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George y Sapnap llegaron al lugar donde habían acordado, era una calle conocida por haber tiendas con productos internacionales.

Sapnap fue el primero en divisar a Dream y Karl. Alzó su mano para llamar la atención de ellos. Había un chico bajito siguiéndolos mientras gritaba cosas que nadie entendía.

—¡Karlitos, dile al Sueño que me compre algo! ¡Karlitos, no me ignores! —seguía gritando.

—Quackity, ellos son Sapnap y George —los presentó a Dream.

Quackity se quedó callado al fin y solo se les quedó viendo.

—Jorge —dijo en voz baja con una sonrisa.

—¿Ahora adónde vamos?

—Yo conozco un lugar genial —dijo Karl—. Síganme.

Karl iba por delante hablando con Sapnap, Dream iba detrás de ellos junto a Quackity y George estaba atrás un poco incómodo de que todos tuvieran con quién hablar menos él.

—...Me tomó del brazo y me apuntó con un tenedor al estómago. Y me dijo "Dame todo lo que tienes, carnal". ¿Y sabes que le dije yo? "¡VÁYASE A LA VERGA, CABRÓN! ¡TENGO QUE IR CON MI AMIGO EL SUEÑO!" Y el señor me dejó en paz. Por poco no la cuento —dijo Quackity acomodándose la gorra.

—No entendí que dijiste, pero suena gracioso —le respondió Dream.

—¿Cómo que gracioso si casi muero? Pinches gringos.

Dream solo sonrió. Quackity era de las personas más divertidas en su círculo social aunque cuando hablaba en español no le entendía nada. Él no iba con ellos al mismo instituto, ni habían ido a la misma escuela. Solo un día les habló cuando paseaban por la ciudad y desde allí se volvieron amigos.

—George ¿qué haces allí atrás? —le dijo Dream atrayéndolo a su lado—. No te excluyas. También queremos pasar tiempo contigo. Y no le tengas miedo a Quackity, puede que parezca que va a robarte, pero él no roba a sus amigos ni a los amigos de sus amigos.

—Creo que ahora me siento menos tranquilo.

—Dream, no asustes a mi niño —le dijo Sapnap.

—No lo estoy asustando solo le estoy... —Dream notó que George estaba temblando. ¿Era por nervios o por frío?—. ¿Tienes frío?

—Un poco.

Dream se quitó su chaqueta y se la entregó a George.

—Te la presto.

—¿Y tú?

—¡Solo acepta la chaqueta! ¡Ya quisiera yo que sean así de considerados conmigo! —le gritó Quackity—. Además, Dream anda horny todo el tiempo. Obviamente no va a sentir frío.

George se puso la chaqueta sin rechistar. La quedaba algo grande, en especial las mangas. Pero debía admitir que abrigaba lo suficiente. Además tenía el aroma del perfume de Dream impregnado. Eso era lo más semejante al paraíso para George.

—Quackity, cállate —le dijo Dream avergonzado por haber sido delatado frente a su nuevo amigo.

—¡A mi nadie me calla!

—Quackity ¿puedes estar en silencio un rato? —le pidió Karl.

—Sí, mi rey.

...

Después de caminar unas cuantas cuadras llegaron al lugar que Karl les había prometido, un karaoke. Era el lugar perfecto de poder cantar, hablar y gritar todo lo que quieran sin que el resto los mire raro o se burlen de ellos.

Just a kiss [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora