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Al día siguiente, Jay estuvo en la ventana a la misma hora.

Tenía su libreta consigo, y una taza de café. Ya estaba todo listo.

La luz fue prendida y una silueta grande se hizo presenté. Jay se emocionó, había creído que era Jungwon, pero cuando vió a otra silueta un poco más pequeña, como Jungwon, se alarmó.

La silueta más grande estaba parada en frente de la otra, no sabía que decía, pero al parecer estaban hablando, segundos después, vio como la más pequeña se iba agachando lentamente.

Entonces creyó haber escuchado una voz, un débil voz, diciendo una frase.

Sin pensarlo, abrió la puerta de su cuarto y salió corriendo, sin importarle si hacía mucho ruido, agarró las llaves y fue hacía la casa vecina, golpeandola con fuerza y rapidez.

Unos minutos después, la puerta fue abierta, dejando ver al señor Choi.

—¿Jay? ¿Qué se te ofrece? ¿Está todo
bien?—preguntó, con una sonrisa, tratando
de verse amable. Jay se mantuvo unos segundos callado pensando en una razón creíble para responder.

—Creo que vi a dos personas entrar por la parte trasera de su patio, vine corriendo a avisarle...—

La cara tranquila del señor Choi cambió, y si Jay no supiera entender el lenguaje corporal seguramente hubiese dejado pasar esa clara demostración de nerviosismo, como si estuviera ocultando algo.

—¿T-tú por donde los viste?—El nerviosimo llegó a su voz, estaba confirmado: algo ocultaba.

—Justo bajé a la cocina y vi las sombras pasar—Iba a decir que lo veía desde su ventana, pero algo le frenó para que no lo haga.

—G-gracias por avi...—

—¡Park Jay vuelve a la casa ahora mismo!—el grito de su madre llamándole se escuchó.

—Duerma bien señor Choi, disculpe si lo desperte—se despidió y volvió corriendo a su casa.

—¿Qué te he dicho Jay? Te he..—

—Mamá, por favor, escuchame.—

La señora Park suspiró y asintió con su cabeza, en señal de que estaba escuchando.

—He conocido a un chico, se llama Jungwon, yo... Bueno, en realidad él dice ser hijo de los Choi y creo que necesita ayuda,
porque...—

—Jay, habías mejorado, hace mucho no tenías alusiones...—

—Mami no es una alucinación, yo...—

—Necesitamos refozar la medicación, estás volviendo a lo mismo.—

—¡¿Por qué no puedes escucharme, por qué todo lo que yo diga se toma como simple mentira?!—

—Jay, acusaste a nuestro antiguo vecino de abusar a su hijo y resultó ser mentira, porque no tenía hijos, en las personas con esquizofrenia es normal tener estás alucina...—

—¡No son alucinaciones! Créeme, por favor, esto es real mamá—

—Vete a dormir, mañana tienes que ir a
terapia.—

—M-mamá...—

—Hijo, por favor... Tu primera alucinación fue igual, y por eso, dañaste la vida de una persona inocente. Vete a dormir, por favor.-

El joven no alcanzó a escuchar el susurró de su madre, ni siquiera vió las lágrimas que salieron de sus ojos, debido a que se fue muy rápido hacía su habitación.

El joven no alcanzó a escuchar el susurró de su madre, ni siquiera vió las lágrimas que salieron de sus ojos, debido a que se fue muy rápido hacía su habitación

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Vecino incógnito (Jaywon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora