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ORIS FARETT:
—Entonces me dijo: "Te amo". ¡Lo sé! No me lo esperé, pero por dentro estaba gritando como una loca.
—¿Guau?
—¡Sí! Pero hay una mala noticia. Escucha esto que me ha llegado otra carta: "Querida Oris, espero que hayan podido arreglar lo de la máquina; sí no soy Nils, era obvio, lo sé, pero al menos me diste una pista. Gracias. Si quieres saber quién soy, te espero mañana en la plaza a las doce de la noche".
Incluso Frijolito frunció el ceño. No le tomé tanta importancia porque tomé el primer bus con dirección al cerro Dummant para probar la nombrada máquina, la máquina que, si resultaba, me llevaría hacia mi destino llamado: hogar.
No había visto a Nils desde hace siete días aproximadamente. Había estado trabajando a fondo con el equipo de los viajeros, así que yo me encargué de ir a comprarle todas las medicinas que necesitaba mi encaprichado perro.
Malas noticias: en el pasado no había mucha comida para perros, medicamentos para la hipertensión, ni para la celiaquía ni para el hipotiroidismo de mi Frijolito. Debieron habérmelo mandado con su kit de emergencias por último.
Ni para eso sirven.
Pero bueno, mientras llegaba con mi perro entre mis brazos —porque al perezoso no le apetecía caminar—, pensé en Nils. Era extraño lo que me pasaba; nunca me había gustado alguien, y ahora solo quería encontrármelo en todas partes, soñar con él, imaginarme escenarios ficticios y sonrojarme como una idiota. Me asustaba, pero no sé, el día estaba lindo.
Y vuelvo a despertar, en mi mundo, siendo lo que soy...
Fui tarareando la canción con todo el estilo del mundo hasta abrir la puerta de la cabaña y encontrarme a nada más ni nada menos que a Nils escribiendo en un cuaderno. Lo hacía cómo yo escribiría en un computador. Estaba algo despeinado, con las mejillas acaloradas y con unos labios que se movían al ritmo con el cual sacaba conclusiones.
Al sentirme, levantó su vista y ensanchó una sonrisita.
—Estaba esperando a que llegaras. Mira esto —dijo parándose de la silla. Detrás de él había algo grande tapado con una manta azul marino. Me miró y la destapó—. ¡¡¡Con ustedes, la máquina del tiempo!!!
Y por debajo de la agradable luz matutina, se encontraba ese artefacto de metal bañado en bronce. Me acerqué para contemplarlo. Lo primero que aprecié fue un asiento acolchado donde caían fácilmente tres personas. Estaba cubierto por una cápsula de vidrio que supuse que era resistente. Detrás de este existía el dicho propulsor que me llevaría a mi destino. Suspiré. Aquello me asustaba demasiado. Ya saben... El volver...
—Vaya, han avanzado mucho —le sonreí—. Te lo agradezco, en serio.
—No hay de qué, Oris.
Nils me había sonreído de vuelta, y me vi en la necesidad de coger un poco de aire. Me resultaba extraño tener ese tipo de conexión con alguien. Ya sabes, el sentir el calor de su piel, el querer tocarlo, besarlo, abrazarlo... Y que él me correspondiera.
¿Por qué nada podía ser color de rosas? Mi ansiedad siempre me tuvo preparada para mentalizarme que las cosas buenas eran momentáneas porque algo malo pasaría.
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Volveré Hacia el Ayer LIBRO 1 Y 2 COMPLETOS💚
Jugendliteratur3 variables: Una vida ajetreada, una máquina del tiempo y una regla de oro: No alterar el pasado. Oris descubre que el amor de su vida pertenece a otra época. Nils se cuestiona por qué Oris sabe de tantas cosas. Juntos, descubren la magia del tiem...