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Dream estaba despidiéndose de sus amigos en la salida cuando ve a un desesperado Quackity corriendo hacia él como si la policía lo estuviera persiguiendo por haber robado un banco.

—¡DREAM, DREAM, DREAM, DREAM! ¡ESCÚCHAME! —le gritó a pesar de estar frente suyo—. ¡NO VAS A CREER LO QUE TE VOY A DECIR!

—¿Puedes hablar un poquito más bajito?

Quackity miró a todos lados y tiró a Dream detrás de un arbusto, para luego esconderse el también.

—Le gustas a Sapnap —le susurró Quackity al oído.

La mente de Dream quedó en blanco por un segundo.

Cuando al fin pudo absorber la información su cabeza empezó a trabajar cinco veces más rápido de lo normal.

Tenía sentido.

Sapnap había ido a la misma secundaria que George que era la misma secundaria a la que había ido él. Tal vez no era tímido, pero normalmente hablaba más con Karl cuando estaban juntos. Podía ser posible, pero quizá no lo mejor. Dream sabía que a Karl le gustaba Sapnap y seguro no le gustaría saber la noticia.

—¿Cómo lo sabes?

—Le robé el celular a alguien y pensaba venderlo como los demás celulares que robo, pero me di cuenta que tenía la pantalla algo rota y ya estaba algo viejo, por lo que no iba a ganar mucho dinero con esta cosa y preferí usarlo para mí. Además no tenía contraseña. Entonces estaba viendo que podía borrar y me encontré con esta cuenta que Karl me habló el otro día, la cuenta de confesiones. Resulta que a la persona que le robé es dueño de la cuenta y vi en los mensajes que Sapnap había mandado esa confesión.

—No sé si decir que eres un genio o estás loco.

—Los dos me parecen un halago.

—Supongo que mañana hablaré con Sapnap. ¿Puedes no decírselo a Karl? Se va a sentir muy mal si se entera.

—No diré nada.

Quackity saltó al otro lado del arbusto y se fue corriendo tan rápido como el rayo McQueen.

...

Al fin lo había conseguido. La chaqueta de Dream estaba limpia y como nueva. Por si fuera poco, aún conservaba el aroma de Dream.

Estaba todo perfecto y eso solo significaba que estaba cada vez más cerca de poder salir con Dream.

Al día siguiente se recorrió todo el instituto buscándolo para devolverle su chaqueta y lo encontró, aunque no la forma en que lo esperaba.

Dream estaba hablando con Sapnap y no se veía muy cómodo en esa situación. George se quedó observando de lejos para al menos tener una idea de qué hacían ellos dos hablando allí tan secretamente.

—Me he enterado de algo —le decía Dream—. No sé cómo decir esto... Sapnap eres un gran amigo, de verdad. Eres muy lindo, muy divertido, le agradas a todos mis amigos, a unos más que a otros, pero... No me gustas.

Sapnap se echó a reír y Dream lo miró confundido. ¿Y a ese qué le pasaba ahora?

—¿De qué mierda me estás hablando, Dream? ¿Tú? ¿Gustarme a mí? —Sapnap se secó la lagrimita que se le había salido por la risa—. ¿Cómo siquiera se te ha ocurrido tal cosa? Estás muy lejos de ser mi tipo.

—Pero la confesión... La confesión era tuya.

—¿Cuál confesión?

—Alguien mandó desde tu cuenta una confesión a la cuenta de confesiones donde decías que te gustaba.

—No recuerdo haber puesto esa confesión.

—¿En serio? Bueno... Supongo que error mío.

—Espera. ¿Tú manejas la cuenta de confesiones?

—No. Es una larga historia, pero... Yo nunca manejaría una cuenta así.

George vio como Dream se dirigía hacia él y simuló que justamente estaba pasando por ahí.

—Hola, George.

—Hola. Te traje tu chaqueta.

—Gracias —Dream la miró fijamente y luego lo acercó a su nariz para olfatearla—. Huele raro.

—La lavé.

—Oh... Gracias.

Apenas lo perdió de vista, George corrió rápidamente hacia su mejor amigo.

—¿De qué mierda hablaba, Dream? —le preguntó George.

—Escribí una confesión donde decía que me gustaba Dream. Se supone que eras tú quien escribía eso, pero por alguna razón sabe que lo hice con mi cuenta.

—¿¡POR QUÉ ESCRIBISTE ESO!?

—¡Quería ayudarte! ¡A ese paso nunca saldrás con Dream!

George le tapó la boca con la mano. No podía ni imaginar que alguien o el mismísimo Dream llegara escuchar eso.

—No tienes que hacer nada por mí, Sapnap. Yo puedo solo. Quiero hacer las cosas con calma.

—Es que eres muy lento —se quejó.

—Sapnap...

—Bien. Te dejaré que resuelvas tus asuntos con Dream solo.

...

—George me devolvió mi chaqueta, pero tiene otro aroma aparte del de mi perfume.

Karl se acercó a oler.

—Huele a George.

—¿Cómo sabes que huele a George?

—Cuando salimos el sábado él olía así. Era obvio que se iba a quedar impregnado su olor. Igual no huele mal. Eres un llorón.

—Solo dije que tenía otro aroma. Nunca dije que oliera mal.

...

Dream estaba en la salida cuando escucha una voz familiar en la hora de salida.

—...Te daría mi número, pero justo ayer un enano me robó el celular.

Volteó disimuladamente para ver de quién se trataba y volvió su cabeza al frente.

¿Habría alguna posibilidad de que fuera él el dueño de la cuenta? No era algo poco probable. En realidad, si lo veía capaz de que fuera él. ¿Pero por qué? ¿Por qué haría tal cosa? Fundy era un tipo raro.

Sus impulsos de querer echarle todas sus verdades lo estaban sobrepasando y en cuanto da la vuelta gritándole lo horrible, asqueroso, inhumano y estúpido que era, se encuentra con George.

George se queda perplejo al ver a Dream tan fuera de sus casillas. No entiende nada. ¿Por qué le había gritado? ¿Había hecho algo mal? ¿Acaso Dream lo odiaba?

—George, lo siento. No quería decirte eso a ti —intenta explicarle, pero George se larga molesto.

Una risita escucha a su lado.

—Felicidades, Dream. Al fin muestras algo de maldad —se burla Fundy—. Y todos aquí pensando que eras el tipo más amable.

...

Solo avisarles que en unas horas se cierran las inscripciones para los Albaricoque Awards. Así que si quieres participar es ahora o nunca :)

Just a kiss [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora