Horror de HomeWorld

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Al llegar cerca de la playa, Steven vió la reja que impedía la entrada al lugar. Un letrero, con letra imprenta, prohibía el paso. El padre suspiró y lo retiró.

-Pasa por encima...-le dijo al chico, quien asintió con la cabeza velozmente y trepó la reja. Steven le dijo que fuera a buscar a su hija, la cual debía estar en la playa, y Sid, nuevamente, asintió de forma fugaz antes de correr en dirección a la playa.

Steven examinó la reja, antes de comenzar a removerla, pensando que ya no era necesaria.

Que equivocado estaba.

(POV Sid)

Estaba tan emocionado. Vería a Rose nuevamente, y estaba feliz por ello. El día estaba soleado, con algunas tenues nubes.

Era un día alegre.

A lo lejos, vi su silueta. Su crespo cabello castaño con dejos rosados hasta la cintura. Su marcada figura. Iba con una camiseta negra con una estrella, y un largo pareo blanco con volados.

Estaba fascinado.

Estaba radiante.

Ella se volteó a mirarme, debió escuchar mis pies arrastrando la arena. Me sonrió.

Su sonrisa era más hermosa de lo que recordaba y sus ojos eran más bellos de lo que nunca había visto. Su gema brillaba a la luz del sol, su gema transparente con una mancha rosada, en forma de corazón. Parecía tallada a mano.

Corrimos el uno al otro, y me recibió con un abrazo cálido. Yo sentía como me ardía el rostro.

-Te extrañé.-me dijo con su voz suave y calmada. Le devolví el abrazo.

-Yo también...-me separé de ella para entregarle su regalo. Le entregué el paquete.-Para tí. Feliz cumpleaños.

-Sabes que no debías hacerlo.-me dijo, avergonzada. Yo le sonreí.

-Me sentí con el deber de hacerlo.

Ella se sonrojó un poco. Solo un poco. ¿Cómo podía verse tan linda y seguir guardando su dignidad?

Se sentó en la arena. Dejó el paquete sobre una toalla y lanzó un suspiro. Hizo un gesto para que me sentara junto a ella, lo que hice segundos luego.

Ella me sonrió, tomó un puñado de arena y lo dejó caer de a poco.

-Verás...-me dijo suavemente.-Sonaré infantil, pero... ¿Y si hacemos un castillo?

Me quedé en silencio por un segundo, a lo que ella bajó la mirada. Pero luego, sonreí.

-¡Bien!-le dije.-¡Sería genial!

Ella me miró con sorpresa, pero luego una sonrisa se extendió por su rostro. Lanzó una risa. Se quitó la camiseta y el pareo, quedando en bikini. Yo me sonrojé, pero me quité la camiseta inmediatamente después.

Corrimos más cerca del mar. Sentía el sonido de las olas chocando con la orilla. Comenzamos a construir. Ella se veía muy alegre, y yo me sentía feliz de verla así.

El castillo fue tomando forma.

-No está tan mal...-le dije, sonriendo. Ella asintió, de la misma forma.

Nos miramos por un segundo. Salió corriendo de improviso y se lanzó al mar. Me invitó a ir con ella. Andamos un poco por el agua, pero nos marchamos ya que nos dió frío. Al salir, nos secamos y vestimos.

Miré su gema, y la miré a ella nuevamente.

-Me encanta tu gema...-le comenté. Ella la tocó con su dedo. Sonrió débilmente.-Tú abuela se sacrificó su vida para dar a nacer a tu padre... ¿No tendría que haberla dado él también?

-Supuestamente sí, pero... Parece que esta gema tenía poder en ella, y un aura similar a la de mi padre.-la miré con confusión.

-¿De dónde salió?-ella me devolvió la mirada.

-Es una gema que le regaló mi padre a mamá... La talló el mismo. Removió parte de la suya para hacerla.-miró en otra dirección.-¿Qué hubiera pasado... Si mi padre no la hubiera hecho...?

No pude responder, ya que la tierra comenzó a temblar. Me caí de espaldas, pero Rose me ayudó a levantarme.

Del agua salió un potente brillo verde, que se transformó en dos brillos: uno potente anaranjado; otro azul, que se debilitó de pronto.

(Narrador Omniciente)

Dentro de la cabaña, Steven miraba como su hija nadaba con su amigo. Crecía demasiado deprisa.

Connie lo tomó por el hombro.

-No te preocupes tanto. Estará bien. No le sucederá nada.-el le dió una sonrisa débil. Ella lo besó suavemente en la mejilla y se dió media vuelta, marchandose.

Steven lo meditó un segundo. Decidió hacerle caso, y se sentó junto a Amatista y a Mike en el sillón. Perla los regañaba por flojos, y Obsidian la admiraba mientras lo hacía.

Pasaron unos minutos. Pero la tierra se puso a temblar. Todos se levantaron de golpe, Garnet salió de quien sabe dónde, y León llegó quien sabe cómo.

Steven sacó la espada y el escudo, y los otros sacaron la lanza, los guantes, el látigo, la bola con picos, la espada, y (no podía faltar) la sartén.

Se asomaron por la ventana y vieron el brillo. Steven supo inmediatamente quién era. Del agua salió Jasper, arrastrando a la gem azul. Ambas estaban en estado deplorable, pero Jasper no parecía afectada.

Su cabello, ahora corto y alborotado, estaba lleno de algas y otras cosas. Su traje estaba hecho jirones, y Lapis parecía estar peor.

Steven dió un respingo. Lapis, segundos luego miró a Rose con pesadez. Se mostró sorprendida, pero se retractó en su gema segundos luego.

Jasper la agarró con rapidez.

Miró iracunda a ambos chicos, quienes se aferraron el uno al otro para protegerse. De nada sirvió. La gem del HomeWorld vió de todas maneras la gema de la chica, y, sin ninguna dificultad, la apartó del lado de Sid.

Steven no lo pensó dos veces y corrió fuera de la cabaña. Jasper lo vio pero no lo tomó en cuenta.

-Tienes el aura de Rose Quartz... Y su poder.-Jasper sonrió de forma macabra, asustando a la chica.

Sid tomó una rama gruesa y comenzó a golpear a la gem malvada con ella. Pero esta no se vió afectada, además de unas astillas que se le clavaron.

Apartó al chico de una patada, quien chocó con Steven e hizo que ambos cayeran al piso aturdidos.

Los demás salieron de la cabaña, a lo que Jasper golpeó a Rose en la cabeza, dejandola inconsciente, y luego se marchó corriendo. Se adentró en el templo, empujando a los gems en otra dirección, y se transportó por el portal, y lo último que se pudo escuchar fue un grito de la chica.

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No escribiré nada. Tengo sueñooooooo

Veins of InkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora