Blue (GrimmIchi)

El fin del mundo

NA: Capítulo largo y extra mega dulce y romántico. <3

///Kyoraku///

Honestamente, nunca en mi vida creí que llegara el día en que pasaría una fecha como ésta solo, más porque es bien sabido que soy la clase de hombre que ama a su familia por sobre todas las cosas, aunque esa familia sólo haya sido una persona por mucho tiempo. Así que ahora mientras me encuentro sentado solo, mirando a través de la ventana las luces navideñas en un pequeño bar perdido entre los callejones de Hue, una ciudad costera en Vietnam, sé que en definitiva estoy muy lejos de casa.

Y aunque la distancia ha sido soportable, hoy más que nunca extraño a mi hijo. Por lo que me levanto de mi asiento y le indico al cantinero que no tardo y ya que me conoce tan sólo asiente. A pesar de haber estado bebiendo, camino a pasos firmes mirando que además de mí, apenas hay un par de amigos más brindando y riendo en el pequeño lugar, después de todo, a nadie le gusta pasar la Navidad solo.

Con ello salgo sintiendo el ambiente fresco de la noche. Si bien no es la clase de lugar donde habría nieve, sí que baja la temperatura y para mí que estoy acostumbrado a un clima cálido me resulta extraño. Por ello tiemblo un poco, pero voy hasta la cabina telefónica que hay en la esquina y después de meter un par de monedas y que la operadora me comunique espero a que la llamada entre.

—¿Quién carajo es? —contesta tan rudamente como siempre mi persona favorita.

—¿Quién más, mocoso?

—Tch, qué hay viejo, creí que para esta hora ya estarías tirado en alguna banqueta totalmente alcoholizado.

—Pues aquí a mi lado hay una banqueta muy tentadora, hijo. —ambos reímos y puedo escuchar de su lado un escándalo tremendo, montones de voces, música y demás. —¿Noche divertida? —pregunto.

—Sí, Ichigo organizó una gran cena de Nochebuena y vino todo el pabellón de locos de Blue Bay, o sea toda la familia Shiba y también un par de amigos. ¡Hey! ¡Deja ese pastel, no creas que no te veo, Kurosaki! ¡Es para todos! —tan sólo escucho cómo mi adorable yerno pelea con él hasta que Grimmjow regresa. —Jodido niñato, es un chiflado total. —me saca una sonrisa.

—¿Cómo está él y mi adorable nietecito?

—Más tragones que nunca y con unos cambios de humor del carajo. Ayer casi me ahorca con mi propia espina dorsal cuando le tiré sin querer su tazón de palomitas. Y ni te digo, hoy vio a un par de niños tomados de la mano y casi se le salen los ojos de tanto llorar. —me susurra ya que seguramente no quiere morir y no puedo más que reír.

—¡¿Blue, quién es?! ¡¿Es papá?! ¡Dame eso! ¡Hola! —me saluda.

—Hola, cariño. Feliz navidad.

—¡Feliz Navidad, papá! Te adoro, el bebé te manda todo el cariño del mundo y yo también. ¿Si llegas para la cena? —me hace reír.

—Claro, hijo, yo llegaré. Aunque por si las dudas te doy permiso de comerte mi parte de la cena.

—¡Bien, eso haré! ¡Ah, ya voy! Papá, te amo muchísimo, pero tengo que irme, es mi turno en el karaoke. Espero...espero pases la mejor navidad, aunque honestamente, me gustaría que estuvieras aquí con Blue, el bebé y yo. Jamás olvides que aquí es tu hogar y donde está la gente que más te quiere.

—Gracias, mi vida, no dejo de pensar en ustedes. Así que cuídense mucho, los amo, a ti y a mi nieto. —se despide y finalmente me pasa a Grimmjow.