𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 1

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Cuando KiHyun en la mañana abrió el refrigerador para hacerle el desayuno a su bebé, se encontró con sólo las sobras del día anterior y un limón no muy apetecible.

Por supuesto tenía un plan B, tomó de la alacena algo de cereal y cortó rebanadas de banana colocando todo en el plato favorito del pequeño, que lo aceptó gustoso, pero para el almuerzo no tenía escapatoria y si hay algo que KiHyun odia por completo es tener que ir al supermercado, más aún en invierno, cuando su bebé puede atrapar un resfriado por accidente.

—¿No podrías ir en mi lugar?— preguntó amargamente a su esposo, que haciendo muecas alentaba a su hijo a comer un nuevo trozo de banana.

—Iremos juntos. —respondió HyunWoo. No le molestaba hacer las compras pero el día era demasiado lindo como para quedarse en casa; llevaría a su esposo a cenar quizás y más tarde podrían ir con su bebé a alguna plaza.— ¿Tú si quieres ir, verdad EunJunnie?

El pequeño asintió, tal vez lo hizo al ver llegar el nuevo bocado de comida pero su padre tomó la ventaja de ello, KiHyun rodó los ojos.

—¿Es necesario, HyunWoo? Podría enfermarse y...

—Ki, es uno de los días más bonitos este invierno— intervino poniéndose de pie, dejando la cuchara de madera al poder del pequeño mientras se concentraba en su esposo.— además, tu eres quién sabe qué comprar.

—¡Por eso lo digo! Yo soy quién compra mientras te dedicas a ver juguetes con EunJun. No es justo.— reclamó acercándose al moreno.

EunJun comía enérgicamente sin entender por qué sus padres se abrazaban pero tampoco le importaba, su desayuno era delicioso y no tenía comparación.

Aproximadamente veinte minutos después, KiHyun salía de la casa con un puchero en sus labios mientras su esposo amarraba al bebé a su sillita en el auto.

—Ya sube, dramático. —exclamó antes de lanzarle un beso por lo tierno que se veía.

KiHyun obedeció visiblemente enfadado pero por más que lo intentó, los chistes malos de HyunWoo en el camino lo hicieron reír y el ambiente se volvió agradable para todos en cuestión de minutos. No estaba en sus planes decirlo en voz alta, pero al salir del auto aceptó que su esposo tenía razón, era un día precioso.

Mientras HyunWoo se encargaba de EunJun, KiHyun buscó un carrito dónde cargar la mercadería.

—¿Quieres subir, EunJunnie? —preguntó el moreno a la altura del niño una vez que se encontraron con su otro papá.

El pequeño negó y su progenitor no pudo disimular su orgullo, pellizcando levemente su mejilla como muestra de afecto mientras le tomaba la mano para caminar juntos.

—¿Ya estás mejor?— susurró al oído de su esposo en lo que su brazo recorría la cintura ajena para después acariciar su cadera con delicadeza.

—Quizás. —contestó sin dar brazo a torcer. HyunWoo rio por lo bajo pero KiHyun no desaprovechó la situación y volteó hacia el mayor, dejando un fugaz beso en los labios ajenos.

Ya estando dentro del supermercado, la predicción del blanquecino se cumplió en cuestión de minutos. EunJun sabía a la perfección dónde se albergaban los juguetes y sin poder esperar más, tiró del brazo de su papá Nunu hasta llegar a la zona dejando atrás a KiHyun, solo y aburrido.

—Otra vez. —suspiró paseando entre las góndolas.

Caminó entonces a la zona de higiene, asegurándose de comprar pañales y toallitas húmedas para el bebé antes que todo lo demás. Por supuesto su objetivo principal era la comida por lo que tirando del carro, cambió de locación y se dirigió a buscar provisiones de a montón para no tener que ir en un buen tiempo.

🧸            ¿𝐀𝐠𝐢?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora