Blue (GrimmIchi)

Parte de mí

///Renji///

Creo que finalmente el ser una buena persona que recicla la basura, ayuda abuelitas a cruzar la calle y nunca le responde feo a sus padres, me ha traído sus recompensas. No es que me la dé de buen samaritano, pero la verdad es que siempre he vivido mi vida intentando ser cortés con los demás, ya que mi mamá siempre dice que un hombre que no es amable y caballeroso jamás llegará lejos.

Y es que últimamente mi suerte ha mejorado bastante, hace poco mi jefe me dio un ascenso y hasta un bono, no se me han cruzado los pies y por ende no me he caído cómo suele pasarme muchas veces y además, aunque Grimmjow e Ichigo siguen intentando matarme, siguen sin conseguirlo, pero lo más importante...todo va bien con Byakuya.

Demasiado bien diría yo, tanto que es sospechoso y por ello más de una vez me he quedado mirando al cielo, preguntándole a los dioses si realmente tengo tanta buena suerte y merezco ser feliz o sólo me están preparando y masajeando los hombros antes de arrojarme un pastelazo a la cara y darme una patada en la entrepierna.

No lo sé, pero soy optimista y quiero pensar que me merezco esto. Byakuya y yo salimos mucho, algo así como casi todos los días. Él va a la cafetería o a la fuente de sodas, donde se pide algo de beber y lee un libro esperando a que mi turno acabe. Entonces damos largos paseos por la costera, él me compra algún helado o bebida porque tiene una fijación con darme cosas.

He protestado y mucho, pero literalmente me dice que cierre mi insolente boca y acepte un regalo "adulto". Así que bueno, helado y bebidas gratis no me faltan, supongo que debe pensar que por el color de mi cabello atrapo más calor o algo así y no debe querer que me muera de una insolación, ¡Es muy amable!

Por otro lado, como es de esperarse, yo llevo la mayoría de las charlas. Soy como una grabadora sin fin que le cuenta absolutamente todo mientras él me observa con su típica expresión estoica y asiente comprensivo. Aunque siempre hay un poco de retroalimentación de su parte y me cuenta una que otra cosa. Supongo que de conferencista se muere de hambre con eso de que las palabras no le salen demasiado.

Además, a veces me acompaña con mis amigos. Hemos ido con ellos a comer, a tomar un par de tragos, a las cascadas, al boliche, al cine y a las reuniones que hace Ichigo de vez en cuando en su casa con el cretino de Grimmjow. Quiero pensar que de poco a poco empieza a ver a todos con ojos diferentes.

Aunque bueno, la última salida que tuvimos hace dos días a la playa fue un poco desastrosa para mí. Mi patético ser quiso impresionarlo, así que creyendo que me saldrían músculos después de una rigurosa rutina de pesas de veinte minutos la noche anterior con las macetas de mi madre; al día siguiente llegué y mientras Byakuya estaba sentado bajo una sombrilla me quise hacer el cool en la orilla y flexioné un poco para él, pero lamentablemente una ola me agarró desprevenido y me revolcó.

Byakuya sólo me miró serio y me dijo "Realmente impactante, Renji que atiende la barra". Y como si no fuera suficiente, todos mis amigos se rieron. Así que como el hombre que soy también me reí y dije que todo había sido fríamente calculado antes de huir al baño a sacarme la arena y a llorar internamente. Pero fuera de ese pequeñísimo incidente donde me vi humillado en grande, todo marcha bien.

Somos buenos...amigos.

Sé que todos creen que somos novios, pero ni de broma le pediría que fuera mi novio después de que ya me rechazó una vez y además, por mucho que le resulte entretenido estar conmigo, creo que no le gusto de esa manera. Así que por ahora, el tenerlo a mi lado es todo lo que necesito y la prueba inminente de que mi suerte está mejorando.

—¡Renji! —me llama mamá mientras permanezco recostado en mi cama y lanzo hacia arriba el peluche que me ganó Byakuya en la feria.

—¡Arriba! —repondo no atrapando bien el muñeco que me cae en la cara enterrándome en un ojo el estúpido corazón de plástico que abraza. Me quejo, cuando la puerta se abre y veo a mamá asomarse.