Alguien en mi vida

2.5K 137 53
                                    

SAM

No puedo evitar sentirme vulnerable, furioso. Mis puños apretarse mientras lo veo disimuladamente ingresar por la puerta donde Emily hace unos minutos subió; las ganas de detenerlo son inmensas, pero no puedo hacerlo, no debo, a fin de cuentas cada uno es libre de hacer lo que quiera.

"Ella no me pertenece" pienso.

—Ella lo mandará a la mierda —susurra Samara a mi oído, como si hubiese leído mis pensamientos.

Cierro mis ojos y tomo la copa a medias hasta vaciar todo su contenido y sentirlo deslizar por mi garganta.

Desde adolescente nunca tuve suerte con las mujeres, en el aspecto de conseguir una que en realidad me valorará y no solo me mirara por mi apellido y dinero. En la universidad solamente era mujeres de una sola noche y ya, nunca tomaba nada en serio porque ellas no lo hacían conmigo; así funcionaban las cosas y no había nada estable. Con Emily todo es diferente, ella es diferente y única en toda la expresión de la palabra; y saber que todavía puede sentir algo por Sebastián me jode, y más que tienen un hijo juntos, eso es aún más devastador.

Él me advirtió que iba a conquistarla, y si no lo conociera diría que es mentira, que no sería capaz de ser tan descarado y volver a dónde él jodió todo, pero a fin de cuentas Sebastián es un gran hijo de puta que solo se preocupa por su bienestar sin mirar quién esté en medio para lastimar.

Miro mi reloj y noto que solamente han pasado algunos minutos desde que ambos se fueron. Cierro mis ojos y me disculpo con los presentes en la mesa para ir a interrumpir aquél momento entre ellos.

—¿A dónde vas? —me detiene Samara tomando mi mano.

—¿No es obvio? —Pregunto con burla zafándome de su agarre y caminar hasta abrir aquella puerta.

Comienzo a subir las escaleras y escucho unos pasos tras de mí. Al girar me encuentro con Samara mientras lleva una copa de vino en sus labios.

—¿Qué? Yo también quiero arruinar momentos y disfrutar, allá afuera está muy aburrido —dice con una sonrisa burlesca.

Niego con la cabeza y continúo mi camino. Al llegar a la puerta no lo pienso dos veces para abrirla de un golpe; siento el frío de la noche golpear mis mejillas mientras giro mi rostro en todas las direcciones buscándolos, pero no los encuentro. Camino hasta el barandal, sintiendo una furia dentro de mí. Miro hacia la ciudad, pensando en que ahora están juntos lejos de aquí; apretó con mis manos las barandas, sintiendo un leve dolor en ellas.

—A veces la vida es injusta, ¿O no? Hermanito —la siento a mi lado.

—Si no tienes nada bueno que aportar, mejor ahórrate tu saliva —escupo con furia.

—Dicen que cuando uno necesita algo no es bueno pedir el favor, sino hacerlo uno mismo —finaliza apartándose de mi lado.

"Que mierda" pienso.

Al escuchar la puerta cerrarse, suelto un grito de frustración. Agacho mi cabeza sintiéndome inútil por sentirme de esta manera por una mujer...Pero no es cualquier mujer, es una que en poco tiempo ha logrado poner mi mundo de cabeza.

¿Por qué él? ¿Qué tiene él que yo no? Pienso.

—Hace poco dije que cumpliría cada uno de tus sueños, Emily Roberts —susurro mirando hacia la ciudad —.Y así lo haré —prometo.

(...)

SEBASTIÁN.

Me levanto del sofá, estirando mi cuerpo sintiendo dolor en los músculos cuando lo hago.

Un invierno para recordar❄️ 2°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora