09/ Volveré Hacia el Mañana.

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¡Al fin actualización! déjenle ahora un corazoncito a Aker viejito 🧡


NILS BARKER:

—¿Que vaya a tu casa? —Miré a Oris mientras se vestía. Ese lunar en la pierna no lo había visto. Interesante.

—Es que... No sé, creí que sería buena idea... Y no me mires.

Pero si ya le vi hasta el alma.

Pero bueno, me tapé con el cojín.

—¡Pero va a estar... voy a estar yo!

—¡Lo sé, es lo peor de todo! Pero te vi hace tres años atrás, ¿eh? Y... no creo que sospechen que eres tú mismo. Cambiaste. Ni el propio Nils te reconocerá.

—Me conozco, no me dejaré de mirar. Quizá estoy arrugado, adicto a la comida chatarra, y quizá tomo más medicamentos que agua. Es complicado, ¿eh?

—Pero tienes tiempo de pensarlo. Y si no quieres no pasa nada...

—Espera... ¿Ya puedo mirar?

—Ajá.

Me saqué el cojín y la vi colocar su minifalda y su sudadera. Estaba apurada, debía ir a clases. La verdad tenía muchas ganas de abrazarla y quedarme un ratito más con ella y con su perfume dulce como el algodón de azúcar.

—Después hablamos sobre lo de la cena; ya voy tarde —dijo dirigiéndose hacia la puerta, pero la tomé de la muñeca para detenerla.

—Pero dame un beso antes.

O todos los que quieras, cariño.

Ella se puso colorada; era como si le diera vergüenza cualquier acto de amor. Aunque eso me resultaba demasiado hermoso.

Se inclinó hacia la cama y le jalé el brazo para quedar encima de ella; le sonreí y le di más de un beso breve. Ella, bajo una carcajada, me devolvió cada uno de ellos.

Que lindo se sentía volver a encontrarme con ella, y al fin tenerla justo como deseé.

—Oye, Nils —susurró. Le respondí con un qué sobre sus labios—. ¿No crees que te falta pedirme algo?

—¿Pedirte algo? —La besé—. ¿Qué?

—No... sé... Eeeh... Bueno, no importa.

—¿Segura? —Le di un beso en la mejilla. Es que no podía parar.

—Segurísima. No... no es nada. Piensa lo de la cena.

Lo sopesé. Me iba a presentar a su familia, ¡y estaría Nils! Oooh, y no solo eso, ¡también Aker! Resulta que conocer a mi versión vieja me resultaba algo extraño. De seguro me estaría mirando como un loco para ver cuánto cambié. Además... ¿Estaba casado? ¿Con hijos?, ¿nietos? Y es que no me imaginaba una vida con alguien que no fuera esa la loca parlanchina...

—Eeeh... Vale, vamos. No creo que... tu padre se espante tanto —dije, pero poco convencido.

—De seguro que no. —Me besó—. No pasará nada.

Todos mis pensamientos se esfumaron de repente y me centré en devolverle el beso. Y luego le di otro, y otro, y... otro, y...

Qué ricos besos.

Bajé hasta su cuello.

Comencé a chupar.

Levanté una de sus piernas a la altura de mi cadera y la arañé. Su piel era suave, y siempre tenía un aroma exquisito. Podía estar todo el día tocando cada parte de ella, definitivamente.

Volveré Hacia el Ayer LIBRO 1 Y 2 COMPLETOS💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora