¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una mañana bonita, o lo sería si no estuviera mi mejor amiga perdida en un casino. Estoy cara a cara con la cafetera, no tengo ni puta idea de cómo se usa este trasto y estoy luchando con él para hacerle un café a Ulises. Ulises viene hacía la cocina.
-¿Qué haces mirando la cafetera?
-Intentando hacerte un café, chico- Él se ríe y viene hasta donde estoy. Pone la taza, le da a un botón y la maquina echa el líquido.- Me cago en la puta.
Ulises se lleva el café y se sienta en el sofá. Me mira y me sonríe, me siento a su lado con una tostada de mermelada y mantequilla.
-¿Qué tenemos que hacer hoy? No es que vayamos de la nada.
-Iremos por detrás, hoy es verdad, que no pinta ir de frente.
Narrador
Uno de sus aliados la cagó en el póker, le dió información al chico, al final de la noche acabó castigandolo. Él pobre hombre se quedó sin escucha. La chica seguía encerrada en el mismo cuarto. Solo le daban comida tres veces al día. Dos de ellas las rechazaba. No dormía bien, nada bien. Hubo un momento en el que la sacaron de la habitación, nada más para lavarla y volvió adentro.
Un nuevo día comenzaba para aquella triste chica. Una mañana "bonita", la única luz que ella veía era la del pasillo. Ese pasillo que conoció hace un par de días, pero ya se lo sabía de memoria. La mañana pasaba, ella no pudo dormir. Vinieron a traerle la comida, esa vez fue una chica, mucho más amable. La chica, presentada como Sol, se acercó a la verja y se agachó.
-Hola, Lía, espero verte menos por aquí, yo te sacaría pero no puedo hacerlo, me han dicho que últimamente no ha comido nada- Lía miro a Sol, ella entendía que a la chica le diera pena pero no aceptaría comida.
El resto de la mañana Lía se pasó haciendo lo mismo que todos los días anteriores, replántense el porqué estaba allí. Hubo unos ruidos en el pasillo. Le pareció extraño, en ese pasillo nunca había ruidos. Se levantó del suelo y se asomó por la verja. Vio como dos chicos que conocía a la perfección iban buscándola.
-¡Lía!- Hablaba la voz de Arnau, cuando la encontró
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sí, al fin, no me lo creo, al fin los veo, solo fueron unos días pero para mi fue una puta eternidad, solo quería que me dijeran que paso en mi tiempo perdido. Quería abalanzarme sobre Arnau y dormir con el viendo una peli. Quería que Ulises me llamara y me contara que tal estuvo su día. Quería.. quería muchas cosas como por ejemplo a Karchez.
En este lapso de mi vida me puse a reflexionar. Me hice preguntas que no tenían respuesta como el porqué de la existencia y otras que si tenían respuesta, como que me pasaba con Karchez. Esa era fácil y a la vez difícil. No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo tenemos en riesgo.
Arnau se acercó a la puerta de la verja, me miró serio, conteniendo la figura y las lágrimas. Estaba feliz. Muy feliz, se le notaba, eso o que ya van unos cuantos años conociéndonos y se leerlo. Soy feliz, igual que él. Tengo sueño, hambre, incomodidad... Pero sin embargo soy feliz, y eso me alegra más aún.
Arnau consigue abrir la puerta y al final nos reencontramos abrazados, lo he echado de menos. Arnau siempre me sacó de los malos momentos, este no podría ser menos.
Ulises vino detrás, como si escaparan de algo. Otro ruido escandaloso sonó en el pasillo, los tres nos miramos. Me preocupe al instante. ¿Dónde está Karpeta? Me preocupa, siempre me preocupo.
Yo a él lo amaba, hace tiempo, y no solo era porque fuera mi ídolo. Quería conocerlo, decirle que me alegraba los días. Que era una persona maravillosa. Acabé conociéndole por un contrato. El ruido se volvieron pasos. Pasos apresurados a mi verja. Solo había una forma de escapar y esa era por donde habíamos venido. Esa no era buena idea.
Reaccione de nuevo al ver a Ulises y a Arnau debajo de la cama. Me fui a sentar en el mismo sitio que antes. Él. La misma persona que me encerró aquí. Lo tenia de frente. Sin verjas que me impidieran verle. Quería matarlo a sangre fría pero esa no era yo, era mi sed de venganza la que hablaba por mi. Yo, como persona y alma juntas no mataría ni a una mosca. Sin embargo algunas partes de mi si eran capaz de aquel acto feroz, el asesinato.
Le veía la cara, eso venía bien para saber que decir en el informe de la policía. Esperaba salir viva de esto y no tengo ganas de seguir rezando, se el futuro, de aquí voy a salir. Me convencía a mi misma. Puede que no lo sepa a ciencia cierta pero haré lo que sea para salir.
Él. A simple vista tendría unos 50 o 55 años, un viejo asqueroso. Me mira buscando algo, seguramente a Arnau y Uli.
Otro ruido de fondo. ¿Los ruidos no cesan?. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
