La chica de la casa roja

5. ¿Qué esta pasando?

Después de la vergüenza que habia pasado fuera, puede relajarme viendo mi película favorita en mi computador: "Memento". Es una completa locura, por eso la amo, la amo tanto que creo que si esa chica le pasara algo haría exactamente lo mismo que el protagonista hizo, aunque yo sí estoy cuerdo. En fin, ya casi la terminaba y debía dormir, pero no lo haría sin antes observarla, debía saber como estaba después de todo.

Hice todo el procesos de la primera vez, ya sabía con exactitud cada parte de la casa y donde colocarme para no ser visto, así que me dispuse por fin a ver a través del telescopio.

La vi enseguida y sonreí. Parecía normal, no estaba rara o asustada, o no se, realmente me afecto mucho ese momento más que a ella, pero no importaba, ahora la veía y eso era lo de menos. Subió las escaleras, y por fin pude verla en su habitación, efectivamente era la que estaba enfrente de la mía, la que casi siempre tenía la ventana cerrada. Esta vez no era la ocasión, y aunque no estaba del todo abierta podía ver más de lo que no podía antes, podía verla a ella.

Volví a recordar que no podía escuchar lo que decía, y eso me ponía triste, quería escuchar su voz. Ella estaba escuchando música, mientras leía un libro, o tal vez escuchaba el libro mientras lo leía. No lo se, pero tenía los auriculares puesto y un libro en la mano mientras estaba acostada en su cama. Que podía decir, era simplemente perfecta.

Baje la vista hacia otra parte de la casa, pero no lograba ver nada, creo que la madre subía las escaleras con el padre, y el hermano veía el televisor en la sala. Intente acomodarme mejor, me moví un poco a la derecha, un poco más a la izquierda, pero aún no lograba la posición correcta. Inspiré para calmar mi disgusto, y volví a acomodarme, pero choque con la barra de mi cajón. El sonido de un metal en el suelo me erizo la piel, había dejado caer el termo.

Baje para recogerlo, mamá no podía verlo ahí porque si no me iría muy mal. Volví a colocarlo en la mesa pero un pequeño orificio hacia que lo de dentro se saliera, estaba perdiendo el liquido y no me había dado cuenta. Me levante enseguida, intente arreglarlo pero era imposible. Corrí al baño para limpiarme, me había chorreado todo el pantalón, esto era un completo desastre, no sabía que me estaba pasando.

Encendí el grifo y tire el termo en el lavamanos.

Frunciendo el ceño me mire al espejo y recordé haber olvidado tomar el liquido de dentro, mi medicina. Creo que esto me hace calmar estos ataques, no se si es ansiedad o epilepsia, los dos son realmente fuertes. ¿Qué me pasa? Mamá jamás me contó exactamente cual era mi problema, solo se que tiene que ver con mi crecimiento y mente, creo que debo de dejar de sobre pensar todo.

Mientras me miraba al espejo del baño alcé un poco el líquido que quedaba y lo tomé de un trago, pero aún después de esos minutos no lograba sentirme mejor. Comencé a sentirme aún peor.

Mi cabeza daba vueltas, sentía que algo o alguien hablaba tras de mí, era como un sueño. Mire mis ojos que parecían dilatados, hinchados de alguna manera; pude observar la esclerótica roja, parecía sangre. No entiendo, que es esto, tal vez y solo es producto de no haber tomado mi medicamento. Pero nada de esto pasaba antes, ¿Por qué ahora?

La puerta de mi habitación se abrió, era mamá, pude verla desde el baño, porque está muy cerca de la puerta principal. La vi a los ojos enseguida, no supe que hacer, y cerré la puerta rápidamente. Estaba sudando, no se que me pasaba. Ahora que lo pesaba mejor nada de esto tenia sentido.

—¿Pasa algo cariño? —me dijo tras la puerta.

—No, solo estoy algo cansado. Intentaba verme al espejo pero...

No logre terminar la frase, el dolor de cabeza me lo impedía.

—¿Tomaste tu medicamento?

«Tenia ganas de decirle que sentía que eso me estaba haciendo mal, pero no sabia como, así que me toco mentir nuevamente»

—Sí. Lo hice.

—Ok. Si te sientes mal o algo, me puedes decir. ¿Estamos?

—Sí, estamos.

—Ok cariño, descansa.

—Igualmente tú mamá.

«Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda»

Salí enseguida y tome un poco de agua. Intente respirar, necesitaba un poco de aire, y en unos segundos después pude sentirme mejor.

Hace unos minutos atrás había tomado de ese termo, solo un sorbo, y creo que eso me puso de esta manera, jamás lo había pensado así, jamás pensé en que esto me estuviera poniendo mal. Pero ahora lo entiendo.

Sacudí mi cabeza, volví a inspirar y exhalar, para luego volver a ver por última vez a la chica que me tranquilizaba, porque si lo hacía, con tan solo verla una paz descomunal llegaba a mi cabeza y cuerpo. No sé cómo explicarlo, pero ella lo era todo. Creo que desde ahora intentaré hacer las cosas mejor con ella, ya no más idioteces.

Alzó la mirada, coloco el telescopio que tenia entre las sábanas y observo. Ella aún sigue ahí leyendo, y con tan sólo verla sonrió. Es perfecta. Bajo el telescopio hacia las otras ventanas, y ya no veo al niño, me muevo para ver si podía encontrar a la madre o al padre. Sin embargo, pude ver algo que no se como describir, me quedé paralizado, atónito. Mi madre estaba caminando hacia allá, hacia la casa roja.

¿Qué?

Me quede observándola, no sabía que iría hacer allá. Porque ella no conoce a nadie de ahí ¿o si?

Vi como la madre de la chica bajaba las escaleras para abrirle la puerta a mamá. Me quedé atento, no quería perder ningún detalle. Y ella solo le hablo, como si la conociera de toda la vida, y no lo entendí, ¿qué esta pasando?, mamá conoce a la madre de la chica de la casa roja y no me lo había dicho.

¿Por qué?

Esperó más de cinco minutos fuera de la casa, no se que esperaba en realidad, pero yo seguía observándola desde la ventana, camuflado entre las sábanas para que no me vieran y con las luces de mi habitación apagadas. Mi cortina estaba entre abierta, pero desde donde estaban no creo que se viera mucho.

Hasta que al fin la vi llegar nuevamente a donde estaba mi madre, no se porque mamá parecía triste, aunque solo estaba de espalda, no podía verle el rostro. Ella le abrazo, le tomó de la cabeza y le dijo algo que no pude escuchar. Estaba a casi ocho metros lejos de ella. Después de un abrazo y una pequeña platica le dio algo en una bolsa, no pude ver que era, intente pero no pude. Y luego la vi marcharse de ahí.

«¿Qué carajos acaba de pasar?»

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