CAPÍTULO 2: COMPAÑÍA

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Después de tanto tiempo aquí está la siguiente parte, aunque será algo corta y aburrida para mí gusto. Allá vamos.

Eran ya las cuatro de la mañana. Luigi se despertó, debido a que el somnífero había dejado de hacer efecto, miró a su alrededor y vio que estaba en su cama, la luz de su mesita de noche estaba apagada y su ventana estaba entreabierta. 

L: “¿Cuánto tiempo he dormido?” Buscó su reloj y vio que eran más de las cuatro. “Guau, ¿tanto he dormido?” Luigi apenas recordaba lo que pasó antes de caer desmayado por el somnífero.

Levantó las sábanas y se dio cuenta de que estaba semidesnudo. Solo vestía con unos boxers color negro. Se le hizo extraño, pero pensó que tal vez se metió en la cama con dicha prenda debido a que hacía calor. Luigi sintió pánico al estar solo en medio de la oscuridad, por lo que fue al cuarto de Mario.

L: “Mario.” Llamó a la puerta. 

M: “¿Sí?”

L: “¿Puedo pasar?”

M: “Si, claro.” Abrió la puerta asomándose tímidamente. “¿Qué ocurre bro?”

L: “Y-yo… m-me… me preguntaba si podía dormir contigo. ¡P-pero s-si no quieres pues…!”

M: “No, no, entra.”

L: “G-gracias.”

Entró en el cuarto cerrando cuidadosamente la puerta y se metió en la cama.

M: Notó que Luigi estaba semidesnudo. “¿Tú también estás durmiendo en boxers?”

L: Se sonrojó. “Ha-hace algo de calor, sí.”

M: “Te entiendo.” Mario levantó las sábanas dejándole ver a Luigi su cuerpo únicamente cubierto con unos calzoncillos blancos.

L: “N-no… no hacía falta que me lo enseñaras.” No sabía por qué, pero verle semidesnudo le hacía sentir un fuerte cosquilleo en sus intimidades.

Mario se rio por el sonrojo y la timidez de Luigi ya que le parecía bastante tierno verle así. El menor se tumbó y se acomodó.

M: “¿Estás cómodo?”

L: “Si, gracias.” Antes de cerrar los ojos tuvo un vago recuerdo de la tarde. “Oye Mario, recuerdo que por la tarde me pediste leche, creo recordar.” Los ojos de Mario se abrieron como platos. “Siento no habértela dado.”

M: “*¡Dios, es TAN inocente!* No te preocupes por eso, en realidad sí que logré tomar un buen vaso.” Dijo mientras recordaba como con su boca empapaba el pene de su hermano dándole sexo oral, y el sabor, textura y suavidad de su semen en su boca. 

L: “¿Qué marca es? Digo para poder comprarla.”

M: “Es una marca única.”

L: “Yo quisiera probarla.”

M: Su corazón latió fuerte y su cara se tiñó rojiza. “Eres tan tierno bro.” Le dio un beso en la frente evadiendo la conversación, ya que no sabía que excusa darle para que dejase el tema.

L: “¡N-no cambies de tema!” Dijo sonrojado a más no poder a lo que Mario le abrazó, ya que sabía cuáles eran los puntos fuertes y débiles de su hermano pequeño. Bostezó. “Buenas noches bro.”

M: “Ten dulces sueños. *Oh Luigi, soy tan afortunado de tenerte. Ojalá supieras que esto lo dije e hice por tu bien. No sé qué haría si te perdiera, si perdiera a mi angelito.*”

Mario se quedó pensando que, a pesar de que lo que le hacía a Luigi no era algo de todos los días sino que era aproximadamente una vez cada dos meses, tendría que parar. Que tarde o temprano Luigi lo descubriría, le odiaría y temería. Que lo hiciera no solo por Luigi sino también por él mismo. Cerró los ojos, apartó los brazos del desnudo cuerpo de Luigi y se quedó dormido.

Eso es todo por ahora. Para compensar traeré hoy una nueva historia. Nos vemos.

Leche (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora