Capítulo 25

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Tom estaba irradiando furia por cada poro de su cuerpo, lo cual era extraño pues acababa de coronarse líder de su nueva manada, pero es que aquella pelirroja simplemente le sacaba de quicio y es que Lily Evans se paseaba por el gran comedor, donde celebraban la creación de la nueva manada, con la bufanda de su omega fuertemente agarrada alrededor de su cuello.

-¿Cómo coño la ha conseguido?- gruño mientras tomaba un fuerte sorbo de whisky de fuego.

-Tom relájate- le pidió Igor- por hoy olvídate de la pelirroja y disfruta de la fiesta.

-Lo intentare- prometió mientras continuaba bebiendo- pero no prometo nada.

El alfa continuo  bebiendo hasta que el reloj marcó las 12, cansado  mentalmente de observa y analizar cada movimiento de la  leona, se dirigió a su cuarto resistiendo el impulso de buscar al omega que daba vueltas a su mundo, no quería oler el olor de otra sobre él porque entonces perdería la poca cordura que le quedaba y destrozaría a la joven frente a todo el castillo.

-¿Qué tal la fiesta?

La serpiente observó sorprendido como Severus le esperaba sobre la cama con tan solo una de sus camisetas  y el pelo mojado por la reciente ducha.

-Snape no estoy para tonterías- afirmó mientras comenzaba a quitarse el incómodo uniforme de batalla- por favor vete.

-¿Cómo?- pregunto el omega sorprendido.

-Que te vayas Severus- volvió a pedir- quiero estar solo.

El omega se levantó indignado de la cama pero manteniendo la distancia con el alfa. 

-¿Qué coño te pasa?- gruño enfadado- vengo a verte y me echas, ¿acaso eres imbécil?

-De verdad no tengo ganas de esto- continuo insistiendo-vete, por favor.

-Maldita sea- maldijo- tenía que haber hecho caso a Lily y no acercarme a ti, gilipollas...

Severus gimió cuando fue lanzado de nuevo sobre la cama, las feromonas de Tom se habían vuelto agresivas provocando que su lado omega gimiera de miedo.

-No se te ocurra nombrarla en mi presencia- gruño el alfa.

-¿Por qué?- pregunto con fingido valor-tanto te molesta que tenga una amiga.

-No me toques los cojones Severus- continuo gruñendo- ambos sabemos que no es solo una amiga, apestas a ella.

-¿Qué insinúas Riddle?- pregunto enfadado-Qué me acuesto con Lily, ¿es eso?

El alfa aparto la vista sin decir palabra alguna.

-Serás imbécil- insulto-pero la culpa es mía. No tendría que estar aquí, que te den, ya no volverás a verme.

Tom se interpuso entre la puerta y el omega, sabía que estaba borracho y por eso atacaba al menor con aquellas palabras pero la idea de no volver a verlo le volvía loco incluso cuando su mente no se encontraba en buen estado.

-No- negó- no te iras con ella.

Severus mostró sus dientes con furia cuando el alfa se acercó a él, sin importarle las descargas eléctricas, lo cogió en volandas y besó  sus labios con furia, pensaba eliminar cualquier presencia de la pelirroja de su pequeña serpiente. 

-Eres mío, no de ella- susurraba entre besos- voy a eliminar cualquier marca suya de tu piel.

-Nunca me ha tocado-gimió Severus- solo tu puedes hacerlo.

Tom gimió con placer y volvió a besar al omega pasando su lengua por sus labios acariciándolo con verdadera pasión.

-Dame tu varita Tom- pidió el omega ganándose una mirada extrañada- voy a darte un regalo por tu victoria.

El alfa obedeció intrigado dejando que una sonrisa depredadora apareciera en su cara cuando tanto la tobillera como el collar de restricción desparecían permitiéndole tocar a su omega sin ninguna repercusión.  Con rapidez comenzó a desnudar al joven frente a él apreciando cada curva y centímetro de su piel.

-Por favor-pidió entre gemidos- llevo demasiado tiempo esperándolo- con movimientos lentos adquirió la postura de presentación, mostrando su agujero mojado- lléname, alfa.

La serpiente mayor gimió de alegría, se introdujo en el omega rápidamente y comenzó a bombearlo con fuerza consiguiendo fuertes gemidos del menor.

-Mío, mío- susurraba presa del placer- solo mío.

-Si, alfa- Severus agarro la cabeza de Tom forzándolo a un profundo beso- márcame Tom- pidió- hazme solo tuyo.

El alfa le miró sin dejar que sus movimientos pararan, besó de nuevo al pequeño bajo su cuerpo y dirigió sus dientes a la glándula de olor, no permitiría que el pequeño lo pensará una segunda vez, lo haría suyo para siempre.

-Tom- gimió Severus cuando los dientes perforaron su piel a la vez que se corría en su interior.

- Ahora no podrás librarte de mi- afirmo con alegría el alfa mientras abrazaba al pequeño- eres mío, mío, mío. 

El omega rio fuertemente ante el comportamiento infantil de su pareja. Con cansancio se acurrucó en el pecho del alfa aspirando su fuerte olor y dejándose embriagar por sus feromonas.

-Deberíamos ducharnos- sugirió.

-No- se negó- debo asegurarme de que tu cuerpo quede completamente impregnado de mi esencia.

-Tom estoy cubierto de semen- puntualizó- quiero ducharme.

-No estas cubierto, estas lleno y me encanta- Tom beso con cariño la marca recién hecha- espero que hayas quedado embarazado.

-Sigue soñando Riddle- negó mientras se alejaba en dirección al baño- ahora tienes dos opciones, quedarte hay o ducharte conmigo. Elige.

El alfa salió con rapidez de la cama siguiendo al menor hasta la ducha y limpiando su cuerpo entre caricias y besos que reforzaban la marca, el mayor sabía lo que implicaba para un omega ser marcado gracias a las enseñanzas de su madre y procuraba que no se sintiera alejado o rechazado. Con cariño lo seco y llevó de vuelta a la cama, donde le permitió crear un improvisado nido con las sábanas repletas del olor de ambos y ropa sacada del enorme armario. Tom observo extasiado como el cuerpo desnudo del menor se acomodaba y abría sus brazos en un silencioso llamado. El alfa acomodo al omega en su cuerpo, besó su frente y acaricio su piel hasta que los suaves ronroneos fueron sustituidos por una tranquila respiración, el pequeño había caído dormido. Procurando no moverse mucho para evitar que se despertara tapo el desnudo cuerpo y se permitió relajarse, esa noche no dormiría pues sus instintos buscaban mantener seguro a su pareja recién marcada pero eso no impediría que disfrutara del momento. Una risa escapo de sus labios, mañana disfrutaría demasiado cuando la serpiente se paseara por el castillo mostrando su marca, sobre todo cuando cierta pelirroja lo viera. Acaricio con amor los labios del menor, sin duda había sido una noche mágica.



Como sobrevivir siendo un omega (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora