Volveré Hacia el Ayer LIBRO 1 Y 2 COMPLETOS💚

15/ Volveré Hacia el Mañana.

Este capítulo de la nueva versión es nuevecito de paquete cero kilómetros. Déjenme una berenjena. Digo, un corazón :D

Por cierto, este capítulo está dedicado a Beatriz Ortiz. Un pajarito me dijo que te gustaba mi libro y que además, pronto será tu cumpleaños 💖

NILS BARKER:

Esposado, iba directo a la comisaría con los dos tipos que molestaron a Oris. Lo que me faltaba.

Me asomé hasta la parte de adelante y mi cabeza quedó cerca de ambos policías.

—¿Usted sabe a quién está llevando detenido? —Hice uso de mi fama.

—Sí, lo conozco —respondió el poli abriendo mi billetera. ¿En qué momento me la sacaron? —. Sé que es astrofísico, pero yo soy policía.

—Y yo tengo mucho dinero, ¿ve? Hacemos un buen equipo.

—¿Me está sobornando?

—¡Solo déjeme libre, estoy recién casado! Y deme mi billetera que ahí tengo una foto de mi esposa.

—Ya dejen libre al niño rico para que se calle una vez por todas. —Uno de los que iba a mi lado rodó los ojos.

Una vez que afirmé mi espalda en la funda del asiento y elevé la barbilla con mucho malogro, llegamos a la comisaría. Me dirigieron hacia una celda transitoria, me desposaron y me dejaron con esos dos idiotas a mi lado. Advertí lo sucio del lugar. Ni me quería sentar en el piso, pero lo hice igual. Me saqué la chaqueta y me quedé solo con la camisa echa un desastre y la corbata desordenada.

—¿Qué? ¿Nunca has estado aquí? —se burló uno.

—Lo normal no sería estar aquí, idiota.

—Ya saldrás, una vez que paguen tu fianza —dijo el policía.

—No puedo creerlo. Yo solo defendí a mi chica de este par de tarados.

Ellos pusieron los ojos en blanco.

—Encima huele a orina —agregué. 

—Uy, no te vayas a morir... 

—¿De verdad no me va a dejar libre? —No lo podía creer—. Miren, si no lo hacen, mi esposa vendrá hasta acá y... no querrán que eso pase. Les aviso de inmediato.

—¿Crees que una chica nos va a intimidar?

—Oh, sí que lo hará. Vendrá furiosa, créame.

ORIS FARETT:

—¡Dónde está mi esposo! —Entré a pasos furiosos con el ramo de flores en las manos.

—Y aquí llegó. —Nils estaba en la celda—. Que conste que les advertí.

—Señorita, cálmese. Su esposo está detenido por agresión en la vía pública.

—Y si insultaran a su mujer usted qué haría, ¿eh? ¿Se reiría? ¿Iría a tomarse una cerveza con ellos?

—No, p-pero...