5

5.4K 658 886
                                    

—Voy a buscarlo —dijo Sapnap preocupado por su amigo, pero al instante se lo negaron.

—No, iré yo —se opuso Dream—. Ustedes diviértanse. Ya vuelvo.

Dream salió de la sala y esperó que George haya dicho la verdad y esté en el baño. No tenía idea qué le había pasado. ¿Quizá se había sentido incómodo? ¿O era demasiado tímido?

...

George se metió en uno de los cubículos contra la pared que lo separaba de los otros. Se quedó viendo al techo mientras trataba de controlar su respiración. Su rostro aún le ardía bastante. Aquellos pensamientos nunca habían atormentado su mente antes y ahora no lo dejaban en paz. Genial, ahora era un hombre de verdad. Poco a poco bajó su mirada hasta llegar a su entrepierna. ¿Se habían dado cuenta?

Escuchó unos pasos cerca y se puso nervioso.

Dream pasó al baño y notó los zapatos de George en uno de los cubículos.

—¿Estás bien? —le preguntó, dando pequeños golpecitos a la puerta.

George empezó a cerrarse la chaqueta que Dream le había prestado y agradeció que le quedaba lo suficientemente grande para cubrir hasta un poco más abajo de su entrepierna.

—Sí, mamá. Ya voy —dijo George fingiendo estar en una llamada.

Salió del cubículo fingiendo cortar la supuesta llamada.

—¿Te vas?

—Sí. Lo siento. Ustedes diviértanse.

—Esperemos que la próxima puedas quedarte más rato. Fue divertido.

—¿La próxima?

—Sí, bueno... solo si tú quieres —Dream se quiso golpear a sí mismo por actuar tan extraño—. Ahora que somos amigos no veo porque no salir más veces juntos.

—Claro —sonrió George con nerviosismo—. ¡Adiós!

—Adiós.

...

—¿Y George? —le preguntaron a Dream cuando volvió.

—Tenía que irse.

Sapnap tomó su celular y le escribió rápidamente a George. Podía engañar a Dream, pero a él que era su mejor amigo no. Obviamente había pasado algo.

George

¿Por qué te fuiste?
¿Fue por Dream?
Me estás leyendo, George. No soy tonto. Si no me cuentas ahora, lo harás mañana o el lunes.
No vas a escaparte de mí.

...

Apenas llegó a su habitación cerró la puerta y se sacó la chaqueta de Dream para luego tirarla en su cama.

Se echó en su cama y se quitó los pantalones. Empezó a estimular su miembro sobre la tela de su ropa interior mientras metía su cabeza en la chaqueta de Dream para sentir su aroma. Se sentía tan avergonzado de sí mismo y ni él mismo podía creer lo que estaba haciendo.

Baja su ropa interior y siente que es Dream quien lo estaba tocando. Soltó un gemido al imaginarse a Dream complaciéndolo, acariciando cada parte de su cuerpo. Puede sentir su contacto en sus propias manos.

Siente algo viscoso en su mano y lo mira curioso. Ve como sigue saliendo y no es hasta que se da cuenta que está manchando la chaqueta de Dream cuando intenta detenerlo.

—Mierda, mierda, mierda —murmura desesperado.

¿Qué iba a pensar Dream de él, que era un degenerado o un completo pervertido? ¿Si lo lavaba ahora, secaría para mañana? ¿Si le compraba una nueva idéntica se daría cuenta?

...

El lunes, cuando fue a la escuela se percató de no encontrarse con Dream, cosa muy extraña, ya que siempre buscaba la manera se cruzarse con él por los pasillos.

—¿¡Por qué ignoraste mis mensajes!? —lo sorprendió Sapnap por detrás.

—Estaba apurado.

—¿Apurado por qué?

—Cosas.

—¿Por qué te fuiste el sábado? ¡Era tu oportunidad para estar con Dream! ¡Te estaba bailando! ¡Te estaba cantando! ¡Y tú te fuiste corriendo como el tremendo gay que eres!

—Entré en pánico.

Sapnap suspiró pesadamente. Si es que George seguía yendo a ese ritmo, nunca iba a conseguir salir con Dream.

...

Era la hora de recreo y como siempre, Dream y sus amigos estaban yendo a la biblioteca a comer, porque les gustaba tener más privacidad.

Karl estaba con su teléfono cuando se lo pasa a Dream.

—Le gustas a alguien en secreto —le dice Karl codeándolo juguetonamente.

Dream vio la pantalla dónde se mostraba una nueva publicación de la cuenta de confesiones. Aquella publicación era de ayer y decía: "Me gusta Dream desde la secundaria, pero soy muy tímido para decírselo".

—¿Quién escribió eso? —preguntó Dream algo incómodo con la confesión.

—No lo sé. Está en anónimo.

—¿Quién será la afortunada? —preguntó Punz.

—Afortunado —le corrigió Karl—. Dice que es muy tímido.

Tímido. Aquella palabra solo le recordaba a alguien, George. No recordaba haber visto a George en su misma secundaria. Seguramente no era George el de la confesión. George. No le había devuelto su chaqueta.

—Vuelvo en un rato, chicos —les dijo antes de irse corriendo a quien sabe donde.

Apenas salió de la biblioteca se encontró con George. ¿Había sido una casualidad?

—Hola —lo saludó Dream.

—Hola.

—¿Trajiste mi chaqueta?

El rostro de George volvió a ponerse rojo. ¿Ahora qué le iba a decir?

—Oh, soy muy torpe. La olvidé en mi casa —se excusó—. Mañana te la traigo. Lo siento.

—Claro. No hay ningún problema. Es que es mi chaqueta favorita y no me perdonaría si le llegara a pasar algo.

—No te preocupes. Está tal y como me la entregaste.

—Gracias —Dream iba a darse la vuelta, pero quería hacerle una pregunta más—. ¿A qué secundaria fuiste?

—A la misma que tú.

Los labios de Dream formaron una fina línea que luego se volvió una sonrisa al notar que se veía muy sospechoso.

—¿En serio? Nunca te había visto.

—Es que nunca he sido muy social y Sapnap era mi único amigo.

—Y yo era todo lo contrario a ti. Me alegra que ahora seamos amigos —dijo remarcando esa última palabra—. Nos vemos.

Just a kiss [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora