa...Todos tienen algo en común, y fue que todos dijeron, pensaron y escribieron que yo solo fui el malo de la historia.
No mentiré, todo lo que causé, el daño, sus lagrimas, todo fue mi culpa, pero nunca nada fue intencional. Yo, al igual que los demás solo quise recuperar algo que había perdido, y lo estaba logrando hasta que todo se fue al vacío.
Hay noches donde tengo pesadillas de esa noche, de como esa noche que quería fuera especial para ella y para mí, se terminó convirtiendo en un sabor amargo. Su cuerpo herido, su mirada perdida, el cuerpo de Elizabeth y mi padre, ambos inertes en aquel suelo. Todo aquello generó mas traumas en mí, traumas que con el pasar del tiempo logré curar, pero eso no quiere decir que no habrán momentos donde los recuerdos me abrumen, como esta noche.
El fin de semana llegó volando, pasando que el día de nuestro reencuentro quedara hace cuatro días atrás. Miro a mi alrededor y me doy cuenta del verdadero desastre que ocasioné esta noche al haber invitado a Liam a beber para hablar; le doy otro gran trago a la botella, notando que cada vez se encontraba más vacía.
Tomo mi teléfono de la mesa, y algo mareado busco el contacto de Sam para llamarle.
—¿Sebastián? —escucho su voz adormilada —¡Joder! son las cuatro de la mañana, ¿Qué quieres?
—Hombreeeeee, calmaaateee —arrastro cada palabra —.Solo quierooo saber si mañana llegaaas —.Me levanto del sofa con pasos torpes.
—No puedo creer que unas horas antes de la inauguración estés borracho —suspira —.En fin, hoy estaré allá, mi vuelo sale a las ocho de la mañana. Así que deja de tomar y acuéstate las horas que restan, yo me encargaré de lo que haga falta —finaliza.
—¿Ella estará? —me recuesto sobre el vidrio de la gran ventana, cerrando mis ojos intentando aclarar mis pensamientos.
—No lo sé —responde toscamente —.Nos vemos más tarde —y sin más cuelga.
Abro mis ojos y admiro la gran ciudad, sus luces en la madrugada. Aparto el teléfono de mi oreja y busco su contacto, aquel que robé del teléfono de Sam aquella noche que peleamos; las ganas de llamarla y solo escuchar su voz son inmensas, pero me he cohibido para no volverla asustar y que se aleje de mi lado.
—"Hola, soy Emily. En estos momentos no puedo atender, pero puedes dejar tu mensaje" —la contestadora me da la bienvenida con su voz, aquella voz que en alguna vez me volvía loco y que lo sigue haciendo.
—No sabes lo feliz que soy al escuchar tu voz, así sea a través de un teléfono —susurro bajo cayendo al suelo hasta quedar sentado —.No sé por donde empezar, Emily Roberts, no sé si por el hecho de haberte encontrado o el que me hayas dejado; sé que fui un gran hijo de puta la ultima vez que nos vimos, jamas quise insinuar eso, solo fue lo primero que pensé y sé que lo volví a echara a perder, pero... —hago una pausa —.Te extraño, Emily; extraño tus abrazos, tus besos. Nada ha sido fácil para ambos, pero volvimos a coincidir, ¿no crees que eso sea una señal? —suelto una carcajada mientra doy otro sorbo a la botella casi vacía —.Creo que ya he bebido demasiado, así que tal vez todo lo que te diga es efecto de ello. Pero Emily, en serio, creo que... —finalizo aquella llamada, aquel mensaje que le dejé sin finalizar.
—Creo que te sigo amando —susurro dejando caer el teléfono.
Escucho la puerta ser golpeada varias veces. Con dificultad me levanto, tambaleándome en el proceso llego hasta la puerta para abrirla.
—¡Sorpresa! —grita lanzándose a mis brazos.
Algo aturdido la separo y la miro, a ella, aquella mujer que desde que nos reencontramos ha robado cada uno de mis suspiros. Sus ojos café, su cabello ondulado, sus mejillas sonrojadas, sus labios...
—Es...tas aquí —susurro tomando sus mejillas entre mis manos.
—Obvio, tontín, no dude en venir —dice con una sonrisa en sus labios.
No lo pienso mucho y la atraigo hacía mí, uniendo nuevamente sus labios con los míos, sintiendo aquel sabor mentolado. Suelta un suspiro el cual me hace atraerla dentro del departamento ya arrinconarla contra la pared sin soltar sus labios.
—Es...pera —susurra.
—Te extrañe —digo repartiendo besos sobre su cuello.
—Y yo a ti —responde entre jadeos y suspiros.
(...)
Emily
Lentamente abro mis ojos, acoplándolos otra vez a otro día. Los recuerdos de la noche anterior son difusos, vino, risas, chismes entre Michelle, Rachel, Margaret y yo; pero hay una delgada linea que no recuerdo bien.
Giro mi cuerpo y abro completamente mis ojos, mientras una sonrisa se forma en mis labios al verle. Sigue dormido, con su boca abierta; me acerco y deposito un beso en su mejilla.
—Buen día, dormilón —susurro mientras me levanto de la cama.
Miren, antes de funarme esperen el otro capitulo, jajajaja. Las amoooo <3
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Un invierno para recordar❄️ 2°
RomanceDos años han pasado, dos años de cambio después de aquella trágica despedida. Emily retomó su vida nuevamente, acompañada de muchos cambios positivos. Logrando sueños que siempre había anhelado y que ahora la vida se los está recompensado. Sebastián...