Las visitas

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Peculiarmente aquella tarde los menores se encontraban en sus actividades correspondientes, y para los casi cuatro años del trío demoníaco las reuniones de infantes comenzaron. Jungkook y el aprovechaban el tiempo al máximo, luego de algunas visitas al doctor en busca de un método anticonceptivo, sus planes ahora no estaban en tener hijos, oh no hasta que cumpliesen ocho por los menos.

En un principio ambos creían que se Jungkook podría volver a pasar por la vasectomía, inclusive ese día le ayudó a rasurarse, pero Namjoon les dijo que no podría hacérsela de nuevo debido al tejido de cicatrización, a menos que fuese de manera permanente pero claro que ambos se negarían querían por los menos otros cuatro diablos para tener en que entretenerse. Aún así Jungkook le solicitó un control en pastillas, mientras Taehyung un implante subdermico, el pequeño plástico lo obligó a guardar reposo y suspenderles la leche a los más pequeños.

— Ah~...¡Si!

El toro tenía a su vaquita boca abajo en la cama, dejando besos en su espalda. Si mano estaba en medio de las piernas jugando con la bolita de nervios, los gorditos labios estaban empapados en fluidos.

El timbre sonó desconcentrandolos, Jungkook es fiel creyente de que si no atiendes se irán quienes víenen de visita. Siguió en lo suyo mientras apretaba un pecho como si se tratara de una pelota antiestrés, el fluido blanco humedecía poco a poco la sábana.

De nuevo el timbre.

— ¡AH~!.

Taehyung gimió fuerte mientras se curveaba alzando su trasero. Y el timbre siguió sonado, Jungkook derrotado se hizo a un lado cuando su esposo dio indicios de querer levantarse. Le observó sentarse mientras acomoda el blusón de tirantes que anteriormente estaba en su cintura.

— Iré a ver qué es.

Le dijo mientras se limpiaba entre las piernas con la camisa de Jungkook.

— Si quieres voy yo.

Taehyung le observó burlón mientras se levantaba buscando su bata.

— Con la casa de campaña, que tienes entre las piernas no creo que puedas caminar antes de regresar con las bolas azules cariño.

El toro gimió frustrado al verle salir del cuarto cerrando la puerta, Mientras bajaba las escaleras amarrando las cintas de la bata.

Taehyung sin duda tiene una muy mala costumbre y es no preguntar al abrir la puerta, su rostro cambio por completo al ver a sus padres, seom y ethan estaban frente a él. Se abalanzó a abrazarles.

— Hola, bonito.

— Mi muchacho.

Y le fue inevitable romper en llanto cuando lo abrazaron.

— Los extrañaba tanto...

— oh mi tenerito, pude recuperar mi casa en Busan, estaremos cerca ahora.

Dijo seom acariciando sus orejas.

— Además Irlanda, ya no es para nosotros muchacho.

Su llanto seguía, era inevitable no ignorar el sentimiento que se hallaba en su pecho, algunas veces cuando hablaba con ellos la melancolía le susurraba al oido era insistente al pedir que fuesen a corea pero ellos se negaban.

Sorbió su nariz y le invitó a pasar.

Había cuadros por toda la sala, una pared llena de dibujos y juguetes en un pequeño estante.

— Perdón por el desorden, los niños ordenan sus juguetes cuando regresan de sus clases. ¿Quieren beber algo?.

Ambos negaron mientras el rápidamente subía las escaleras. Abrió la puerta encontrándose a su esposo sentado sentado el borde de la cama.

VAQUITAS|KOOKTAE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora