Un error

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El olor a café inundada mis fosas nasales, logrando que me remueva incómoda en mi cama, sintiéndola más dura de lo normal, con las sabanas mas suaves y con un característico olor a limón. 

"Qué raro que Andreu no me ha despertado" pienso.

—Sí, tranquilo que hoy empezaré todo —susurra una voz masculina cerca de mí.

Frunzo el ceño al darme cuenta que no estoy soñando, todo se siente real. Algunos flashback llegan repentinamente a mi mente de manera distorsionada; me encuentro bailando con las chicas, bebo, bebo hasta el punto de que todo me da vueltas y...

Abro mis ojos como platos al caer en cuenta de que no estoy en mi habitación. Frente a mí se encuentra una espalda ancha, sin darse cuenta que he despertado. Mis nervios se disparan y me levanto de un salto de la cama, al hacerlo mi cerebro parece moverse enviando puntadas al azar.

—Maldición —susurro llevando ambas manos a mi cabeza.

—Tengo que colgar —lo escucho decir —.Oye, ¿Estás bien? —pregunta colocando una de sus manos sobre mi hombro.

Me aparto rápidamente de su tacto mirándole está vez de frente, cierro mis ojos intentando calmarme al reconocerlo como el hombre de anoche llamado Sam. Intento recordar cómo llegué hasta este punto, con él en una habitación, pero los recuerdos son distorsionados y me doy cuenta de que me pasé de copas anoche.

—No, no, no, no —repito abriendo mis ojos y ver qué todo es real, mi respiración se hace cada vez más rápida.

—Cálmate no pa...

Intenta hablar, explicar pero no le permito hacerlo.

—CALLATE —interrumpo con un grito antes de que finalice su frase —¿DÓNDE ESTOY? ¿QUÉ HAGO AQUÍ? ¿QUÉ ME HICIS...

Todo pensamiento, todo lo que quería gritarle muere al llevar la mirada hacía la mesa de noche y ver mi vestido junto con mi bolso reposando en esta. Lentamente paso la mirada hacía él, el cuál me mira expectante a cualquier movimiento, y bajo la mirada hacía mí cuerpo tapado por una sola prenda.

Mis ojos pican al verme en esta situación, no quiero ser alarmante pero lo menos que quería era terminar en la cama de un desconocido y sin siquiera recordar nada.

Suelto un suspiro e intento amortiguar aquél nudo que se formó en mi garganta. Tomo mi vestido tapando mi torso desnudo; miro por encima de su hombro para ver una puerta la cuál debe ser el baño. Con la poca dignidad por el suelo le paso por un lado sin volver a conectar nuestras miradas y camino hasta ella. Él no volvió hablar, pero siento su mirada encima de mí y eso es frustrante; al abrir la puerta y fijarme que es un baño cierro la puerta de golpe y pasando el seguro.

Reposo mis manos sobre el lavado y miro mi reflejo en el espejo. Mi maquillaje se encuentra casi intacto, menos el labial el cuál está corrido. Cierro mis ojos intentando recordar cómo carajos llegué aquí, pero solo recuerdo estar en la pista bailando con las chicas, las cuales no sé dónde estén, y cómo fueron capaces de dejarme sola.

La primera lágrima resbala por mi mejilla, hasta que termino llorando por estar aquí. No necesito ser una adivina para saber lo que ocurrió anoche y eso es lo que más me duele de todo, haber estado con un completo desconocido después de años intentando guardarme otra vez.

—Ya, Emily, ya —intento tranquilizarme quitando las lágrimas de mis mejillas.

Con manos temblorosas me coloco el vestido para salir e ir en busca de mis zapatos y mi bolso. Suelto un suspiro al verlo sentado en la cama con sus manos sobre el mentón; gira su rostro y al verme parada en la puerta del baño se levanta y camina hacía mí.

Un invierno para recordar❄️ 2°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora