Un secreto

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SEBASTIÁN

Mirándonos fijamente, frente a frente, en una guerra de miradas. Así nos encontramos Sam y yo mientras esperamos noticias del estado de Emily.

—No entiendo qué haces aquí —es el primero en hablar, sin dejar de mirarme.

—¿Quieres que te recuerde el por qué? —respondo con una pregunta mientras una sonrisa burlesca se forma en mis labios al verlo apretar su mandíbula —.Lo sabía —digo triunfante.

—No vayan a empezar, por favor —pide Rachel, la amiga de Emily mientras toma asiento a mi lado, abrazando sus brazos por el frío del lugar.

Sin despegar la mirada de Sam me levanto y me quito mi saco y se lo tiendo a ella, escuchando un "gracias" susurrado para después tomarlo.

La noticia de Emily me cayó como balde de agua fría, por lo que no dude en llamar a Margaret para entregarle a Andreu para correr hasta acá. Apenas Rachel avisó le dije que la llevará a la The Toronto Clinic, porque aquí tengo contactos que para que la atendieran bien. Pero no contaba con qué ella también le había avisado a él.

Pedí una de las habitaciones privadas del sexto piso, dónde solamente pudiéramos estar nosotros, sin periodistas o gente que nos reconociera a nuestro alrededor haciéndonos  preguntas sin importancia.

—¿Qué pasó en realidad? —pregunta apartando su mirada pasarla en ella.

—¿Crees que estoy mintiendo? —responde con otra pregunta, sintiéndose a la defensiva.

—Sí —responde simplemente.

—Eres un idiota —escupe levantándose, preparada para irse, pero antes me tiende un teléfono. Le miro confundido sin tomarlo —.Es de Emily —explica y lo tomo —.Pensé entregarlo a la policía, pero mejor que lo veas antes que ellos. Emily ha estado recibiendo amenazas de muerte desde que conociste a tu hijo y...

—¿Y HASTA AHORA HABLAS? —grita Sam levantándose para intentar quitarme el celular, pero lo esquivo.

Rachel pone las manos en mi pecho al notar que tenía la intención de comenzar una pelea.

—No lo hagan, aquí no —pide calmándonos —.Ninguno son mis personas favoritas en estos momentos, pero son los más allegados después de mí a Emily, así que por favor, compórtense como hombres maduros —.Y tú —se gira dándole la cara —.Apenas me vengo a enterar, idiota.

Intento calmarme así que me aparto de ellos, mirando el celular para buscar en los mensajes y ver que ella en realidad no estaba mintiendo. Siete mensajes en total, todos con lo mismo pero de diferentes números.

—¡JODER! —exclamo exasperado, sabiendo las consecuencias de que tendría al volver a su vida, y más con un hijo de por medio. El sonido de la puerta del pasillo siendo abierta me saca de mis pensamientos.

Me giro para encontrarme con él doctor encargado de Emily. Me hace una seña para que me acerque hasta él, y así lo hago.

—¿Cómo se encuentra? —Rachel es la primera en hablar con voz temblorosa.

—Está estable, pero necesitamos hacerle más limpieza estomacal por lo que no podrá salir de aquí todavía —explica mirándonos a cada uno, dejándonos confundidos.

—Doctor, ¿Qué tiene mi novia? —la pregunta de Sam me deja descolocado, pero no es momento para pegarle un puño, por lo que suelto un largo suspiro esperando la respuesta del doctor.

Un invierno para recordar❄️ 2°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora