Capítulo 12

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Capítulo 12 ~ ¿Mi fin?

Pov Tn— La mirada se me nubló al contemplar a Elios recostado junto a mí, su cuerpo cálido y su respiración tranquila, impregnando la atmósfera de la habitación

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Pov Tn
— La mirada se me nubló al contemplar a Elios recostado junto a mí, su cuerpo cálido y su respiración tranquila, impregnando la atmósfera de la habitación. Un cosquilleo de nervios recorrió mi piel mientras mis dedos se deslizaban por su cabello, admirando la suavidad de sus rasgos dormidos. Nunca había experimentado una situación tan íntima, ni siquiera con mi expareja. Una sensación de incredulidad me invadió al pensar que este momento, que alguna vez solo soñé, ahora era una realidad palpable.

— Al día siguiente 🌇

— Al abrir los ojos lentamente, la ausencia de Elios a mi lado me llenó de una mezcla de desilusión y alivio. Supuse que había regresado a su departamento, así que me acurruqué de nuevo bajo las mantas, buscando refugio en el sueño. De pronto, un sonido familiar me sobresaltó: la puerta de mi habitación se abría. Un impulso me llevó a incorporarme, dispuesta a descubrir al intruso, pero la duda me contuvo. Opté por fingir estar dormida, conteniendo la respiración mientras escuchaba sus pasos, acercarse sigilosamente hacia mí. Su presencia se hizo palpable cuando se detuvo junto a la cama, y un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir su suave toque sobre mi hombro, un leve aleteo que me despertó a una realidad aún más incierta.

Elios: Tn despierta, se te hará tarde.

— Me incorporé de golpe, impulsada por una mezcla de sorpresa y alegría, sin reparar en la reacción de Elios, que se sobresaltó ante mi brusco movimiento.

Tn: ¿Todavía sigues aquí? — Pregunté con voz temblorosa, luchando por disimular el nerviosismo que atenazaba mi garganta — Creí que... que te habías ido.

Elios: Solo fui a hacerte el desayuno. —murmuró con una sonrisa traviesa — Además, yo que tú me cambiaría rápido, antes de que se te haga más tarde. 

— Un escalofrío de pánico recorrió mi cuerpo al escuchar sus palabras. Mi mirada se dirigió al reloj sobre la mesa de noche, donde las agujas marcaban implacables las 8:40 a. m.

Tn: ¡Mi#rda! ¡Ya es tarde!

— Sin perder un segundo, me levanté de la cama y me dirigí al baño a toda prisa, con la mente aún nublada por el sueño y el corazón palpitando con la adrenalina del momento.

— Sin perder un segundo, me levanté de la cama y me dirigí al baño a toda prisa, con la mente aún nublada por el sueño y el corazón palpitando con la adrenalina del momento

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Por Amor ~ Elios X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora