Capítulo 18

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Severus tarareaba dulcemente mientras ayudaba a su madre a recoger la ropa tendida, el día era soleado y él sentía una paz que creía haber perdido desde hace meses. Había decidido no comentar con su madre los acontecimientos de Hogwarts y, aunque una parte de el gritaba por el alfa, estar sin Tom le había permitido descansar.

-Severus-llamo su madre sacándolo de sus pensamientos- llaman a la puerta mi amor, ¿te importaría abrir?

El omega asintió dulcemente y corrió hacia la entrada, a lo mejor se trataba de su Lily, una alfa muggle con la cual había creado una intima amistad llegando a sentirla como su hermana. Una enorme sonrisa plasmo su cara cuando vio a su amiga pelirroja frente a él.

-Severus- saludo mientras abrazaba fuertemente al omega- cuanto me alegro de verte- El menor rio con alegría, adoraba a la chica- no sabes lo triste que he estado sin ti...¿Hueles diferente?

-Sabes que no me gusta que me olfatees Lily- dijo alejándola de él.

-Pero te he echado mucho de menor- lloriqueo la alfa.

Severus negó levemente y la invitó a entrar justo cuando su madre salía a buscarlo, el omega se preocupo, su cara estaba más blanca de lo normal.

-Oh Lily cuanto me alegro verte- dijo- Severus tenemos más visita.

El lado omega de Severus gritó de felicidad cuando, tras su madre, observo a Tom vestido con ropas muggle y levemente despeinado otorgándole un aire seductor, junto a él se encontraban Dumbledore y al que pudo reconocer como el Ministro Mágico gracias al diario El Profeta.

-Sentimos llegar sin avisar- habló Dumbledore- pero creo que tenemos que hablar acerca de tu relación con Tom.

Severus fue a protestar, no había ninguna relación entre ellos, pero un fuerte agarre en su cintura se lo impidió. El omega miro a la pelirroja. La joven desprendía feromonas ácidas mostrando su enfado y su agarre era protector marcando su posición con respecto a él. Severus lo odio.

Tom gruño levemente llamando la atención de los presentes, el omega gimió en respuesta provocando un leve sonrojo en su cara así como una maldición, a su lado animal le había gustado que el alfa mostrara los dientes.

-Lily, cariño- comenzó Eileen- ¿Podrías soltar a Severus?

La joven hizo caso a regañadientes pero se mantuvo cerca, sin despegar la mirada del otro alfa.

-Señorita- interrumpió Dumbledore- lo que tenemos que hablar es un tema privado, el cual creo que al señor Snape no le gustaría tratar con terceros.

La alfa fue a protestar cuando su amigo la interrumpió, con una simple mirada comprendió que las palabras de aquel señor eran verdaderas y, tras besar la mejilla de su amigo y lanzarle una mirada de suficiencia a la serpiente mayor, dejó la casa. Tom aguanto la risa, si la joven creía que por un simple beso en la mejilla iba a sentir celos estaba muy equivocada, él ya había saboreado por completo al omega.

-¿A qué debo su visita?- pregunto educadamente la mujer.

-Vera querida- comenzó el omega mayor- aquí mi esposo e hijo vienen a pedir perdón por lo acontecido los ultimo meses y mostrarles las nuevas medidas de seguridad. Lo estamos haciendo con todas las familias de omegas afectados que por desgracia son todas.

-No lo entiendo- dijo la mujer sorprendida- ¿qué ha ocurrido que sea tan importante como para conseguir el perdón del propio ministro?

Dumbledore miró a Severus comprendiendo que el joven no había sido capaz de contárselo a su progenitora.

-Mi marido e hijo-prosiguió- se aprovecharon de mi y mi buena fe para llenar Hogwarts de omegas y rifarlos como juguetes sexuales, su hijo, por desgracia, acabo en las manos del mío.

La mujer tomo una leve respiración, acaricio cariñosamente la cara de su hijo y se lanzó sobre Tom girándole la cara de un puñetazo y tirándolo al suelo, con rapidez se colocó sobre el joven y continuo asestando golpes hasta que la sangre mancho sus nudillos. Tom no se defendió y dejo a la mujer liberar su ira, cuando esta se canso su cara estaba repleta de cardenales y su nariz rota. Todavía repleta de odio miró al ministro pero no salto sobre él, la ceja cosida y su ojo morado implicaba que el omega mayor había tomado represarías con él, solo esperaba que hubiera sido al modo muggle.

-Maldito criajo de mierda- gruño volviendo a centrar su atención en el joven- no te perdonare lo que le has hecho a mi cachorro.

Eileen se levanto y abrazo a Severus llenándolo de caricias y palabras de amor. El omega se dejo hacer sin despegar la mirada del golpeado alfa que volvía a sentarse entre muecas de dolor, sin ser capaz de controlarse, alejo a su madre y corrió a su lado lamiendo sus heridas.

-No jodas Severus- se quejo la mujer- ¿en serio?¿no prefieres a Lily?

El omega gimió levemente todavía centrado en cuidar del  alfa, no le importaban las palabras de su madre, solo consolar a Tom. La mujer maldijo.

-Tranquila querida- pidió Dumbledore mientras acariciaba la espalda de la mujer- llevan mucho tiempo juntos, les costara volverá romper los lazos creados por su lado animal.

-¿Y cómo lo haremos?- pregunto indignada- ese maldito criajo es un profesor, un maldito adulto que me ha estado engañando para que crea que mi hijo estaba a salvo.

Dumbledore miro a su hijo con una pizca de orgullo por su inteligencia pero todavía enfadado.

-Esa era otra de las cosas que quería hablar con usted- continuo- durante un mes mi hijo no pisara el castillo y a su vuelta llevara esto- explicó mientras le mostraba una extraña tobillera- es usada por los muggles para mantener alejado al agresor de su victima, cabe decir que yo he hecho una pequeña modificación que enviará descargar eléctricas en vez de mandar un aviso.

Eileen miró a su hijo centrado todavía en el alfa sin prestar atención a su alrededor.

-Me parece una idea magnifica- anunció- quiero a ese mocoso bien lejos de mi cachorro.

-Le entiendo- apoyo Dumbledore- y eso me lleva al ultimo tema- el omega titubeo un poco- como usted comprenderá no solo se han aprovechado de sus hijos sino que han jugado conmigo para que esto pudiera suceder, por eso, actualmente no puedo seguir en mi casa, ¿podría quedarme hasta que encuentre un hotel?- pregunto con timidez- de esa forma también habrá seguridad extra sobre su hijo, no me fio de los deseos del mío...

-Dumbledore no puedes hacerme eso- le pidió desesperado Grindelwald, a pesar de que lo habían hablado no creía que se atreviera a hacerlo- ¿no te ha servido con maldecirme y tirarme media librería encima?

-¡No!- le grito enojado- Has jugado conmigo, te has aprovechado de que soy omega cuando me juraste nunca hacerlo, ahora te jodes.

-Cariño...-gimo el alfa.

-Ya le has oído- interrumpió Eileen- no te quiere ver. Ahora tu y el mocoso ese fuera de mi casa. Severus deja de gimotear-pidió cuando le obligo a separarse del alfa- da gracias que no tenga un cuchillo cerca- amenazo al mayor- Albus no te preocupes por encontrar un hotel, aquí eres bienvenido, yo me asegurare de protegeros de esos dos gilipollas.

-Muchas gracias querida, muchas gracias.


Como sobrevivir siendo un omega (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora