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Especial dia de muertos

Comenten porfas si no comentan no les gusta y lloro

Este especial está ambientando como humanos acá no son híbridos al igual que las historias cortas que publicaré al rato.

La gente suele susurrar en las horas "pesadas" sobre cierto suceso que no tiene una explicación aparente, los ojos humanos no son capaces de observar más allá de lo que creen real.

Siempre se ha dicho que el reinante de abajo es solitario que se aburre porque en Mictlan nada interesante sucede. Es una ciudad de muertos llena de vida y colores que a la vista son demasiado llamativos. Los alebrijes mantienen una gran presencia en la ciudad hay tantas mezclas que es imposible encontrar una igual. Al mictlan los muertos tardan cuatro años en llegar claro si eres digno y las 7 pruebas puedes pasar. Una vez completadas podrás disfrutar pero pocas veces lo pueden lograr.

Hay quienes el mundo mortal no pueden abandonar...pues tienen alguna deuda que saldar, sin mucho qué hacer en la tierra buscan su solución hay tantos asesinatos cada día que el cempasúchil no es suficiente, por ellas, por ellos y por las más pequeños. También por las mascotas que mueren sin poder despedirse.

Sentado en su trono y a días de que el portal entre el mictlan y la tierra se abriera, tomo su mejor traje de charro el corcel de piel tan negra como la noche y la única misión de encontrar a alguien para pasarlo por el resto de la eternidad. Se abrió paso entre la multitud un puente provisional le ayudó.

Y él la esquina de una calle de la condesa apareció, remontando el tiempo antes de la revolución cuando profirió seguía en su dictadura. Los edificios eran asombrosos claramente a su parecer. Su traje de Charro le pareció anticuado en la zona por lo que en su lugar un traje de negocios hizo aparición.

El caballo desapareció a la vista humana salió del callejón y se perdió entre la multitud buscando una presencia que había sentido desde hace un tiempo era como si recién hubiese llegado. Llamaba la atención de los que pasaban a su lado, y se cuestionó un poco al no saber la razón de observarlo.

La presencia que lo mantenía intranquilo se sintió aún más fuerte, por la calle un joven caminaba tranquilo de aspecto fino y facciones delicadas. Sus ropas igualmente le hacían ver como un ser de ningún lugar. Bajos su brazo llevaba un libro y de igual manera llamaba la atención de los transeúntes, el joven le observo por unos escasos segundos y sus ojos café le atraparon tan cafés como los granos que se encontraban en alguna parte del país.

Sin pensarlo mucho lo siguió a una distancia prudente, el joven entro a una biblioteca no le llamaba la atención entrar por lo que se quedó aún lado de la puerta, una hora después salió con otros libros y una sonrisa en el rostro. Siguió caminando y entró a una cafetería y cansado decidió esconderse para convertirse en un ave y seguirle sin mucho esfuerzo.

Poco después la tarde calló y el joven entró a un edificio, en la parte baja la fachada tenía un pequeño letrero "familia Kim del Real". Alta alcurnia significaba arrogancia de parte del chico seguramente nació en cuna de oro y no le importaba nada. Se ubicó en la ventana y le vio saludar a una mujer mayor de forma cariñosa. Y además de esto cambiar sus ropas por una bata que le llegaba a los tobillos. Sus cabellos estaban desordenados y rulos salvajes se formaban.

Paso días observando al joven que parecía apagarse cada día más, pasaba largos periodos en la cama y sin mucho que pensar se adentró en sus sueños.

Hay estaba él a la orilla de un muelle, observando el atardecer el muelle ¿era de san Blas? Acaso. Se levantó y se observaron el chico se acercó lentamente.

-¿Es usted la muerte? -. Vaya pregunta demasiado directa.

Suspiro y observo su rostro.

- No, yo no soy la muerte.