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George al notar que no era correspondido se separó de aquel beso.

—Tengo que irme —dijo nervioso—. Olvidé que estaba buscando a mi amigo.

Dream no supo que hacer, así que cuando lo vio abandonar su habitación intentó seguirlo.

—¡A mí también me encanta el queso! —le gritó esperando a que lo oyera, porque ya lo había perdido de vista.

...

George empezó a recorrer la casa nuevamente para buscar a Sapnap y esta vez no fue difícil.

Vio que en la sala había demasiada gente en un círculo gritando y aplaudiendo. En el centro de ese círculo estaba Sapnap tomando como si no hubiera un mañana.

No se lo pensó dos veces y se metió en medio de la multitud para sacar a su amigo.

—¡Sapnap, tenemos que irnos!

Sapnap posó su mano sobre el hombro de George mientras terminaba de beberse la botella completa.

—¡Sapnap! —le gritó al ver que tenía intención de seguir tomando—. ¡Tenemos que irnos!

George lo arrastró lejos de la multitud recibiendo un montón de abucheos por arruinarles su diversión, pero no podía dejar a su amigo que llegara a un coma etílico y también quería largarse de allí.

—Llama a tu papá ahora —le dijo apenas estuvieron en el exterior de la casa.

—Un segundo.

Sapnap hizo como si estuviera por sacar su teléfono del bolsillo, pero sin dar ningún aviso empezó a vomitar justo encima de los zapatos de George.

—¡Sapnap! ¡Eres un asqueroso!

—Perdón. Creo que perdí mi celular.

—¿¡Acaso no podías ser más tonto!?

—Pero no me grites o voy a llorar —Sapnap le hizo un puchero.

—¿Sabes el número de tu padre?

—No.

—¿Tienes al menos algo de dinero?

—No.

—Bien. Iremos caminando.

Ahí estaban ellos dos en medio de la noche caminando solos hasta la casa de Sapnap que quedaba al otro lado del mundo. Si es que Sapnap no hubiera estado en tan mal estado seguro ya le hubiera insultado en todos los idiomas posibles por ser tan distraído y perder su celular.

...

Al día siguiente tenían clases. George pensó que su amigo no iría, pero aunque llegó algo tarde al menos llegó.

—¿No estás con resaca por lo de ayer?

—La resaca es lo de menos. No puedo vivir sin mi celular —dijo Sapnap fingiendo estar muriéndose—. ¿Me puedes acompañar en el recreo a buscar a un amigo?

—¿Qué amigo?

—Solo dime sí o no.

—No.

Just a kiss [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora